Un grupo de activistas ha entrado este jueves en las obras de construcción de un hotel en la playa de La Tejita, situado en el municipio de Granadilla de Abona, en Tenerife, y ha paralizado las tareas de construcción de parte del complejo en su sección más cercana al mar porque, esgrimen, “vulnera la legalidad” al afectar a una zona de “dominio público terrestre”. Las obras, que habían sido paralizadas, fueron reanudadas por la empresa a principios de marzo alegando que podía hacerlo según cuatro sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Sin embargo, la Dirección General de la Costa y el Mar considera que la promotora del hotel el grupo gallego Viqueira, carece de título habilitante para reanudar las obras en el área que, a partir de 2021, pasó a formar parte del dominio público marítimo-terrestre.
En un escrito firmado por la subdirectora general de Dominio Público Marítimo-Terrestre, Ainhoa Pérez Puyol, Costas puso en negro sobre blanco que las sentencias favorables a las que alude la empresa Construcción, Promoción y Derivados S. A., promotora de la iniciativa, “no son incompatibles” con la falta de licencia para relanzar la construcción del proyecto en la zona que pasó a formar parte de titularidad pública, al menos un 18% de la misma, según fuentes de la asociación Salvar la Tejita.
Esta mañana, una veintena de personas vinculadas al colectivo Salvar la Tejita se congregó en torno a las 08:30 horas junto al área delimitada del proyecto urbanístico que colinda con la playa de mismo nombre y han realizado cánticos como “no es turismofobia, es corruptofobia”, mientras portaban carteles en inglés en los que se leía “diversión para unos pocos es igual a destrucción de hábitats naturales”.
Cerca de una hora después, unas diez personas acceideron al interior de la obra y se han situado junto a una de las palas mecánicas paralizando su actividad y desplegaron una pancarta en la que se podía leer “Esta es nuestra playa”, en referencia a las movilizaciones lideradas por el artista César Manrique en la isla de Lanzarote en la década de 1980.
Ante esta acción un grupo de la Guardia Civil y la Policía Local intervino para tratar con representantes del grupo Viqueira, la empresa constructora, y los activistas, a quienes tomaron sus datos. Aún así no los desalojaron y han permanecido dentro de las instalaciones hasta entrada la tarde.
Uno de los portavoces de Salvar La Tejita, Alfonso Boullón, ha indicado en declaraciones a EFE que su protesta se encamina a “exigir que se cumpla la ley” ante el “fracaso de las administraciones”, que no actúan ante el “incumplimiento de diferentes aspectos del permiso otorgado por el Gobierno de Canarias”.
“Lo que estamos pidiendo es que se cumpla lo que dice la Dirección General de la Costa y el Mar de España, que este terreno es de dominio público marítimo terrestre y que por lo tanto la empresa Viqueira no puede en ningún caso destrozarlo (…). Es muy triste que sea la ciudadanía la que tenga que venir a leer la ley a la empresa y a las autoridades”, ha explicado Boullón.
Además, ha continuado, la “fecha de ejecución de la obra ya ha caducado” y no cuenta con “un sistema de depuración de aguas”, lo que significará que “todo lo que se genera de residuos fecales irá directamente al mar”.
“Esta es la gota que colma el vaso (…) Pedimos que pare esta locura, esta carrera por incumplir la ley, por destrozar el medio ambiente y vender todo al mejor postor. Pedimos que se cumpla la normativa que defiende el territorio, por el bien de todos”, a dicho.
“Vemos a las organizaciones políticas hablar de que hay que cambiar el modelo y este es el cambio de modelo”, ha finalizado el portavoz de Salvar la Tejita.
Huelga de hambre
Precisamente para pedir que se paralicen de nuevo las obras en este hotel varias personas iniciaron hace más de una semana una huelga de hambre en La Laguna en un campamento instalado junto a la Iglesia de la Concepción. Sin embargo, desde el Gobierno canario no se ha recibido ninguna señal que indique que, al menos, están dispuestos a escuchar lo que piden, que no es más que que se cumpla la ley con este hotel y con el proyecto Cuna del Alma, que cosechó hasta dos órdenes de paralización y un expediente sancionador durante la pasada legislatura pero que han sido archivados y levantados por el nuevo Ejecutivo de Coalición Canaria y el PP. La paralización de Cuna del Alma llegó tras constatarse que había destruido irreversiblemente un importante yacimiento arqueológico, que ponía en riesgo inminente a especies protegidas y que había iniciado las obras sin memoria de impacto ambiental.