Un error de los juzgados deja a la familia de Romina sin poder enterrar el único resto mortal hallado de la joven
Emilia Zaballos, abogada de la familia de Romina Celeste, la joven asesinada por su pareja en Lanzarote en la madrugada de Año Nuevo de 2019, ha denunciado este miércoles que los únicos restos que se encontraron de la víctima, el pulmón hallado en la Playa de Las Cucharas, en Costa Teguise, han sido destruidos por un error del juzgado. “La madre (Miriam) ha viajado hoy sin los restos de su hija como le habían prometido”, ha lamentado la letrada en el programa Ponte al Día de Televisión Canaria.
El pasado viernes, Raúl Díaz confesó haber matado a Romina Celeste y haber quemado y descuartizado el cadáver antes de arrojarlo al mar. Los investigadores solo lograron encontrar un pulmón de Romina. Fue un socorrista quien lo halló cuatro días después del crimen. Pensando que se trataba de restos de origen animal, lo tiró a un contenedor de escombros. Diez días después, al ver el operativo desplegado por la Guardia Civil en esa zona de la costa, ese socorrista alertó a las autoridades, que pudieron recuperarlo. Tras cotejarlo con el material genético del cepillo de dientes de la víctima y con una muestra extraída a la madre, los forenses determinaron que era de Romina.
En una rueda de prensa ofrecida el mismo día en que el acusado confesaba el crimen, la madre de la víctima expresó su deseo de llevarse a su país, Paraguay, “ese pequeño trozo de pulmón” porque “es la única forma de que Romina vuelva a su familia”.
La abogada de la familia, Emilia Zaballos, ha comunicado esta misma mañana a la madre que no será posible por un error que atribuye al juzgado que llevó el caso, el de Instrucción 1 de Arrecife. Según explicó la letrada, el Instituto de Medicina Legal comunicó en enero de 2020 a ese juzgado que ponía a su disposición el pulmón para que decidieran qué hacer con él en un plazo de tres meses. Sin embargo, nunca se notificó a las partes, por lo que, transcurrido ese tiempo, los restos fueron destruidos.
“Lo sabíamos desde antes del juicio y hemos intentado hacer gestiones. No se lo hemos dicho a la madre hasta esta mañana. Imagínese el dolor”, ha lamentado.
Zaballos ha señalado que lo único que queda son las placas con las que se hicieron las pruebas de ADN y que el Instituto de Medicina Legal ya les ha comunicado si intención de hacérsela llegar a la familia. “Es muy duro”, ha insistido la abogada.
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