La curiosa configuración urbana de San Gimignano es el resultado de la conjunción de varias circunstancias. La primera es su propia situación en lo alto de una colina, lo que provocó que desde tiempos remotos fuera algo así como una atalaya desde la que pueden verse muchos kilómetros a la redonda; la segunda es su posición como una de las paradas de la llamada Ruta Francínea , un camino de origen medieval que conectaba Centro Europa con Roma y que se convirtió en uno de los más importantes caminos de peregrinación del Cristianismo ; la tercera deriva directamente de la segunda y tiene que ver con la cantidad ingente de dinero que los peregrinos dejaban en la ciudad y la cuarta tiene que ver con la vanidad humana. Las familias nobles y ricas rivalizaron entre sí a ver quien construía la torre más alta y crearon una especie de skyline medieval único en el mundo.
San Gimignano es una cuidad pequeña que se recorre en apenas unas horas. Su situación a poco más de 50 kilómetros de Florencia y 40 de Siena y su fama como uno de los pueblos más bonitos de La Toscana la han aupado a un estatus de mito para viajeros y turistas. Y pese a las aglomeraciones (especialmente molestas en verano ) es uno de esos lugares que merece la pena ver si pasas por la región . Dicen que no hace mucho habían 72 torres; hoy sobreviven 14. Pero aún así la visión del conjunto impresiona. No es mala idea empezar el paseo poniendo alguna distancia entre los primeros muros de la ciudad y tú. Y desde la campiña ver el conjunto antes de internarnos para ver cada una de las partes. Seguramente, tu cámara de fotos te lo agradecerá, porque ya dentro, la estrechez se impone y los encuadres deberán centrarse en el detalle. Desde la distancia, las torres (algunas por encima de los 50 metros) crean una ilusión de rascacielos medievales. Es uno de los lugares más intensos de Italia, que ya es decir.
Casi todos empiezan la visita en la Piazza della Cisterna, en pleno centro. Un centro desde dónde se puede acceder a cualquier rincón en apenas un par de minutos de paseo tranquilo. Si eres de los que sabe aprovechar el tiempo ya verás como pasas por aquí varias veces a lo largo del día. Porque pese a que todo está a dos pasos hay mucho que ver y muy bueno. Como sucede con el Duomo de San Gimignano (Dirección: Piazza Duomo, 2; Tel: (+39) 0577 940316; E-mail: info@duomosangimignano.it) que engaña al que se queda con el exterior. Nada hace pensar que detrás de esa sencilla fachada de piedra se esconde una de las grandes maravillas del último gótico y del primer renacimiento italiano. Las paredes de la antigua catedral (hoy tiene el estatus de Colegiata) están cubiertas de frescos; algunos de ellos firmados por ilustres como Benozzo Gozzoli o Domenico Ghirlandaio, entre otros genios. En el Museo de Arte Sacro hay muchos más tesoros. Y justo al lado del Duomo se encuentra el Palazzo Comunale (Dirección: Via Baccanella, 1) sede del poder municipal desde el siglo XIII, que compagina su función como ayuntamiento con la de sala de arte (con obras impresionantes del Renacimiento Italiano), museo y acceso a la Torre Grossa, la más alta de la ciudad (53 metros) y desde dónde puede verse un panorama bucólico de campiñas pintadas a base de líneas de vides y olivos.
Tesoros por todos lados. Si te gustan los museos hay para todos los gustos ; el Arqueológico dedicado a las culturas etrusca y romana; otro sobre ornitología; uno más de arte moderno e incluso otro muy curioso, el Museo de la tortura (Dirección: Via San Giovanni, 125; Tel: (+39) 0577 940526) sólo apto para estómagos fuertes e ideal para gustos morbosos. Pero aunque no te gusten este tipo de centros, tienes que pasar por San Gimignano 1300 (Dirección: Via Berignano, 23; Tel: (+39) 327 439 5165; E-mail: info@sangimignano1300.com) un excelente centro de interpretación en el que se explica al detalle el cómo y el porqué del pueblo en el siglo XIV, momento clave para entender el San Gimignano de hoy. La maqueta de la pequeña ciudad es sencillamente impresionante.
Y de resto caminar y caminar. Para ir descubriendo los muchísimos tesoros de la ciudad: La Rocca di Montestaffoli (antigua fortaleza hoy casi arruinada), el palacio Tortoli, la torre de los Pucci, el palacio Ridolfi, las torres de los Becci y Cugnanesi, el palacio Pellari y el palacio Ardinghelli con sus torres gemelas, la Torre del Diavolo… Muchísimo concentrado en apenas un par de calles. En apenas diez minutos uno puede deleitarse con el conjunto monumental de Piazza Cisterna, descubrir pasajes repletos de arcos, esquinas alucinantes o ventanales partidos por elegantes ajimeces. Una grandeza estrecha que permite, por ejemplo, darse el lujo de parar un par de veces al día para sentarse con tranquilidad y probar algunos de los afamados vinos toscanos o dejarse caer por Dondoli, para muchos la mejor heladería del mundo.. Una visita más que recomendable para amantes del buen vino es el Consorcio de la Denominación de Origen San Gimignano (Via di Fugnano, 19; Tel: (+39) 0577 940108; E-mail: info@vernaccia.it) un caserón toscano situado junto al Castillo de La Rocca en el que puedes pasar un par de horas probando vernaccia, el afamado vino blanco local. Los atardeceres desde su terraza, con vistas a la generosa campiña, son sencillamente gloriosos.
¿Cómo llegar a San Gimignano? Si vas en coche propio no tienes ningún problema. El pueblo se encuentra a medio camino entre Florencia y Siena. Desde Florencia o Siena toma la Autostradale en dirección a Poggibonsi y desde ahí la SP 1 hasta San Gimignano. En transporte público hay dos opciones aunque las dos requieren transbordo. La primera es ir en bus de línea hasta Poggibonsi y ahí tomar la línea 130 hasta San Gimignano. La otra opción (más rápida pero más cara) es hacer el trayecto hasta Poggibonsi en tren (desde Florencia o Siena) y ahí tomar el 130.
COMER EN SAN GIMIGNANO
Da i' Mariani Da i' Mariani (Dirección: Via Quercecchio, 19; Tel: (+39) 338 233 4399). Para picar. Tablas de fiambres, quesos y productos de la tierra sencillamente sublimes con la mejor relación calidad precio. Ideal para alternar con los magníficos vinos toscanos. No son ibéricos, claro está, pero los embutidos se salen. Berenjenas gloriosas y quesos de muy buena calidad.
Echoes Echoes (Dirección: Via Mainardi, 10; Tel: (+39) 0577 907057) Pequeño, íntimo, muy económico y, lo mejor de todo, bastante bueno. Platos típicos de la gastronomía italiana con la garantía de la calidad de las materias primas de la zona.
Gelatería Dondoli Gelatería Dondoli (Dirección: Piazza della Cisterna 4; Tel: (+39) 0577 942244; E-mail: sergio@gelateriadondoli.com). Basta con decir que aquí probamos uno de los mejores helados artesanales que hemos tenido la oportunidad de probar en todos nuestros viajes. Sencillamente otro nivel. Buenísimos. Venir a San Gimignano y no probarlos es un pecado mortal.
Fotos con licencia CC:Cédric Liénart;Groume;Allie_Caulfield; Franco Vannini.