El pasado 20 de abril tuvo lugar en Canarias una gran manifestación convertida en “histórica”, para exigir al Gobierno regional que pusiese un límite al crecimiento descontrolado del turismo, la vigilancia de los espacios naturales y proteger el derecho a la vivienda de la población local. Cerca de 200.000 personas se sumaron a dicha movilización en contra del modelo turístico, donde se escucharon palabras como “Canarias se agota”, o “Canarias no se vende, se ama y se defiende”, repetido sin descanso durante minutos al unísono en toda la comunidad autónoma.
A este descontento social por el turismo masivo se empiezan a sumar otras regiones de España como la del pasado sábado 18 de mayo en Cantabria, o las que tendrán lugar el próximo 24 de mayo en Eivissa y, al día siguiente, en Mallorca. Dentro de un mes, el 20 de junio, también hay una convocada en Málaga.
Según informó El Diario.es en Cantabria , fueron cerca de 10.000 personas las que protestaron en contra de, y según citan, convertirse en la “Ibiza del norte”, debido también a la intención de una promotora inmobiliaria de construir un macrocomplejo turístico, en Ribamontán al Mar, un municipio al este de la bahía de Santander. Los cánticos también eran simples, pero directo: “Cantabria se defiende, salvemos Loredo y Langre”.
En el caso de las Illes Balears, las manifestaciones se han convocado para el próximo fin de semana, donde varios colectivos piden al Govern del PP demandas concretas contra las medidas encaminadas a “suprimir todo aquello que consideran un obstáculo para el desarrollo turístico”, y protestar contra la saturación turísticas de toda la comunidad y que además prevén una temporada con altos niveles de masificación turística, según informa también El Diario.es en Illes Balears.
En Canarias, las protestas tuvieron una buena acogida por parte de la población de las islas, y es ahora lo que se pretende en dichas regiones, quienes se suman a la ola Canaria.
En el Archipiélago fue una manifestación simultánea en toda la comunidad, donde se vieron banderas de Canarias, pancartas y prendas amarillas, como símbolo de representación. La llamada a las protestas atrajeron a todas las generaciones; jóvenes y mayores llevaban cárteles donde podía leerse : “Mi isla no es tu parque de atracciones”, “aquí vive gente” o “todos mis vecinos son guiris”.
Además, no solo en Canarias la población salió a la calle ese 20 de abril [ya conocido como el 20A], las manifestaciones se desplazaron de manera simultánea a Madrid, Barcelona, Granada, Londres y París. También, medios internacionales como la BBC o The Guardian ocuparon sus portadas con las protestas.
Estudio jurídico sobre la limitación de compra de vivienda a extranjeros
El Gobierno de Canarias anunció el pasado 2 de mayo que había solicitado a los servicios jurídicos de la comunidad autónoma un informe sobre la viabilidad de una reforma legislativa que permitiese establecer medidas para limitar la compra de viviendas a extranjeros.
Solo dos semanas antes, todos los partidos que forman el Ejecutivo regional y los que le apoyan (Coalición Canaria, PP, ASG y AHI) votaron en contra de una moción presentada por Nueva Canarias, donde se recogía, entre otras medidas, limitar la compra de viviendas a extranjeros. También votaron en contra de una moratoria turística, una ecotasa y promover de forma urgente medidas legislativas de política turística y urbanística para limitar el crecimiento turístico condicionado a las realidades insulares y a la existencia de servicios públicos.
En dichas contradicciones, pese a ese voto en contra, el presidente de Canarias explicó que quiere que se debata sobre el tema en la Unión Europea, apoyándose en que existen territorios comunitarios que cuentan con estas limitaciones, pero que su regulación es previa al ingreso en la Unión, y pone como ejemplo a Malta, que entró en la UE en 2005 y en la negociación y acuerdo posterior añadió una disposición que impide a los ciudadanos europeos comprar más de una vivienda en la isla, solo si se es residente durante más de cinco años.
El presidente de Canarias afirma entender el “malestar y el desasosiego” que tiene la población por el incremento demográfico ya que no se ha podido “acompañar” con la prestación de servicios e infraestructuras. “Hay que combinar el sistema productivo con la calidad de vida sin perder el atractivo turístico”, señaló en su momento.