La última parte de los cuatro años transcurridos desde Impronta (2013) se la han pasado Lori Meyers haciendo un ejercicio experimental de ensayo y error creativo que les terminó adentrando en una “espiral de pruebas que dio muchas vueltas” hasta finalmente encontrar lo que andaban buscando.
Esa dinámica a la hora de afrontar la composición entronca con el sentido último de su nuevo álbum, titulado precisamente 'En la espiral', que tiene una reflexión de fondo, tal y como apunta a Europa Press el vocalista y guitarrista Antonio López 'Noni': “Nos estamos haciendo de piedra, la sensibilidad brilla cada vez más por su ausencia”.
“Es como que estamos en una espiral de la que parece que no vamos a salir. Pero todo no es solo negativo y creo que también habrá una salida, porque en esas curvas hay siempre cosas positivas, gente que nos inspira. Esa es la temática de las canciones, que tienen un tono negativo pero luego te salen con ese golpe positivo y bipolar. Podemos ayudar a que todo sea mejor entre todos”, reflexiona.
Y aún incluso encuentra Noni un paralelismo entre esa visión vital y las trece canciones de 'En la espiral': “El formato telediario es parecido al de nuestras canciones. Empiezan con las noticias chungas, los sucesos. Pero luego se acaba con algo de esperanza, con organizaciones que hacen cosas o médicos que ayudan a avanzar en investigación. En realidad hay un montón de cosas que son la luz al final del túnel”.
La intención final del disco sería, por tanto, encontrar esa luz para todos, si bien el vocalista puntualiza que en realidad lo hacen por ellos mismos, para resarcirse de sus “propios sentimientos”, puesto que les ayuda “soltar” lo que llevan “dentro”. “Dejarlo ahí hecho canción es un peso quitado de encima, es una catarsis”, remacha.
Así, remarca que no han dejado el habitual tema de “amor y odio”, al tiempo que subraya que esta vez es desde otra perspectiva, pues tiene que ver con lo que siente uno mismo. “Eso nos hace reflexionar y cuando lo lanzas te lo quitas del medio para que se lo coma otro”, bromea mientras asienten y ríen sus compañeros Alejandro Méndez (también voz y y guitarra) y Alfredo Núñez (batería).
Cocinado a fuego lento
En cualquier caso, Noni afirma que “cuando el disco termina la sensación tiene que ser de reposo”. “Hemos intentado que cada canción tuviera un golpe luminoso aunque algunas tengan oscuridad”, plantea, al tiempo que concede que precisamente para eso se han ayudado de gran cantidad de 'sintes', aunque sin dejar en absoluto de lado sus habituales instrumentos y la base de guitarra, bajo y batería.
“Hay muchos 'sintes', pero creo que esta vez hemos sabido escoger bien los silencios”, apunta el vocalista, quien añade: “Un 'sinte' te tiene que dar más a tí que tú a él”. Además, desvela que en el álbum hay “muchos ecos de cinta y 'reverbs' naturales” conseguidos en La Casa Murada, el estudio del Penedés tarraconense donde se encerraron, con Ricky Faulkner coproduciendo, para dar forma al material que llevaban desde Granada.
Para Noni, “esos pequeños pero importantes detalles hacen que el resultado sea un poco más bonito”, mientras que Alejandro añade que esta vez querían “probar toda la cacharrería para hacer cosas nuevas”. “Y hemos podido hacerlo. Para tener estos sonidos y atmósferas necesitas un tiempo de espiral con las canciones. Al final ha resultado positivo”, explica.
A este respecto, añade Alejandro que venían de trabajos previos mucho más inmediatos, en los que “la segunda pista grabada era la buena”, algo que tiene también “muchas cosas buenas”. “Pero un disco queda ahí para siempre y en esta ocasión queríamos hacer pruebas y más lentitud”, señala, antes de que Alfredo tercie tirando de imaginación: “Si a los Beatles les preguntaran si hubieran querido más tiempo para hacer sus discos y pudieran responder, dirían que sí”.
