El lugar dónde emplazar el Templo de Wat Doi Suthep quedó al arbitrio de un gran elefante blanco, que guiado por su intuición, o por la iluminación, decidió por sí mismo subir la montaña de Doi Suthep. La historia de este lugar sagrado, uno de los más venerados de Tailandia, no empieza ahí; pero ahí termina. Años antes, un monje budista encontró guiado por una visión un hueso del hombro de Buda. La reliquia se hizo famosa en muy poco tiempo por sus milagros y hechos fantásticos. Y obvia decir que las historias sobre el poder del hueso se extendió hasta llegar a oídos de un rey (en este tipo de historias siempre hay algún rey de por medio) que ordenó traer al sacerdote a su presencia. Al tomar la reliquia en sus manos, ésta se rompió en dos pedazos. Pero ambos retomaron su tamaño íntegro. Uno fue enviado por el rey a un templo de su capital, y el otro fue instalado en el lomo de un enorme elefante blanco. Y ahí retomamos la historia. El animal subió la montaña, dio tres vueltas sobre el mismo lugar y cayó muerto. Y el suceso fue tomado como una señal. Ahí dónde murió el elefante se construyó un enorme templo que hoy es uno de los más visitados por peregrinos que llegan desde todo el país .
Llegar a las puertas del templo no es fácil: los que optan por la opción más sencilla tienen que que subir 306 escalones flanqueados por dos enormes Serpientes Naga tras llegar hasta las puertas del recinto sagrado en taxi, combi o funicular. Los más osados hacen el Sendero de los Monjes que asciende atravesando un bosque tropical denso cuajado humedad visitando otros templos menores como el espectacular Wat Pha Lat, un pequeño templo situado junto a una cascada y que cuenta con una cueva llena de pequeños budas dorados. La recompensa bien lo merece. El camino se inicia en la Puerta Suan Dok y demanda unas dos horas de esfuerzo (12 kilómetros), pero te da la oportunidad de visitar grandes templos como Wat Suan Dok ( uno de los grandes templos budistas de la ciudad que está muy cerca de Shutep Road y que alberga el panteón de la dinastía de Lanna), pequeños adoratorios como el ya mencionado Wat Pha Lat, pasar junto a pequeños saltos de agua que los peregrinos usaban para purificarse y disfrutar de la exuberancia del bosque tropical.
Wat Doi Suthep es uno de los templos más importantes de Tailandia; Más allá de su imponente arquitectura o la espectacularidad del entorno. La elección del lugar no fue una casualidad. La leyenda del elefante está buena, pero el lugar tiene una vinculación con lo sagrado desde hace más de 1.300 años. El cercano Pico Doi Inthanon es el punto más alto del país; y las montañas que lo circundan se consideraron, desde hace más de mil años, la morada de los espíritus de los antepasados. No es raro que la montaña más cercana a la vieja ciudad de Chiang Mai, capital del antiguo Reino de Lanna (independiente hasta finales del siglo XVIII) se convirtiera en un lugar sagrado.
Wat Doi Suthep es una auténtica maravilla. Un lugar místico que se llena de magia al atardecer. Las salmodias de los monjes y el olor a incienso acentúan la espiritualidad del lugar. El Chedi dorado (pabellón que alberga la reliquia de Buda) es la estupa más importante del templo y preside una amplia explanada aterrazada llena de pabellones, estatuas sagradas y otras dependencias de un conjunto exuberante que incluye, también algunas estatuas hindúes, nada inusual por estos lares dónde las tradiciones se mezclan en un continuo fluir de ideas y creencias. Siguiendo la carretera que se interna en el Parque Nacional Doi Suthep nos encontramos con la Villa de Hmong, un pequeño pueblo rural que aunque se ha turistificado en demasía en los últimos tiempos merece la pena verse. Desde aquí puede subirse sin demasiada dificultad al Pico Doi Poi. Si vas con coche de alquiler o has contratado un transporte privado, no es mala opción bajar hasta la ciudad haciendo el circuito que incluye a la aldea de Ban Khun Chang Khian y el pequeño sendero que conduce a la catarata de Montha Than.
