La portada de mañana
Acceder
El jefe de la Casa Real incentiva un nuevo perfil político de Felipe VI
Así queda el paquete fiscal: impuesto a la banca y prórroga a las energéticas
OPINIÓN | 'Siria ha dado a Netanyahu su imagen de victoria', por Aluf Benn

“Niña malcriada”: sube la tensión entre CC y el PSOE por el hotel en La Tejita

Las obras de construcción de un hotel de lujo junto a la playa de La Tejita, una de las últimas sin masificar de la isla de Tenerife y que cuenta con un espacio protegido para salvaguardar su paisaje dunar, han estado acompañadas de polémica desde que el Ayuntamiento de Granadilla anunció, el día de Navidad de 2015, que iba a concederles licencia. En aquel momento el alcalde era Jaime González Cejas, del PSOE, que después fue procesado por varios delitos relacionados con la corrupción.

Desde entonces la protesta ecologista y de colectivos cívicos para impedir urbanizar este enclave cada vez menos virgen se ha sucedido a lo largo de los años y, junto al proyecto Cuna del Alma, es considerado una de las chispas que encendió hace más de dos años las protestas en la isla, y ya en toda Canarias con las movilizaciones masivas del 20A, en contra de un modelo de desarrollo en el que el turismo de masas ocupa y destruye parte de los enclaves naturales del archipiélago.

Las protestas han ido desde concentraciones junto a las obras con asambleas informativas, hasta entradas en el perímetro para paralizar las palas excavadoras o subirse a las grúas de construcción durante días. Esta fue, junto a la reciente huelga de hambre de varios activistas, una de las acciones más mediáticas en contra de este proyecto.

Las obras no solo vienen a urbanizar un enclave cada vez menos natural, sino que, para más inri, han cometido varias irregularidades, por lo que ha recibido varias órdenes de paralización, la última, en 2021. En la actualidad, los trabajos prosiguen pese a que la Dirección General de Costas ha indicado a la empresa promotora, el Grupo gallego Viqueira, que carece de título habilitante para realizar esas obras en una parte de la parcela, un área que fue incluida dentro del dominio público marítimo terrestre en 2021, cuando se modificó el deslinde en la playa.

El anterior Gobierno de Canarias, ante el rechazo de la sociedad a este proyecto (ya en 2022 hubo una multitudinaria manifestación en Santa Cruz de Tenerife en contra de este hotel y de Cuna del Alma), negoció con la promotora comprarle la parcela por unos 25 millones de euros. Incluso se consignó el presupuesto para hacerlo en un expediente de la Consejería de Transición Ecológica.

Sin embargo, con el cambio de Gobierno regional, la nuevo consejero, Mariano Hernández Zapata (PP), niega que ese expediente exista y, además, el presidente del Ejecutivo, Fernando Clavijo, se ha lavado las manos en el asunto y ha afirmado que son los ayuntamientos de Granadilla (por el hotel de La Tejita) y Adeje (por Cuna del Alma), ambos del PSOE, los que pueden parar los proyectos porque son los que dieron las licencias. Sin embargo fue el Gobierno regional, y no los ayuntamientos, el que paralizó ambos proyectos en la pasada legislatura debido a diversas irregularidades e infracciones.

La alcaldesa de Granadilla, el pasado 22 de abril, pidió una reunión con el Estado, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife para buscar “una solución viable” que garantice la protección la playa de La Tejita. Casi al mismo tiempo, también Clavijo anunció que convocaría a los alcaldes de Adeje y Granadilla para tratar estos temas y mostrarles su “apoyo”, ya que, según él, su Gobierno no puede hacer nada al respecto.

Y aquí es donde los proyectos del hotel de La Tejita y Cuna del Alma han entrado en una nueva fase, la de pasarse la pelota de una administración a otra hasta llegar a la descalificación personal.