Atmósferas y estribillos
A pesar de la deriva experimental del grupo, no faltan tampoco en el nuevo álbum estribillos marca de la casa. Algo que no es premeditado ni buscado, pues según explica Noni, ellos sencillamente cogen los instrumentos y se dejan llevar. “Hacemos los estribillos por nuestras influencias, porque tenemos la buena base de los sesenta de Los Brincos y demás. No es mérito nuestro, creo que facilidad llega de lo que hemos escuchado”, indica.
Alejandro apostilla, en cualquier caso, que ellos son los primeros que hacen “la criba” durante el proceso creativo cuando sienten que algo les “emocina”. Y ahora es Alejandro quien retoma el discurso: “Empezamos por la parte musical e intentamos adaptar los textos a la melodía. Ahí es donde están es el germen y la base de las canciones, en las melodías que nos emocionan”.
Al contar con atmósferas y estribillos por dos lados, el orden del repertorio no ha sido cuestión baladí en el álbum. “Ahí tuve yo con ellos una movida”, lanza entre risas Noni, para luego añadir que “hay una parte más tranquila que es la bonita si consigues sumergerte en ella”.
“Pienso en el orden del disco pensando en los bpm. Tras el inicio, luego está la parte final donde va todo rápido, pero la parte central es la bonita, desde Lo que dicen de tí hasta Eternidad”, plantea, antes de aún sentenciar: “Al componer un disco no pensamos en los festivales, sino en hacer las canciones que nos emocionan”.
Presentación en directo
Aunque no piensen en cómo van a funcionar en festivales las canciones mientras las componen, lo cierto es que este año ya tienen la agenda apretadísima. Primero con recitales en salas como los de Granada (16 de marzo, Industrial Copera), Madrid (23 de marzo, La Riviera) y Barcelona (1 de abril, Sala Apolo). En los tres, la entrada incluye el nuevo álbum en CD o LP.
“Queremos tocar el disco completo en salas antes de los festivales y por eso planteamos una acción especial en Granada, Madrid y Barcelona. Se trata de premiar a la gente que compra el disco con un concierto diferente, en el que vamos a tocar todos los trece temas. En salas el artista va con su nuevo disco y lo presenta entero. Eso para la gente que sigue a un grupo es genial”, destaca Alfredo.
Y sobre la dualidad salas-festivales, lanza Noni su reflexión, resaltando que ambas posibilidades tienen sus aspectos positivos: “Los festivales son más dinámicos. Tiene su gracia porque el público ve una cartelera de grupos, pero nosotros somos también de salas porque esa es tu noche especial donde puedes tocar todo”.
Admiten los tres en este punto que sienten nervios y les da “vidilla” cambiar de etapa, refrescarse con repertorio nuevo y volver con canciones inéditas que nunca han tocado en directo. “Cuando echemos la mirada atrás será bonito recordar que intentábamos investigar y probar cosas nuevas”, asegura Noni.
“Siempre lo hemos dicho, no queremos que nos recuerden ni por nuestras caras, ni por nada en particular, sino por ser un grupo que hace buenas canciones, solo eso”, afirma Noni, antes de acordar entre todos que un buen resumen para esta nueva espiral en la que andan metidos sería “un tratado existencialista de pop psicodélico sideral”. “Está el estilo musical, la crisis existencial de las personas... Es una buena acumulación de ideas”, sentencia Alejandro.
Aparte de las fechas mencionadas, Lori Meyers estarán también el 18 de marzo en Murcia (sala Gamma) y el 30 en Pamplona (Kafe Zentral), dentro del ciclo Vodafone Yu Music Shows. Y ya está confirmada su presencia en festivales como Tomavistas, Mallorca Live, Low, Arenal Sound, Santander Music y Sonorama Ribera. A esta espiral aún le quedan muchos giros.