La gran capital cultural del norte de Tailandia .- Chiang Mai es el gran centro urbano del norte de Tailandia. La mayor parte de lo que hay que ver se encuentra en el interior de la ciudad amurallada, un recinto cuadrado de 1,7 kilómetros de lado que está repleto de viejos templos, palacios y barrios históricos (Old Town). El tamaño del casco histórico se presta al paseo tranquilo. Sólo en el espacio comprendido por las antiguas murallas hay una veintena de templos: algunos verdaderamente espectaculares como Wat Phra Singh; Wat Chedi Luang Worawihan o Wat Phan Tao –todo de madera- entre muchos otros (ver mapa). Pero también hay pequeños adoratorios y templos menores repartidos por toda la ciudad. A nosotros nos encantó el de Wat Thung Yu, una construcción pequeña guardada por dos serpientes Naga cuajada de detalles dorados y, también Wat Thung Yu, con su estupa dorada entre los tejados del casco histórico.
El centro de la vieja ciudad se arremolina en torno al Monumento de los Tres Reyes. Esta plaza, situado en el corazón del barrio de la rosa (antigua área palaciega de la capital de Lanna) aglutina a la mayor parte de los museos dignos de verse en la ciudad. Si no eres mucho de meterte a ver cacharros pues puedes pasar de largo e internarte en las callejuelas de la zona (dónde hay una buena colección de antiguas casas tradicionales), pero si te gusta conocer un poco más afondo la cultura local te recomendamos dos: El Museo Etnográfico del Reino de Lanna (Prapokkloa Rd; Tel: (+66) 53 217 793) que atesora una muy buena colección de antigüedades e información sobre la región y el Centro Histórico de Chian Mai (Prapokkloa Rd; Tel: (+66) 53 217 793) que recorre la historia del país con especial énfasis en la época Lanna. Muy cerca de la Torre Ku-Hueang (esquina suroeste del recinto amurallado) se encuentra el Buak Haad Park: no es un jardín japonés o chino, pero se deja ver y es un buen lugar para apartarse un poco de la locura callejera de la ciudad. Al sur de la muralla no dejes de visitar Wat Srisupan, un pequeño templo recubierto de planchas de plata y níquel. Es una pasada que bien merece la pena ver.
La Puerta Tha Pae comunica la Old Town con la cercana ribera del Río Ping. Entramos en el Barrio Chino, uno de los lugares con mayor actividad comercial y gastronómica de la ciudad. Aquí se celebra, por ejemplo, el Sunday market, un mercado gigantesco que se pone en marcha a las 16 horas de todos los domingos y se mantiene en frenética actividad hasta la media noche. En esta parte de la ciudad también funciona el Bazar Nocturno (Chang Khlang Road y Loi Khro Road), un animado mercado que abre diariamente hasta altas horas de la madrugada donde se puede comer y comprar casi de todo. Ahí mismo está el mercado de Warotot, un inmenso abasto dónde los locales realizan sus compras cotidianas (y también se puede comer). Otra opción interesante en la zona es hacer algún recorrido en barco por el río y aprovechar para cruzarlo y ver lugares interesantes como el Wat Ket Karam o el Wat Sikong, dos de los templos más interesantes de las afueras de la ciudad.
A DOS PASOS DE CHIANG MAI .- La primera de las excursiones obligadas es llegarse hasta las Cataratas de Mae Sa, un pequeño paraíso natural situado a unos 40 minutos en coche al norte de la ciudad. Esto no es el Niágara, ni mucho menos, pero el río baja desde las montañas del Parque Nacional Doi Suthep dando pequeños saltitos y creando enormes pozas dónde es más que agradable darse un chapuzón. Otro lugar interesante (si no estás cansado de tanto templo) es Wat Phra That Doi Saket, un imponente templo budista enclavado en medio de una fértil vega cubierta de arrozales. Para darse otro chapuzón, aunque esta vez en caliente, puedes visitar las Termas de San KhamphaengTermas de San Khamphaeng. Templos, templos y más templos… Si te quedan ganas vete a ver Wat Phra That Doi Kham (acceso desde Suthep –carretera paralela al aeropuerto-) y su enorme buda dorado de 17 metros. Lo mejor de este lugar es que casi no hay turistas.
Y para amantes de la naturaleza dos propuestas: El Elephant Nature ParkElephant Nature Park, una pequeña reserva que se dedica al rescate y recuperación de elefantes maltratados y usados como atracción turística y animales de carga. Si quieres ver elefantes intenta que en el lugar diga bien grande No Ride (no montar). Y, también, la Bai Orchid-Butterfly Farm, una granja de orquídeas en la que podrás sumergirte en un auténtico mar de mariposas. Otra excursión interesante es visitar la ruinas de la antigua Wiang Kum Kam, la capital de Lanna hasta la construcción de Chaing Mai. La ciudad quedó abandonada hacia ya 700 años, pero aún pueden verse los restos de su pasado esplendor en la ruina de sus templos y palacios. Genial para amantes de la arqueología.
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