En 2018, año del que hay cifras definitivas del Centro Nacional de Epidemiología, 2.500 cántabros fueron víctimas del herpes zóster, una enfermedad de gran complejidad que conlleva factores de riesgo y hospitalizaciones.
De hecho, durante 2019, en Cantabria ingresaron en un hospital con diagnóstico principal o secundario de zóster, 76 pacientes. Con diagnóstico principal, 32 pacientes fueron hospitalizados con una estancia media de más de 10 días, mayor que la estancia media del total de altas de los hospitales en dicho año. 236 personas habían acudido a Urgencias ese mismo año.
El herpes zóster o culebrilla es una erupción de sarpullido o ampollas en la piel causada por el mismo virus de la varicela. Después de padecer varicela, el virus permanece en el cuerpo y puede aparecer en edad avanzada como el sarpullido antes citado. Aunque presenta baja mortalidad, las complicaciones que puede presentar, sobre todo la neurálgica, ocasionan discapacidad y disminuyen la calidad de vida.
Tiene una baja mortalidad, pero representa una importante carga sanitaria asistencial (consultas en Atención Primaria, consultas en Atención Hospitalaria, ingresos), prescripciones farmacológicas prolongadas y diferentes grados de incapacidad laboral y social.
Tiene una baja mortalidad, pero representa una importante carga sanitaria asistencial, prescripciones farmacológicas prolongadas y diferentes grados de incapacidad laboral y social
El Gobierno central y las comunidades autónomas han echado cuentas y han visto que, por muy cara que sea la vacuna, el ahorro es importante si se confronta con el gasto sanitario que supone tratar a los enfermos. Afortunadamente, estos meses ha llegado a España la nueva vacuna, “que es muy potente y ha tardado cinco años en llegar después de que estuviera aplicándose en Reino Unido”, como anunció la viróloga Margarita del Val a este medio hace unos meses.
Pese a que cada vacuna cuesta 120 euros, las autoridades sanitarias consideran que es más caro para el sistema de salud no tener a la población de riesgo vacunada. Comunidades como Murcia y Canarias ya están destinando cuantiosas inversiones a la compra de vacunas. Cantabria acaba de incorporarse a esta dinámica y prevé destinar en total cuatro millones de euros, 1,7 millones en una primera tanda de compra a la farmacéutica GSK: 14.000 dosis a un precio unitario de 120,25 euros.
Vacunar a todos los mayores de 65 años por grupos
En marzo, Cantabria ya hizo una primera compra, pero apenas fue simbólica, dada la escasez de suministros para todo el país. El 31 de marzo de 2022 tuvo lugar suministro por 5.024 dosis, cantidad que iba destinada a grupos de riesgo (trasplantados, enfermos con hemopatías malignas y tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia). Ahora, el objetivo es vacunar a todos los mayores de 65 años, por cohortes y grupos de edad, empezando por los mayores de 80 años, cumpliéndose así con las recomendaciones del Consejo Interterritorial y de las Sociedades Científicas.
El objetivo en Cantabria es vacunar al menos un grupo de edad por año comenzando por la cohorte que cumple 80 años y descendiendo en edad hasta alcanzar al grupo de los 65 años. Se podrá vacunar a las personas que han recibido vacuna con anterioridad.
No obstante, se considera que la población de riesgo es toda aquella con más de 18 años de edad, ya que se trata de una enfermedad muy prevalente, con mayor incidencia a partir de los 50 años y en mujeres, aumentando con la edad y, de manera considerable, con la presencia de inmunosupresión y ciertas condiciones de riesgo, se indica desde la Consejería de Sanidad.
En España, más del 90% de las personas adultas han presentado infección por este virus y, por lo tanto, pueden desarrollar herpes zóster. El riesgo de desarrollar herpes zóster aumenta con la edad y alcanza el 30-50% en las personas de más de 85 años de edad.