La Asociación de Maltratados por la Administración (AMA) cumple diez años aunque su batalla viene de mucho tiempo atrás. La última década ha llevado a los afectados por las sentencias de derribo en Cantabria a plantar cara a las instituciones en los distintos municipios, en el Parlamento de Cantabria o en el Gobierno autonómico. Su voz se ha escuchado ante el Defensor del Pueblo o en el Parlamento Europeo, donde han recabado apoyos para salvar sus casas de la piqueta.
En una semana en la que los propietarios de las urbanizaciones más señaladas por los órganos judiciales han empezado a recuperar la esperanza, a firmar acuerdos con el Ejecutivo regional y a suscribir los primeros contratos de compensación por los que el Gobierno de Cantabria se compromete a proporcionar otra vivienda en caso de que no sea posible legalizar la suya, el colectivo que aglutina a los afectados por sentencias de derribo ha celebrado este sábado su aniversario con un acto en Argoños, donde dio sus primeros pasos.
La urbanización Pueblo del Mar I, uno de los símbolos de la especulación urbanística en años de bonanza y refugio de familias que se vieron atrapadas por la burocracia, ha acogido un acto sencillo en el que los afectados han plantado los primeros árboles del futuro parque y zona de ocio AMA, un lugar de descanso que servirá para homenajear a todos los que han peleado hasta el final para defender sus viviendas, con mayor o menor éxito.
El acontecimiento ha contado con la presencia del consejero de Urbanismo, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Javier Fernández; los alcaldes de Argoños, Juan José Barruetabeña, y de Escalante, Juanjo Alonso, así como los diputados autonómicos Miguel Ángel Palacio, del PSOE; y Rafael de la Sierra, del PRC, e Iñigo Fernández, del PP. Precisamente, la asistencia de miembros de los tres partidos con representación parlamentaria es una muestra más del consenso que se está escenificando en los últimos días.
De ahí las distintas propuestas aprobadas en el antiguo Hospital de San Rafael para 'desatascar' una situación que, como último paso, ha dado lugar esta semana al pacto, entre todos los grupos, de una proposición no de ley para apoyar la firma de convenios de compensación entre el Gobierno de Cantabria y los afectados como vía para garantizar el patrimonio de las familias.
Para Antonio Vilela, el presidente de AMA y cara visible del movimiento durante todo este tiempo, “ahora más que nunca” es necesario que la justicia sea “sensible” y entienda el “sufrimiento” de las familias propietarias de algunas de las 621 viviendas que hay en Cantabria con sentencia firme de derribo, porque, según ha recordado, “somos víctimas a las que no se les puede seguir maltratando”.
Y es que los miembros del colectivo, tras diez años de trabajo, marchas, protestas y reivindicaciones, esperan ver legalizadas sus viviendas o que se les construyan otras casas de similares características en zonas cercana. Y si no, al menos, recibir el valor económico de la propiedad. Vilela, durante su intervención, ha reconocido que “se ha avanzado en esa solución, aunque no es definitiva, y estamos mejor, a pesar del dolor de estos años”.
Homenaje múltiple
Homenaje múltipleMuy emocionado y en nombre de la AMA, Vilela ha recordado a todos los integrantes ya no se encuentran con ellos -muchas familias afectadas eran de edad avanzada y los propietarios han fallecido sin ver una solución para sus viviendas- y ha avanzado que la intención del colectivo es publicar un libro sobre su historia que se titulará 'Casas de papel'.
En el acto convocado con motivo del aniversario han sido homenajeados los periodistas Roberto Alonso y Josu García, por el trabajo desarrollado en estos años y por ser quienes publicaron los primeros artículos sobre la fundación de la Asociación de Maltratados por la Administración. También la Asociación de la Prensa de Cantabria ha tenido un reconocimiento por el trato recibido por los medios de comunicación en general. De hecho, el colectivo ha mostrado en una serie de cuadros los numerosos artículos de prensa que acreditan la historia de AMA.