Carlos Serrano, escritor: “Es un error aplicar valores actuales a personajes históricos y eso es lo más complicado a la hora de escribir”

Año 844 después de Cristo. El jefe vikingo Ivar el Deshuesado, hijo de Ragnar Lothbrok, asciende por el Guadalquivir y alcanza el corazón de al-Ándalus, saquea Sevilla y se fija en Córdoba. En esta, un nórdico conocido como 'El mudo', se ofrece a Abderramán II para combatir al enemigo. Así arranca la trepidante historia de 'El mudo y La daga', de Carlos Serrano, la última novela del escritor cántabro que ya está en las librerías.
Carlos Serrano, nacido en Santander en 1995, es escritor, docente y cronista viajero en revistas como 'Condé Nast Traveler' y 'Salvaje'. Siempre ha estado vinculado al mundo literario, ganando premios y certámenes desde su etapa en el instituto Santa Clara. Ganó el Accésit de Narrativa que otorga el Consejo Social de la Universidad de Cantabria por su libro 'El foramontano' (2017), se hizo con el Premio Internacional de Narrativa Joven Abogados de Atocha, organizado por Comisiones Obreras en Madrid, y obtuvo una Mención de Honor en la XXIV Edición del Certamen Literario Manuel Oreste Rodríguez-López, organizado por el Ayuntamiento de Paradela en Lugo (2019). Suyo es 'El camino enterrado', sobre el origen del Camino de Santiago. En 2022 publicó 'Mundus Novus', con Pámies, editorial con la que ahora repite para publicar 'El mudo y la daga', que se presenta este jueves en la Librería Gil a partir de las 19.00 horas.
Acaba de publicar un nuevo libro, encuadrado en la novela histórica, en donde se entremezcla lo histórico y lo literario. ¿Qué pesa más?
Es más novela que historia. Con lo literario procuro decir mucho con poco.
Pues le ha salido un libro de 487 páginas...
El ideal son 350 [ríe].
Me gustaría que me contara con sus palabras qué es 'El mudo y la daga'.
La novela trata de un suceso histórico. En el año 844 llegan los vikingos a Asturias, Galicia, Lisboa y Sevilla, en donde se quedan allí tres meses tras saquearla. El libro es sobre esa llegada. No todo el mundo lo conoce. Se piensa en los vikingos que llegaron a Inglaterra, pero no se conoce que intentaron llegar hasta Córdoba...
La novela también da cuenta de otros pasajes desconocidos. ¿Quiénes son 'los mudos'?
'Los mudos' son una escolta personal de los emires de al-Ándalus, 'comprados' en Escandinavia. No conocían el árabe coránico, ni comprendían las cosas de Córdoba y no eran sospechosos de participar en intrigas. Abderramán II les toma como guardia personal y para campañas militares. Son previos a la llegada a los vikingos y se pudo dar el caso de que cuando llegaron estos había 'mudos' en la corte de Abderramán. La novela plantea cómo debieron ser recibidos y los dilemas sobre su lealtad. Quise hacer un personaje que representara esa sociedad mixta que se enfrenta al dilema de un vikingo que guarda parte de su cultura, pero vive en otra. Trabajé mucho la personalidad de 'El mudo' y de su hermanastra 'La daga'.
¿Qué persona es 'La daga' que también da nombre al título?
'La daga' es una esclava capturada por los vikingos, por el padre de 'El mudo'. Con el paso del tiempo, el padre la adopta. 'El mudo' ve en ella lo que podía haber sido, un heredero, y ella ve en él a alguien que se ha dejado esclavizar.
¿Es la antagonista, entonces?
El antagonista en realidad es el mejor amigo de 'El mudo', al que envidia y piensa que no ha sido los suficientemente valiente. 'La daga' es más bien el reflejo de su vida si hubiera continuado en su aldea.
¿Qué trabajo previo de documentación ha realizado para escribir esta novela?
Hay muchos trabajos documentales y obras de referencia sobre vikingos tanto cristianos como musulmanes, sobre todo las crónicas de Alfonso III, del siglo IX, y la de Ibn Idham.

