Las personas que hacen meditación tienen más materia gris en el cerebro, según un trabajo desarrollado por investigadores de la Universidad de La Laguna. El artículo sobre Meditación y Neurociencia ha sido publicado este mes en la revista científica Plos One. El texto, que avala las bondades del ejercicio de la meditación, está realizado por los investigadores Sergio Elías Hernández Alonso –como autor principal- y José Luis González-Mora, si bien colaboran en él expertos de otros centros. Plos One cubre todas las disciplinas de la ciencia y es además la revista con mayor volumen de publicaciones científicas de todo el mundo.
Así, en este trabajo participan también Katya Rubia, de la Universidad de Londres (Institute of Neuroscience, King’s College); Alfonso Barros, de la Universidad Jaume I de Castellón; y el médico experto en esta meditación, José Suero, del Centro de Salud Jazmín, Sermas, en Madrid.
La principal aportación de este artículo es que compara la anatomía del cerebro de un grupo de meditadores respecto de un grupo equivalente de no meditadores, y llega a la conclusión de que los primeros tienen más materia gris en todo el cerebro, en torno a un 7%.
Sergio Hernandez explica que, mediante imágenes de resonancia magnética estructural, se compararon las anatomías cerebrales de veintitrés practicantes experimentados de la meditación de Sahaja Yoga con veintitrés no meditadores. Ambos grupos tenían valores equivalentes en edad, género (proporción de mujeres y hombres) y nivel de educación. Todos los voluntarios eran diestros. A través de la técnica denominada Morfometría Basada en Voxeles (Voxel-Based Morfometry) se hallaron los volúmenes de materia gris en todos los participantes.
Una de las características distintivas de la meditación estudiada, Sahaja Yoga, es que el practicante experimenta el estado de silencio mental o “conciencia sin pensamientos” con regularidad en su meditación (aunque no necesariamente todos los días). “Esto hace que sea interesante esta meditación para observar los correlatos neurales de este estado único de conciencia sin pensamientos”, prosigue el investigador de la ULL. “Es importante mencionar que la consciencia sin pensamientos es el objetivo final de la meditación tradicional, tal como se concibió originalmente en Oriente”.
La materia gris es la parte del cerebro donde se encuentran los núcleos de las neuronas. Con el avance de la edad, la materia gris disminuye, y por tanto el tener más materia gris equivale a cerebros más jóvenes. Hay otros estudios de meditación donde se ve que los meditadores poseen más materia gris en zonas del cerebro que tienen que ver con el control de la atención y las emociones. “En nuestro estudio”, explica Sergio Hernández, “también aparece esto, pero que sepamos es la primera vez que se observa que con un tipo de meditación la materia gris sea mayor en todo el cerebro”.
Muchas enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la depresión llevan asociadas pérdida de materia gris en diferentes zonas. También es conocido que la materia gris se expande dependiendo de las partes del cerebro que más usamos, es decir, funciona como pequeños músculos que crecen en las zonas del cerebro donde hay mayor actividad neuronal. Esto se ha probado ya con muchas actividades y perfiles profesionales, entre los que cabe nombrar a los músicos, prestidigitadores, matemáticos y también, en otros, meditadores.
Esta diferencia significativa en todo el cerebro se traduce también en que en este aspecto concreto (volumen de materia gris), los cerebros de los meditadores observados eran más jóvenes que los no meditadores, a pesar de tener las mismas edades, señala Hernández.