La ciudad de Baza es famosa por varias razones. Quizás la más notable es por ser el lugar dónde se descubrió una de las esculturas íberas más espectaculares e interesantes de España. La Dama de Baza (puede verse en el Museo Arqueológico de Madrid) se encontró en el Cerro del Santuario , un lugar repleto de viejas tumbas que nos lleva a los tiempos en los que Hispania empezaba a relacionarse con los grandes imperios del Mediterráneo. La potencia arqueológica de Baza es, sencillamente, brutal (como suele pasar con los pueblos y ciudades de esta parte de la Península Ibérica). Los yacimientos íberos no son más que el punto de arranque espectacular de una nómina de sitios de interés que abarca más de dos milenios de presencia de grandes civilizaciones (propias y ‘ajenas’) en el solar ibérico. Hay mucho romano, mucho islámico, mucho medieval cristiano… El Centro de Interpretación de los Yacimientos Arqueológicos (A 92 norte-salida 342) se encuentra a medio camino del Cerro del Santuario y la antigua Basti, una de las más notables ciudades íbero romanas del país. Pero hablábamos de la importancia de Baza en el contexto de esta zona de la provincia granadina.
Granada es un pequeño microcosmos que prácticamente tiene de todo. Uno puede pensar en la feracidad de la Vega granadina, la monumentalidad de su capital, sus playas o los paisajes de Sierra Nevada o Las Alpujarras. Pero a espaldas de la Sierra hay otra Granada prácticamente desconocida para el gran público. Una Granada de espacios abiertos inmensos en los que se combina el bosque y los paisajes austeros que van anunciando la cercanía de los bellos e inquietantes desiertos almerienses. Y Baza sirve de puerta de entrada a esa comarca encajonada entre grandes cordilleras: Sierra de Baza al sur y la Sierra de Castril (que no es otra cosa las últimas cuestas de importancia de la mítica Cazorla, Segura y Las Villas) al norte. Entramos en el Altiplano Granadino. Una comarca relativamente llana que se eleva entre 700 y 1.000 metros sobre el nivel del mar y está rodeada de grandes alturas. Un lugar dónde llueve poco pero que está cruzado por ríos y arroyos que bajan desde las montañas y en el que se pueden rastrear los orígenes mismos de la Tierra (toda la comarca ha sido declarada Geoparque con lugares imponentes como el cañón del Río Gor –dónde hay una de las concentraciones de monumentos megalíticos más importantes de España- ).
Una pequeña guía de Baza.- Antes de seguir adelante merece la pena hacer parada en Baza, una ciudad de gran importancia histórica. Ya te hemos adelantado algo en el prólogo de esta pequeña guía. Baza es una pequeña ciudad repleta de viejas iglesias y palacios en los que aún pueden verse los rastros de su pasado islámico en lugares como Los Baños Árabes (Acequita, 7) o la explanada de la Alcazaba (Aduana, 31). Una ciudad de importancia con edificios como la Concatedral de Baza (Mayor, 2), que es una de las grandes joyas renacentistas de Andalucía, o el Palacio de los Enríquez (Carrera de Palacio, 27) antigua residencia del tío de los Reyes Católicos y uno de los mejores ejemplos de integración de los estilos mudéjar y renacentista de toda España.
Pasear por las calles de Baza es encontrarse con esos retazos de historia en lugares como la Calle Zapatería (donde puedes ver varios balcones de madera de origen medieval), la Plaza de Los Moriscos o la vieja Judería de Baza (en el entorno de las calles Cáliz y Chorrillo). El Museo Arqueológico (Alhóndiga, 1) ocupa dos antiguos edificios del siglo XVI: el Ayuntamiento viejo y La Alhóndiga. Ya sólo por ver estas dos joyas del Renacimiento merece la pena la visita, pero es que las colecciones son dignas de verse (con piezas prehistóricas, íberas, romanas, visigóticas, islámicas…). Alojarse en una cueva.- Una de las particularidades culturales de esta zona e Granada es el hábitat en Cuevas que se concentra entre las poblaciones de Guadix y Baza. Estas cuevas artificiales (unas 12.000 en toda la comarca) son de origen medieval y son una joya antropológica. Para ver las cuevas de la localidad hay que llegarse hasta el cauce del Río Baza (Calle Rio de Baza).