La reunión convocada por Clavijo iba a tener lugar este viernes, 3 de mayo, pero el jueves Jennifer Miranda, la alcaldesa socialista de Granadilla, anunció que no acudiría. En una rueda de prensa junto a las obras del polémico hotel, Miranda explicó que tomaba esta decisión tras escuchar las declaraciones de Clavijo y de varios miembros del Ejecutivo regional sobre la negativa a adquirir la parcela en la que se construye el hotel La Tejita, “símbolo de la necesidad de cambio” del modelo económico de Canarias. Según ella, el objetivo de Clavijo era “señalar” a los dos alcaldes socialistas (Granadilla y Adeje) en “una operación de maquillaje político” para “sacar del foco” al Gobierno de Canarias.

Miranda, además, explicó que la semana anterior se había reunido con el Grupo Viqueira y que este sigue predispuesto a vender la parcela. Por último, la alcaldesa alegó que el Ayuntamiento de Granadilla no puede revisar “de forma arbitraria y discrecional” la licencia si antes no lo hacen el Gobierno de Canarias y el Cabildo con los dos informes preceptivos en los que se basó la misma.

El plante de la alcaldesa tuvo una reacción inmediata en las filas de CC. Clavijo afirmó que si esta hubiese acudido al encuentro habría tenido a su disposición todos los informes técnicos para afrontar el asunto “de manera seria” y que su ausencia ponía en evidencia, a su juicio, que “las intenciones son otras”.

La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila (CC), fue más allá y tildó el plante de Miranda como la reacción “de una niña malcriada”.

Además, insistió en que es el Ayuntamiento el que tiene “una responsabilidad importante” para revertir la licencia, así como para solicitar los informes que quiera para ver si es posible la adquisición del terreno. “Parece que ella sí ha mantenido diálogo con la propiedad. Hubiera sido interesante ver con ella la posibilidad que existe, con sus expedientes e informes preceptivos, de rescatar esa licencia, ir a procedimiento en el que se pueda ampliar la zona de protección y renaturalizar lo colindante al espacio protegido”, apuntó Dávila. 

Tanto Clavijo como Dávila insistieron en que la responsabilidad es del Ayuntamiento de Granadilla, porque es “el que ha hecho el Plan General de Urbanismo y el que dio la licencia” para el hotel de La Tejita. Cabe recordar que el Ayuntamiento aprobó la licencia urbanística del proyecto el 19 de septiembre de 2017 y la de obras el 25 de noviembre de 2018. En ambos casos, el alcalde era Domingo Regalado, también de CC. 

“Arrogancia y engreimiento”

El secretario general del PSOE de Tenerife, Pedro Martín, salió al paso de las reacciones de Clavijo y Dávila y defendió a Miranda. “Rosa Davila puede estar en desacuerdo con la no asistencia de la alcaldesa de Granadilla a una reunión del Gobierno de Canarias, incluso, aun sabiendo que estaba orquestada por CC para eludir sus responsabilidades y echar la culpa de los problemas de la isla a dos ayuntamientos del PSOE. Pero llamar a la alcaldesa niña malcriada es una falta de respeto institucional impropia de alguien que es presidenta del Cabildo de Tenerife. Rosa Dávila, con esta arrogancia y engreimiento, lejos de descalificar a Jennifer Miranda, conseguirá concitar aún más apoyos en torno a su trabajo en defensa de Granadilla como alcaldesa”, afirmó Martín.

También la diputada socialista Patricia Hernández defendió a Miranda en redes sociales: “Sin respeto institucional, sin argumentos, sin razones, llegan los insultos”.

Sí hubo un expediente de compra de la parcela

Clavijo negó de nuevo este viernes, como ya hizo el consejero Hernández Zapata (PP) hace unos semanas, que exista en el Ejecutivo expediente alguno para comprar la parcela donde se está construyendo el hotel de La Tejita, así como partidas en las cuentas de la comunidad para afrontarlo. 

Sin embargo, como ha publicado Canarias Ahora, el Ejecutivo anterior sí inició en abril de 2023 un proceso de compra para adquirir los terrenos donde se levanta ya parte del hotel, cuya extensión asciende a los 52.987 metros cuadrados. El Gobierno y la promotora alcanzaron un acuerdo, aunque Clavijo lo niegue. Y, de hecho, la empresa impulsora de la actuación llegó a dirigirse a la Consejería de Política Territorial, Cohesión Territorial y Aguas el pasado mes de agosto, ya con Clavijo en la presidencia, para “continuar la tramitación del proceso de adquisición directa”.