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La Plaza Weyler, un oasis en el epicentro de la ciudad

La Plaza Weyler, en Santa Cruz de Tenerife

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

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La Plaza Weyler es uno de los puntos de paso, de encuentro y de descanso más populares de la capital tinerfeña, consideración sustentada en su privilegiada ubicación en uno de los cruces más transitados de la ciudad, esto es, en lo alto de la calle del Castillo (la vía comercial por excelencia), junto a la Rambla Pulido y la prolongación de la calle Galcerán con Méndez Núñez; en uno de sus laterales –el de la avenida Ángel Guimera- se encuentra una parada de tranvía, repitiendo el recorrido de la primera versión de este medio de locomoción, allá por los comienzos del siglo XX.

Se trata la Plaza Weyler de una cuadrícula casi perfecta de 60 por 60 metros, erigida a finales del siglo XIX, dentro del proyecto de urbanización de esa parcela de la capital, que incluía la construcción de viviendas hacia la Rambla Pulido –en lo que era el extrarradio de la ciudad- y servir de lugar de esparcimiento vinculado a la recién levantada nueva edificación de la Capitanía General de Canarias (demarcación militar al mando por aquel entonces por Valeriano Weyler). Al poco tiempo, sin embargo, la plaza adquirió una entidad propia y autónoma de la idea militar, en virtud del atractivo que de inmediato despertó en el corazón de los chicharreros, que la convirtieron en uno de sus lugares de esparcimiento preferido.

De esta manera, y avanzando el siglo XX, la plaza fue ganando categoría, de manera paralela al crecimiento de la ciudad en torno a la vía que comunicaba con La Laguna. Un ejemplo fue la sustitución de la primera pila dispuesta como elemento de referencia en el centro de la parcela por la fuente de mármol blanco de Carrara, que constituye todavía en la actualidad la imagen de referencia de la Plaza.

La fuente, erigida en 1899, se compone como un conjunto escultórico, de inspiración neorrenacentista, con un grupo de figuras de niños (cuatro en cada esquina de la parte media y dos en el remate de la pila) y cuatro delfines desde donde se vierte agua sobre unas conchas. Otros cuatro jarrones también de mármol bordean el parterre sobre el que se asienta la fuente. El trabajo fue realizado en Génova por el escultor Achille Canessa por encargo del alcalde Pedro Schwartz.

Laureles de Indias (probablemente el árbol más presente en las plazas, parques, paseos y jardines de Santa Cruz), bancos de piedra y una cafetería componen este espacio tan querido por los santacruceros.

Precisamente el alcalde Schwartz da nombre a otra plaza cercana, algo menos transitada, pero también en el centro de la ciudad, a dos manzanas escasas en diagonal de la Weyler, ubicada a la altura del antiguo Hospital Militar –hoy el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS)-, también conocida popularmente como la Plaza Militar. Más sombría y arbolada, en ligera pendiente, es también más pequeña que la Plaza Weyler. 

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