Orce y Galera y la cuna de los primeros europeos.- La carretera A-330 conecta el Altiplano con la autopista A-92N internándose en un paisaje árido marcado por el olivar de secano y los campos de cereal. Antes de seguir hacia Orce haz una parada en Cúllar para ver la Torre del Alabi, una vieja atalaya de origen nazarí que hoy sirve de campanario a una ermita. Desde esta antigua frtaleza musulmana tienes una vista que resume a la perfección la geografía de la comarca: extensas llanadas de aspecto austero y árido interrumpida por pequeñas vegas verdísimas que coinciden con los cauces de los ríos. Es un paisaje bonito e intenso que obliga a las mujeres y hombres a juntarse donde hay agua y a ingeniárselas para darle de beber a las tierras. Acequias, pozos y viejos Qanats (acequias subterráneas islámicas como las que pueden verse en los oasis saharianos) cruzan los campos de un lado a otro convirtiendo el desierto en un mosaico de pequeños vergeles.
Por eso no es de extrañar que las gentes hayan vivido aquí desde siempre. En Orce, por ejemplo, se encontraron restos fósiles de seres humanos que vivieron aquí hace más de un millón y medio de años. Puedes verlos en el Museo de los primeros pobladores de Europa (Camino de San Simón) junto a restos de megafauna o otros materiales prehistóricos más modernos. Pero es que también hay una alcazaba árabe muy bien conservada (Castillo, 1); un palacio renacentista (la Casona de los Segura –Tiendas,12-); restos de la cultura argárica –Bronce Antiguo- en el Cerro de la Virgen (con un pequeño centro de interpretación bastante bueno) y ya en Galera (siguiendo el cauce del Río Orce) la Necrópolis Íbera de Tútugi (Riego Nuevo, sn) y el espectacular Poblado de Castellón Alto (Paraje de Carrachila), una espectacular ciudadela argárica con más de 4.000 años de antigüedad. Sin alejarnos del río Orce y su afluente el Galera podemos hacer un recorrido histórico que va desde los albores de la humanidad hasta el presente. La potencialidad de esta comarca para los amantes de la historia y la arqueología es brutal. Y todo en un radio de pocos kilómetros.
La Cerrada del Río Castril.- El Sendero de la Cerrada del Río Castril es un breve paseo de 1,6 kilómetros a dos pasos del centro urbano del pueblo de Castril. En esta zona, el agua se encajona entre paredes verticales creando un paisaje de gran belleza. Una pasarela permite ir y venir sobre las aguas. Además, el pueblo es precioso. Aquí vas a encontrar un castillo nazarí, una iglesia, unos jardines muy bonitos (Jardines de La Lonja) y un atractivo casco histórico que, literalmente, se aferra a las pendientes de la peña que alberga la vieja alcazaba islámica. Este es uno de los pueblos más bonitos de toda Granada.
Huéscar, la capital del Altiplano.- Al igual que sucede con Baza, Huéscar es una villa de carácter monumental con bastantes cosas que ver. La Basílica de Santa María La Mayor (Campanas, 3), por ejemplo, es una de las ‘siete maravillas’ de la provincia de Granada que ya es decir. El casco histórico de la localidad atesora viejos palacios, plazas encantadoras, los restos de un viejo castillo (la Torre del Homenaje –Alhóndiga, sn- y su mirador) y hasta una casa modernista que es bastante curiosa (Santo Cristo, 2). También tiene su propio barrio de casas cueva y hasta una fuente de aguas termales que te permite dar un chapuzón calentito durante todo el año. Pero Huéscar sirve de acceso a uno de los parajes naturales más intensos de la provincia de Granada. El Pico de La Sagra es la montaña perfecta. Un pico aislado que surge de las llanadas formando un cono imponente. En sus alrededores hay lugares muy bonitos para ver como los bosques de Las Santas y hasta un pequeño conjunto de secuoyas en la Finca La Losa (acceso por A-4301).
Fotos bajo Licencia CC: Por los caminos; José Vicente; DracirR; Ángel M. Felicísimo