La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria ha trasladado este martes su rechazo a la posibilidad de que la Consejería de Educación desvíe a los centros concertados parte de las pantallas digitales que no va a instalar en los centros públicos.
Una medida con la que, según FAPA, el nuevo Gobierno regional (PP) “está poniendo en evidencia lo que públicamente niega”, es decir “su deseo de apostar por la financiación a los servicios privados en detrimento de los públicos”.
La Federación ha hecho esta valoración después de que la semana pasada el consejero de Educación, Sergio Silva, anunciara que no se entregarán las pizarras digitales a los centros desde Infantil a tercero de Primaria, debido a los problemas que están teniendo los niños por la sobreexposición a las pantallas.
Poco después, el director general de Calidad Educativa, José Luis Blanco, señaló que las pantallas que no se instalen en dichos ciclos educativos, se repartirán entre centros concertados.
Al respecto, la federación ha recordado en un comunicado que el proyecto de presupuestos de 2024 para Cantabria “ya recoge un aumento de más de 10 millones de euros en la partida destinada a centros concertados con respecto a 2023, que se ha justificado desde la Consejería bajo la premisa de que, en la práctica, ya se les estaban destinando esos fondos a través de otras partidas”.
Sin embargo, y pese a este “considerable aumento de fondos”, desde Educación “se sigue dotando de recursos a esos centros a través de otras partidas”, ha señalado.
Además, FAPA cuestiona que, con una dotación ya planificada que los centros estaban esperando y con la compra ya realizada, “en el último momento” la Consejería “haya descubierto” que las pantallas resultan perjudiciales para el alumnado y detenga su distribución, para luego “desviar” su destino a los centros concertados.
Añade que esta justificación se une a la recomendación de prohibir el uso de dispositivos móviles en los centros educativos, en lo que considera “una demostración de improvisación y falta de objetivos claros en el ámbito digital”.
FAPA recuerda por último que ha manifestado reiteradamente su preocupación por “el mal y excesivo uso” de dispositivos móviles por parte del alumnado, pero cree necesario que esta problemática “se aborde desde un punto de vista educativo, en consenso con toda la comunidad educativa, ayudando al alumnado a realizar un uso responsable, aprovechando las utilidades que aportan, sabiendo distinguir sus peligros y cuando deben o no usarles, en lugar de caer en eliminar su uso sin ninguna medida educativa que lo acompañe”.