¿Por qué cree que acontecimientos relacionados con el pasado vikingo o normando no son tan conocidos en España como otros episodios históricos?
Se recuerdan a nivel local allí donde más continuas fueron las invasiones vikingas. En el caso del contexto histórico de la novela, fue el episodio más amenazante y llegaron a saquear, pero nunca pretendieron asentarse como hicieron en Inglaterra. Se recuerda más en Galicia, para defenderse contra los normandos, en la zona de Padrón y Santiago de Compostela, de hecho ahí siguen las Torres del Oeste.
¿La novela es deudora de lo audiovisual? Hay películas y series de televisión de éxito que retratan a personajes como estos, como es el caso de Ragnar Lothbrok en 'Vikingos'.
Procuro mantener cierta distancia con lo audiovisual. Como historiador, he de dar una imagen bastante acertada de ellos. En la serie 'Vikingos' los personajes son demasiado salvajes, ávidos de botín, sin tener en cuenta que eran superiores tecnológicamente en la construcción naval, tenían una organización jerárquica que les proporcionaba movilidad y disciplina, y eran tan avanzados que adoptaron el cristianismo sin serle impuesto. Eran muy adaptables, no solo unos bárbaros. Se adaptaban a las circunstancias y en la Península ibérica pusieron en serios aprietos a los reinos cristianos y musulmanes.
¿Cómo ha evolucionado como escritor entre su primera y su tercera novela?
Cada vez me centro en pocos personajes y procuro desarrollarlos bien. En la primera novela había muchos y numerosos saltos de escena. Además, 'El mudo y la daga' está escrita en primera persona, es una narración continua a través de la visión de 'El mudo'.
¿En qué momento se encuentra la novela histórica en España?
Está en un buen momento. No es el mejor, pero sí mejor de lo que pensábamos que íbamos a estar hace 10 años. Hay más oferta que demanda. Hay más oferta de autores y, entre tantos, es difícil que el lector se quede con tu libro. Hay que llegarles. El género está bien porque todas las editoriales grandes cuentan con rama histórica, pero a veces me siento incómodo.
¿A qué se refiere?
Hay lectores que creen que no van a entender el marco histórico de una novela. Mis personajes son ficcionados y por eso son novela, pero en un marco histórico con sus personajes históricos.
¿Hay muchas incongruencias e inexactitudes en la producción del género?
Hay cosas aberrantes como situar personajes históricos en papeles que no jugaron realmente. Hay personajes de la Edad Media a los que se les atribuyen cosas que no podían hacer. Las mujeres podían tener fuerte carácter pero no lideraban ejércitos y su capacidad de influencia era más limitada. Con los hombres se introduce la tolerancia entre razas, pero la verdad es que los reyes eran racistas. Es un error aplicar valores actuales a personajes históricos y eso es lo más complicado a la hora de escribir. No puedes generar deseo de democracia en un personaje andalusí.

¿Cuando escribe se fija en lo que hacen otros
No leo novelas del período porque no quiero que me influencien, pero sí consulto documentación de la época.
¿Se asesora?
Suelo recurrir a Javier Añibarro, un profesor medievalista de la Universidad de Cantabria.
Aparte de lo medieval, ¿qué otros períodos históricos le seducen?
Me interesa sobre todo la tardoantiguedad, el período visigodo, y también la época del siglo XVI y XVII: América, la piratería, el imperio. Todavía no he escrito nada sobre ello, pero alguna novela de piratas seguro que acabo haciendo.
¿En qué está trabajando ahora?
Estoy trabajando en otra novela histórica para 2026 o 2027 y también en un libro de relatos de viaje, porque trabajo para 'Condé Nast Traveler' desde hace seis años. Es un libro de viajes personales, un género que se está volviendo a valorar porque ahora los viajes van a ir en descenso, sobre todo los internacionales, por la situación política y la inflación, al contrario que los nacionales.
¿Le sirve su variable viajera a la hora de escribir ficción?
Son muy compatibles ambos géneros. El viajar por trabajo me ha permitido descubrir lugares para incluirlos en novelas.
Dígame una ciudad para ambientar un policíaco.
Ribadesella
¿Y una novela de corte medieval?
Barcelona.
¿Romántica?
Venecia o Lagos, en El Algarve.
¿Y la épica?
Estambul.
¿Poética?
Lucerna, en Suiza.
¿Filosófica?
Roma
¿Cargada de Historia?
Granada
¿Científica?
Cambridge
¿Misteriosa?
Lugo
¿Humorística, risueña?
Córdoba o Cádiz
¿Trágica?
Lanzarote o Fuerteventura.
¿Sensual? Nos salimos de los géneros...
[Ríe] Bari.
Y al revés, ¿Santander?
Una pequeña capital bastante provinciana con relaciones cerradas. Deslumbrante en sus formas, pero impenetrable. Puede estar bien para una novela negra.
¿Y Madrid?
Es vital, siempre hay algo que descubrir o a donde ir. Madrid es una ciudad voraz que ha engullido mucho de la riqueza y de la población de otras regiones.
¿En qué se diferencia de otras metrópolis europeas?
Se diferencia de otras capitales en el gran vacío demográfico que hay alrededor. Londres absorbe, pero hay ciudades no tan lejanas. El efecto 'agujero negro' de Madrid es bastante único.
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