Clavijo tiene razón: aquí las pruebas de que Canarias no democratiza la riqueza de su boyante sector turístico

Dos turistas camina por la playa de La Tejita, en el sur de Tenerife.

Román Delgado

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Fernando Clavijo, el presidente de Canarias, tiene razón; ha concentrado toda la razón en sus declaraciones de este lunes en las que anima al empresariado turístico de las islas a “democratizar” la riqueza del sector estrella porque “explota algo de todos”. Y además lo hizo, no sin aparente intencionalidad, a pocos días de las manifestaciones convocadas con el lema común Canarias tiene un límite (el sábado 20 de abril), que, entre su batería de peticiones, recoge como una de las destacadas justo esa reclamación política.

Clavijo tiene toda la razón porque, a la vez que sostuvo tal cosa, reconoció con extraordinaria nitidez que Canarias (él es el jefe del Gobierno autonómico) no democratiza la riqueza de su boyante sector turístico o, dicho de manera también equivalente: Canarias no sabe o no quiere, quizá más lo segundo, redistribuir con mayor equilibrio (por las vías directa, más salario, o indirecta, desde el esfuerzo fiscal) y al menos entre todos los agentes económicos y sociales del sector (incluye a los trabajadores) los recursos dinerarios que capta por el desarrollo de la actividad turística (“algo de todos”), con registros macroeconómicos en llegadas de visitantes (16,2 millones de turistas totales) y en facturación total, entre otros tantos, que han concedidos récords históricos en el balance de 2023, el último año con datos oficiales cerrados.

Seguro, por lo tanto, que Clavijo tiene toda la razón, y aquí lo demostramos con pruebas objetivas, las recogidas de fuentes estadísticas oficiales. Estas demuestran o confirman lo que señaló acertadamente el presidente de Canarias el lunes: hay que “democratizar” la riqueza del turismo porque “explota algo de todos” o, en su expresión inversa, Canarias no democratiza la riqueza de su sector más boyante ni en el año más espléndido de toda su historia, el de 2023, y tampoco pese a las expectativas o previsiones de que ese statu quo se mantiene en el ejercicio presente.

Es obvio que hoy el negocio turístico va a toda pastilla en las islas, con la máxima intensidad, y ello, sin duda, deja huellas imborrables de insostenibilidad en muchos ámbitos (razones para las protestas ciudadanas y ecologistas del 20 de abril), a la vez que no se puede decir que la riqueza generada por el sector no se reparta. Sí, se reparte, pero no, por lo visto, de manera que se busque un óptimo aceptable de equidad. Sin duda, Clavijo tiene razón: en esto no funciona la democracia.

Primera cuestión a tener en cuenta: los salarios

Canarias es (lo sigue siendo) la comunidad autónoma con salario medio neto más bajo del país. El último registro del INE, del cuarto trimestre de 2023, así lo refleja al conceder a las islas un emolumento líquido promedio de 1.894 euros al mes, solo el 75% del registro asignado a España. El archipiélago solo tiene un dato más bondadoso que el de Extremadura, la última en esta clasificación. Por esta vía, la democratización de la riqueza ya resulta deficiente.

Además, y aquí se exhibe otra cuestión que empeora las cosas, las subidas salariales anuales que regulan los dos convenios provinciales de hostelería, restauración y bares son del 2,75% en 2023 para la provincia tinerfeña y del 2,5% para la de Las Palmas. 

Llegado a este punto, hay que decir que el llamado coste de la vida, la inflación o el IPC, subió en Canarias el 3,8% en 2023 (por 3,1% de España), el registro de precios más alto en todo el país. Pero aún hay más: esa solo fue la pauta en la inflación general, que la cesta de la compra se encareció, donde más duele a las familias vulnerables, el 10% en un año, con un nivel de crecimiento acumulado en los precios de los alimentos del 25% en tres años (2021-23) en las islas.

Canarias además tiene una tasa de paro, según la variable más reciente de la EPA, del cuarto trimestre de 2023, del 16,2%, con subida respecto al mismo cuatrimestre del año anterior, entonces en el 14,57%. España se halla en el 11,76% para el primero de los periodos.

La democracia en las islas parece que tampoco se ha activado en estos epígrafes en las islas: ni por la vía de la subida salarias ni por la vía fiscal, la que deben gestionar los gobiernos en una deseada función reequilibradora de los recursos que son “de todos”.

En el lado opuesto: abundancia de ingresos turísticos

Al cierre del año 2023, la economía ha crecido en Canarias a un ritmo del 3,8%, según el dato avanzado por la AIReF, que representa la mejor evolución en España, lo que viene a reforzar algo ya dicho: que el turismo funciona a las mil maravillas como negocio, al menos como negocio.

Aún hay más en esta línea de mejoras económicas. La facturación total del sector turístico en Canarias, medida por el Istac, se situó al cierre del año pasado, el dato acumulado de 12 meses, en 19.565 millones de euros, con un gasto medio por turista y viaje (en la estancia total) de 1.387 euros.

La primera de estas variables crece el 16% en un año, y la segunda, el 5,5%. Todo tiene que ver con el mayor gasto promedio de los turistas, con el incremento de los días de permanencia en el lugar de destino y con la mayor afluencia de turismo nacional e internacional, la suma ya conocida de 16,2 millones de visitantes en 2023, récord histórico tras superar el registro de 2017, en 15,9 millones. Esta dinámica, que es la promedio de Canarias, se refleja de forma similar a escala insular: a todo el mundo, incluso a La Palma, le ha ido mejor en 2023 en esos dos parámetros macroeconómicos.

Y luego tenemos el presente, el hoy, y lo que se espera del año, el medio plazo. Sobre lo conocido en el arranque de 2024, destaca un primer bimestre, el de enero-febrero, espectacular, con 990 millones de euros en ingresos (facturación y datos del Istac), el 17,8% más que en el mismo periodo de 2023, y mejoras en la rentabilidad por habitación disponible y ocupada en hoteles y apartamentos en ese mismo intervalo: hay niveles de subida de casi dos dígitos para el ingreso por habitación ofertada, en el 9,8%, y un alza del 14,2% para el promedio de habitación ocupada. Los niveles de ocupación en los establecimientos turísticos convencionales también mejoran porque aún llega más turismo, con el 13,5% de mejora (3,1 millones de extranjeros y nacionales, según Frontur-INE).

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