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Cantabria tendrá una nueva normativa sobre la celebración de espectáculos

Actuación musical en uno de los locales de ocio de la Calle del Sol de Santander.  | JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

Laro García

El Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander han acelerado los contactos y están a punto de alcanzar un acuerdo para legislar sobre la celebración de espectáculos en directo, un debate pendiente desde hace décadas en la comunidad autónoma, puesto que la normativa que regula este tipo de eventos data de 1982 y es calificada por el sector como “anacrónica y obsoleta”.

Y es que la aplicación literal de ese Real Decreto firmado en los primeros años de la democracia ha provocado en las últimas semanas la cancelación de algunos espectáculos ya programados, como el veterano ciclo de música negra 'Black Night Sessions' que se celebraba desde hace nueve años en la Sala BNS. Según denuncian los promotores, un cambio de criterio desde el Consistorio santanderino ha originado que los conciertos y actividades musicales en bares y locales de ocio de la capital “roce la ilegalidad”.

La normativa que ahora pretenden modificar las autoridades políticas impide cualquier tipo de espectáculo en vivo en locales que no dispongan de esa licencia específica, sin importar que cumplan las condiciones de aforo, seguridad o limitación de ruido. La 'escapatoria' que se había utilizado hasta este momento era la solicitud de un permiso especial para organizar conciertos con carácter “eventual y extraordinario”. 

El informe “no vinculante” que solicita el Gobierno de Cantabria al Ayuntamiento de Santander para dar la autorización definitiva o denegar el permiso ha comenzado a mostrar reparos por esa aplicación literal de la norma, lo que conlleva a una prohibición del espectáculo de forma automática y a la intervención de la Policía Local para controlar que se respeta la orden. 

“Las categorías de los locales que permiten o no celebrar conciertos son absurdas y están obsoletas. Las autoridades hablan mucho del apoyo a la cultura, pero no la protegen”, lamenta Vicente González Marcos, responsable del Bar El Rubicón. A su juicio, los dos conceptos fundamentales son la seguridad y el volumen: “Si cumples en esto, haz dentro del local lo que quieras”, sugiere.

El temor de algunos promotores y agentes musicales de Cantabria es que no se tenga en cuenta la opinión del sector a la hora de legislar y quieren que se les escuche antes de establecer un reglamento “más restrictivo aún”. Además, exigen que se aproveche la oportunidad para “situar a Cantabria a la vanguardia”.

Ernesto Castañeda, responsable de Gen Art Company y MondoSonoro en Cantabria y Asturias, apuesta por convertir la nueva ley en la “más avanzada y moderna” de todo el país, respetando los intereses de los vecinos, los hosteleros y los propios músicos. “Estamos tratando de vivir en 2015 con herramientas de la prehistoria. Hay que llegar a un acuerdo y tiene que ser ahora”, insiste.

Aunque la legislación en esta materia es competencia autonómica, desde el Consistorio confirman su implicación y se muestran “optimistas”. Ha habido numerosas reuniones a lo largo del verano, encuentros a nivel técnico y político, y los avances son notorios. “No vamos a hacer nada hasta que hablemos con el sector. Queremos escuchar a todos para que puedan aportar su punto de vista”, recalca Miriam Díaz, concejala de Cultura, Educación y Juventud en el Ayuntamiento de Santander.

La nueva edil 'popular', que sustituye en el cargo a César Torrellas, reconoce que “la forma de ocio ha cambiado muchísimo” e insiste en que “es imprescindible legislar un marco regulador coherente con la realidad actual”. Por eso, y sin ponerse plazos, aboga por encontrar “puntos en común” y trabajar “con una actitud constructiva” para lograr una solución a corto plazo.

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