“Escándalo” o “política del hormigonazo”: el sobrecoste de las obras de la Plaza de Italia de Santander desata una cascada de críticas entre la oposición

Rubén Alonso

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“Escándalo”, “política del hormigonazo” o “falta de claridad en los pliegos” son algunos de los calificativos vertidos por los diferentes partidos de la oposición en Santander tras conocer el sobrecoste de medio millón de euros que supondrá la obra de la Plaza de Italia, con su consecuente retraso en la reforma de la misma.

PSOE, PRC, Unidas por Santander y Vox han reaccionado al modificado del proyecto anunciado este martes por el portavoz del equipo de gobierno (PP-Cs), Javier Ceruti (Cs), cuestionando la gestión y el modelo de ciudad por el que apuestan los diferentes gobiernos del PP en la última década.

Los socialistas, mediante su concejal Javier González de Riancho, reclamaron el mismo martes a la alcaldesa, Gema Igual, en un comunicado que “controle” al edil del ramo, César Díaz (PP), porque por ese “agujero negro se pierde dinero de todos los vecinos”. En este sentido, el edil del PSOE manifestó que ese sobrecoste, sumado al de otras obras de la ciudad, supone una cifra de un millón de euros que “hubiera sido trascendental en la lucha contra la emergencia social y económica por la COVID-19”.

Así todo, su portavoz municipal, Daniel Fernández, dada la “gravedad” de la situación, ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa en la que ha exigido la convocatoria inmediata del debate sobre el estado de la ciudad. “La baja calidad democrática” de un PP que “prima el ladrillo” frente a la “sonrojante” cuantía de las ayudas económicas concedidas por el Ayuntamiento en las seis primeras semanas de la pandemia ha motivado al edil socialista a reclamar que se celebre este debate tras un año de legislatura de un equipo de gobierno que, a su juicio, “no funciona”.

En la misma línea ha seguido el portavoz regionalista, José María Fuentes Pila, quien ha tachado de “hormigonazo” e “intervención desafortunada” las obras de esta plaza. “Se han empeñado en enterrar bajo cemento lo que somos, nuestra identidad, y frente a ello, consideramos que el Sardinero debe recuperar el pulso que ha ido perdiendo progresivamente dando nuevos usos a los espacios existentes y apostando por la conservación de otros, sin modificar su esencia como el caso de los Jardines de San Roque, la Plaza de Italia o los Pinares”, ha subrayado, remarcando que los espacios urbanos deben tener un mantenimiento constante para evitar, posteriormente, “intervenciones civiles agresivas que desconfiguren su fisionomía”, como ha sucedido a su juicio con el actual proyecto.

Por su parte, el edil de Unidas por Santander, Miguel Saro, también se ha mostrado crítico, tanto con el desarrollo urbano representado en esta obra, como con el sobrecoste y el retraso de la misma: “No solo supone una pérdida de un rincón de Santander, que pese a su pequeña superficie tenía varias zonas apartadas que favorecían la estancia tranquila, sino que además ahora se ha convertido en una terminal internacional de un aeropuerto”. En este sentido, ha manifestado que desde su formación no entienden “el criterio que ha seguido el Ayuntamiento para el desarrollo del proyecto ni su utilidad”.

“Es clara la desventaja desde el punto de vista estético y de comodidad para los usuarios”, ha asegurado Saro, poniendo sobre la mesa “la falta de claridad en los pliegos que permitan al ayuntamiento sancionar a la empresa que no cumpla los términos del precio pactado”. “Eso o que al equipo de gobierno no le preocupa en absoluto el coste de las obras siempre y cuando las empresas que las desarrollan sean de su confianza”, ha concluido.

Finalmente, el portavoz de Vox, Guillermo Pérez-Cosío, también ha lamentado el sobrecoste de la obra, que serán los santanderinos los que tendrán que hacerle frente “en plena crisis sanitaria y económica”. “Todos los esfuerzos económicos que se deben hacer desde el Consistorio tienen que estar centrados en paliar la crisis para que el santanderino note lo menos posible esta situación tan crítica”, ha sostenido el edil de extrema derecha, dejando claro que van a estar “muy vigilantes para ver en qué se gasta cada euro de dinero público”.