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El autor confeso del incendio forestal de 2007 en Gran Canaria: “No quería hacer esta catástrofe, se me fue de las manos”

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Juan Antonio Navarro, el vigilante forestal autor confeso del incendio que arrasó 19.291 hectáreas en Gran Canaria en 2007, admitió este lunes que “no quería hacer esta catástrofe, se me fue de las manos”, ya que su única intención era denunciar los pocos medios con los que contaba el personal contratado por la empresa pública Gesplan y ampliar su contrato más allá de la campaña de verano, en la que llevaba trabajando los últimos seis años.

Navarro ha explicado, en la primera sesión del juicio con Tribunal del Jurado que se ha iniciado este lunes en la Audiencia de Las Palmas y que está presidida por el juez Salvador Alba, que escogió “este día a conciencia” ya que conocía que se estaba en situación “de máxima alerta ”. Así, según relató, el 27 de julio de hace una década a las 13.50 horas, y antes de comenzar su jornada laboral, “paré el coche, me bajé, cogí unas cerillas y prendí ahí en un montículo el incendio”. Antes de esto asegura que comprobó que no había nadie en la casa forestal.

“Había mucha pinocha, paja y material seco. No quería que se extendiera tanto, pero tantas veces decir las cosas y que no me hicieran caso [en relación a las quejas por las faltas de medios para los trabajadores, de hecho testificó en el juicio que por aquel entonces los vigilantes no contaban con emisoras para comunicarse entre ellos], se me cruzó...qué sé yo”, indicó Navarro, vecino de Tejeda y con formación acreditada en la lucha contra incendios, quien señaló en la vista que la culpa es solamente suya y que por ello pide “perdón” a todos los afectados, más de 4.550 personas que fueron evacuadas.

El procesado inicialmente se enfrentaba a una pena de hasta 16 años de cárcel, pero debido a los atenuantes de confesión y dilaciones indebidas finalmente ha pactado ocho años y seis meses de cárcel, de los que ya ha pasado cuatro años en prisión.

Navarro ha reiterado que avisó “al minuto” al Centro de Coordinación Operativa Insular (Cecopin) para que apagara el incendio, pero sostiene que los efectivos contraincendios tardaron una media hora en acudir, ello a pesar de haber llamado hasta en dos ocasiones. En ese tiempo, intentó apagar el fuego con matos, pero no lo logró y tampoco empleó los extintores que tenía en el 4x4. “Con los nervios no me acordé de los extintores”, se defiende y justificó que en algunos momentos de la sesión de este lunes su relato no fuera concreto porque “tantos años y tantas historias...estoy bloqueado”.

De héroe a villano en menos de 24 horas

De héroe a villano en menos de 24 horasNavarro en un primer momento sostuvo que había identificado a unos jóvenes toxicómanos con ropa oscura como autores e intentó detenerlos. Como fue el único testigo, la Guardia Civil le pidió al día siguiente que fuera al cuartel en Tejeda para tomarle declaración. Ese sábado, tal como recordó el jefe del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), el vigilante fue recibido en Tejeda “como un héroe” ya que fue la persona que se suponía que había identificado a los autores y había intentado detenerlos.

“Cuando nos cuenta los hechos, estos son incongruentes, cuando veo las incongruencias, se derrumba”, señaló el encargado del Seprona. “Inventé una historia, la de los toxicómanos, pero después en la Guardia Civil testifiqué que fui yo, ya estaba destrozado. La Guardia Civil me llamó a declarar y vi aquello desamparado y dije: mire, fui yo, ya está. Toda la historia de los toxicómanos fue un inventario mío para echarme fuera, pero no valía para nada”, reconoció Navarro.

El jefe del Seprona rememoró que al día siguiente se reconstruyeron los hechos con el autor confeso. “Era una vaguada con pinocha, era un sitio ideal, hay que tener unos conocimientos que [el vigilante forestal] tenía. Había combustible y condiciones, era ideal para generar un gran incendio. Nunca se causó tantos daños con tan pocos medios”, recalcó. Y es que Navarro prendió el fuego con un solo fósforo.

Desde el Seprona también apuntan que revisaron el vehículo y comprobaron que en el mismo había extintores que estaban todos con los precintos “intactos”. “Una persona con su formación no apaga el fuego con los matos”, subrayó el agente, quien añadió que el toxicómano “no es el perfil de un incendiario”. Por otra parte, otro de los agentes de la Guardia Civil testificó que, una vez que el fuego ya estaba extendiéndose por gran parte de la isla (afectó a nueve de los 21 municipios de Gran Canaria), si no llega a ser por un camión de bomberos y agentes de la Benemérita, las llamas habrían arrasado el pueblo de Veneguera en Mogán.

