Nada más traspasar el portón antiguo de La Redonda, a pesar de estar aún en obras, ya invade una sensación de estar en un entorno acogedor. La casa, situada en Vioño de Piélagos, nace como un proyecto para disfrutar del teatro de una forma alternativa. Cuenta con un ambiente tranquilo que permitirá asistir a las representaciones teatrales dentro de un caserón que propicia la inmersión y el contacto con el público.
Para ello se está rehabilitando y optimizando la cuadra y para que todo el espacio, salvo una pequeña parte que será la vivienda de Nacho Fernández, actor, guionista y docente de teatro, pueda utilizarse en las diferentes representaciones. “Me gustaría que todos los recursos que tiene la casa se usen de forma coherente”, explica durante una visita a la casa.
Tanto el interior como el exterior del inmueble cuentan con múltiples posibilidades, y Nacho Fernández, Sandro Cordero y Begoña García, impulsores de Hilo Producciones, ven con los ojos de la imaginación ese abanico de opciones que les presenta ese espacio único. “Puedes hacer un clásico con aéreos, colgados con aros y que no toquen el suelo los actores”, aventura Begoña atrevida. Sorprende además la posibilidad de un aforo de unas 120 personas, cuando en proyectos similares este no pasa de los 50 espectadores.
El espacio no será un simple continente de teatro, y la intención de sus promotores es que el público, además de disfrutar de los clásicos, pueda vivir una experiencia de inmersión aún mayor y se forme en teatro: “Todas las artes que están alrededor del teatro tienen cabida”, insiste Nacho.
Y es que una de las ideas es crear un club de esgrima, ya que La Redonda cuenta con un espacio óptimo para dedicarlo a este fin. Para ello cuentan con Nacho Fernández, el dueño del espacio, que explica que “la esgrima es parte esencial del aprendizaje de un actor”. Formado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Madrid, obtuvo la máxima calificación en la asignatura de Esgrima.
“Este proyecto es una locura de Nacho a la que nos hemos unido, pero ahora mismo no contamos con ningún tipo de apoyo e intentaremos ver si podemos contar con ello”, cuenta Begoña. Según la productora de Hilo Producciones, Piélagos tiene las dos únicas salas privadas de la comunidad fuera de Santander y el día 26 de agosto, la inauguración de La Redonda coincide con la de las Escuelas Quijano. “Entendemos que esa apuesta por lo cultural tendrá importancia”, concluye Begoña.
La mayor debilidad de La Redonda es una de sus fortalezas, el estar emplazada en un lugar fuera del bullicio de la ciudad aporta tranquilidad, pero al mismo tiempo puede ser un problema a la hora de que la gente se desplace para disfrutar de las obras teatrales.
Eso a Nacho, Begoña y Sandro no es algo que les preocupe: “Yo creo que la experiencia de venir a La Redonda es muy distinta a la de ir a una sala a ver una obra de teatro y eso la gente lo valorará”, aventura la productora de Hilo.
La calidad de los contenidos será otro de los reclamos para que la gente se desplace hasta Vioño y se embarque a través del portón de La Redonda, y para ello cuentan con una dilatada experiencia en el mundo teatral y con la paciencia del que no espera un éxito inmediato. “Esto es una carrera de fondo”, asegura Nacho.
El espacio se abrirá al público el 26 de agosto con la obra de teatro 'Anónimo', a partir de ese día comenzará el viaje hasta donde la imaginación lleve a los habitantes de La Redonda.
La Redonda no es el único espacio alternativo para disfrutar del teatro. Hay otros proyectos con más años a las espaldas, como la sala de Escena Miriñaque. Sus fundadores decidieron abrir una espacio de teatro en 2006, pese a las desalentadoras opiniones que les llegaban de gente cercana. Una década después continúan con su proyecto, un espacio alternativo para darle rienda suelta a sus pasiones escénicas y salir de la forma de hacer teatro tradicional.
Otra alternativa es la Teatrería de Ábrego, en Oruña de Piélagos, cuyos dueños han colaborado con Hilo Producciones en varios proyectos como 'Teatro de una Noche de Verano'. Buscaban abrir un espacio en el que cupiesen las propuestas minoritarias, alternativas y contemporáneas. Se trata de un espacio físico con una dimensión fácilmente abarcable con una puesta en marcha totalmente independiente y privada, cuyo fin es crear una sinergia entre creadores y público.
Y esta sinergia entre creadores y público llega a su punto álgido en espacios como el Teatro El Principal, impulsado por el actor y director Edy Asenjo, que en el salón más grande de una vivienda ubicada en un emblemático edificio del centro de Santander en las inmediaciones del Ayuntamiento ha ideado una sala “secreta”. Allí el espectador es tratado como un invitado y vive la acción dramática transitando por cada una de las habitaciones en las que sucede.