Un juicio con particularidades

El juicio tiene previsto hasta cuatro sesiones, aunque probablemente no hagan falta más de dos, y tiene varias peculiaridades que el fiscal de Medio Ambiente de Las Palmas, Javier Ródenas, ha recordado. Por un lado, se trata del último pleito judicial en España sobre un incendio forestal que se dilucidará mediante la fórmula del jurado ya que desde el año 2015, por un cambio en el Código Penal, son los jueces los encargados del veredicto.

Por otro lado, el juicio se celebra a pesar de la conformidad de Navarro debido a que la pena a la que se enfrenta supera los seis años de presión. Así mismo, Ródenas ha comentado que desde el año 2010 la responsabilidad penal del incendio se conocía, pero se ha tardado tanto en celebrarse la vista porque hubo más de 300 afectados y 22 partes personadas que no estaban conformes con las indemnizaciones. Finalmente, se ha logrado conseguir acuerdos extrajudiciales con Gesplan, responsable civil subsidiario ya que era quien había contratado al vigilante, que de no haberse logrado habría hecho que la vista oral se hubiera prolongado seis meses.

No obstante, hay dos afectados que se han personado en la causa, el particular Ignacio Jiménez, que reclama daños por haber perdido joyas y armas por el fuego, y la empresa propietaria del zoológico Palmitos Park, que fue arrasado por las llamas. Sin embargo, las responsabilidades civiles serán decididas por el juez Salvador Alba en la sentencia, por lo que el jurado tan solo está para decretar si está probado o no que Navarro fue el autor del incendio.

Indemnizaciones y daños millonarios

Como puso de manifiesto el abogado del Gobierno de Canarias, que ejerce como acusación, el incendio en total ha generado unos 18 millones de euros de gasto, de los cuales casi 500.000 fueron a la hora de apagar el fuego, cuatro millones de euros para hacer obras por los daños, y 13 millones de euros en el pago de indemnizaciones. Tanto el Cabildo de Gran Canaria como la empresa pública Gesplan, dependiente de la Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno canario, están dispuestos a asumir como responsables civiles subsidiarios del incendio estas indemnizaciones. Tal como expresó el abogado de Gesplan, José María Palomino, lo último que espera la empresa es que un trabajador de ellos “queme el bosque”. “Quebrantando la confianza depositada provocó el mayor desastre medioambiental en Canarias. Hacemos frente a la deslealtad indemnizando frente a la insolvencia del acusado”, sentenció el letrado.

Palomino ha destacado el haber llegado a acuerdos extrajudiciales, algo que “no ha sido fácil pero sí posible”, aunque solo quedan dos partes personadas. De todos modos, ha aclarado que se ha tardado en alcanzar estos convenios porque era su obligación cerciorarse “que nadie se enriqueciera”, enumerando casos de personas que han intentado cobrar dos veces, que en diez años no han acreditado los daños o el caso de un particular que ha cobrado 1,5 millones de euros por encima de lo peritado.

En la primera sesión del juicio se ha podido tomar declaración al particular Ignacio Jiménez, un ciudadano que sostiene que en la casa de su madre tenía guardadas joyas y armas por un valor de 83.600 euros y que tan solo ha sido indemnizado con unos 4.000 euros, por lo que esta parte reclama unos 75.000 euros que sostiene que demuestra con recibos y con un justificante de la joyería a la que adquirió “las joyas de la corona”, como lo describe el abogado de Gesplan, que defiende que la reclamación “no está acreditada”.

Jiménez atestiguó que las alhajas y las armas eran compras realizadas con dinero en efectivo y que tan solo ha podido aportar las facturas de las armas, pero no las joyas, de las que solo ha presentado una relación realizada por la principal joyería en la que las adquirió y fotos de los restos chamuscados. La joyera, que también prestó declaración pero como testigo, reconoció que el reclamante solía ir “una o dos veces al año” a su negocio, que solo certificó las compras más recientes y que no dio las copias de las matrices de las facturas porque no se las solicitó el afectado.

Por su parte, desde Palmitos Park se reclama siete millones de euros a Gesplan ya que, según el peritaje realizado por una tercería, se concluyó que los daños ascendían a unos 18,5 millones de euros, pero la compañía aseguradora Allianz solo ha pagado los 11,5 millones que recoge la póliza, por lo que los dueños del parque piden el resto a la empresa pública. La defensa de la entidad dependiente de la Consejería de Política Territorial entiende que la aseguradora fue “muy generosa” porque en la última pericial se recoge que el coste de los daños asciende a 10,2 millones de euros, 1,3 menos de lo ya abonado, lo que rechaza de lleno el abogado Alberto Hawach, contratado por Aspro Parks, dueña del zoológico. Esta cuestión centrará la jornada que se celebrará este martes desde las 09.30 horas y que previsiblemente será la última antes de quedar visto para sentencia.