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¿Hacia la gratuidad del transporte público en Santander?

Autobús municipal de Santander TUS.

Javier Fernández Rubio

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A siete horas y media en coche desde Santander hay una ciudad muy similar en tamaño y configuración. Se trata de Dunkerque, situada en el litoral bretón francés, una localidad que demostró hace ya cuatro años que declarar la gratuidad de su servicio público de transporte urbano no solo tenía unos costes asumibles sino que producía múltiples efectos beneficiosos en la movilidad, el clima y la actividad económica. Sin embargo, Santander no ha abierto en serio el melón del debate sobre la gratuidad de sus autobuses urbanos aunque ya algunos grupos políticos lo barajan o proponen sustanciales bonificaciones.

¿Cuánto costaría hacerlo? 14,3 millones de euros, según el último borrador presupuestario municipal. ¿Quién es partidario de hacerlo? Por ahora, tres formaciones: PSOE, Unidas por Santander y Vox. El PP no se pronuncia claramente y se limita a indicar que el precio está congelado desde 2013 y que se aplican múltiples bonificaciones. Ciudadanos y PRC, por su parte, quieren ver primero cómo salen los números que financien la gratuidad. ¿Quién asumiría el gasto? El propio Ayuntamiento de Santander, aseguran los partidarios de la medida.

La ciudad de Dunkerque cuenta con 18 líneas de autobús, mientras Santander tiene 24. En la capital cántabra, la red urbana de transporte público es claramente deficitaria en más de un 50%, lo que acarrea 'transfusiones' anuales de fondos del presupuesto general del Ayuntamiento de Santander para sostener el TUS, con unos resultados que todavía tienen pendientes la recuperación de los niveles prepandemia. En Dunkerque, sin embargo, asumiendo la plena gratuidad del uso, se consiguió que los usuarios aumentaran un 60% entre semana y se duplicaron los fines de semana, con casi 50.000 viajes diarios. De los nuevos usuarios, el 48% sostuvo que utilizaba regularmente la red de transporte público en lugar del coche.

En primer lugar, el gasto que supondría la gratuidad sería un añadido al déficit municipal que se arrastra año tras año, ya que en la práctica en Santander el billete que se paga supone la mitad de lo que debiera pagarse para equilibrar el presupuesto del TUS. Eso, si se opta por que la gratuidad no se financie de otra forma: en Dunkerque se hizo con un impuesto a empresas, por ejemplo.

Sin embargo, sus precursores señalan que los beneficios serían radicales: mejora ostensible de la lucha contra el cambio climático e intervenciones en movilidad de forma más radical, ya que se dispararía el número de usuarios y se reduciría drásticamente el uso del vehículo privado a motor. Dunkerque, además, vio cómo su actividad portuaria se potenciaba.

Reacciones

Los populares resaltan que el precio público del TUS lleva congelado desde 2013 y que las bonificaciones son múltiples, sin pronunciarse sobre la gratuidad total del servicio. “El objetivo del Ayuntamiento de Santander es conseguir un transporte público lo más sostenible y accesible posible, y que el precio del billete no sea un impedimento para su uso”, asegura el concejal de Movilidad, César Díaz.

“Ya se han puesto en marcha numerosas medidas tendentes a ayudar a los colectivos que más lo necesitan” y “las tarifas están congeladas desde el año 2013 por lo que en los últimos 10 años no han sufrido incremento”, agrega. Díaz concluye subrayando que “el precio del billete ordinario (1,30 euros) es sensiblemente inferior al de varias ciudades españolas como por ejemplo Barcelona (2,40), Palma de Mallorca (2,00), Valencia (1,50) o Valladolid (1,50)”.

Ciudadanos, socio del PP en el equipo de gobierno, no dice ni que sí ni que no. Para el partido del portavoz, Javier Ceruti, antes de decidir nada, hay que ver los números y cómo se haría, toda vez que calculan un coste de 30 céntimos por usuario: “Antes de adoptar este tipo de medidas se debe tener sobre la mesa cuánto pone ya el Ayuntamiento en el TUS, que es bastante más de los 30 céntimos que costaría la gratuidad total. En definitiva, que sobre el papel está muy bien la gratuidad total, pero se deben hacer números y ver qué impacto tiene en las cuentas municipales”, manifiestan.

El principal partido de la oposición, el PSOE, ya habla abiertamente de hacer el transporte gratuito, toda vez que el Ayuntamiento de Santander no ejecuta todo lo que debiera su presupuesto y año tras año ha de arrastrar partidas de remanentes (no ejecutadas) al ejercicio siguiente. Considera así que es asumible económicamente y que el coste económico ha de estar supeditado al beneficio medioambiental.

“Lo estamos demostrando desde el Gobierno de España, con el descuento del 30% en el billete del TUS y la gratuidad en los trenes de Cercanías. Fomenta la movilidad sostenible, contribuye a un descenso de la contaminación y a la lucha contra el cambio climático y contribuye a aliviar el bolsillo de los ciudadanos en momentos difíciles. El PSOE de Santander ya propuso en 2019 la gratuidad del TUS hasta los 12 años. Y vamos a proponer medidas más ambiciosas porque además es económicamente muy viable”, asegura el portavoz, Daniel Fernández.

Sobre la fórmula de financiación indica lo siguiente: “Hemos comprobado todos estos años que el PP ejecuta tan mal los presupuestos que todos los años sobra mucho dinero recaudado a los vecinos. Hay que devolvérselo en forma de servicios. Lo más importante de la gratuidad del transporte es su rentabilidad social y medioambiental. Al PP le gusta mucho decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos, y si el bus es gratis el dinero se queda en el bolsillo de los santanderinos”.

Al PP le gusta mucho decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos, y si el bus es gratis el dinero se queda en el bolsillo de los santanderinos

Daniel Fernández Portavoz del PSOE en Santander

Los regionalistas no tienen tan claro los beneficios que se puedan derivar de la gratuidad del transporte público en Santander, una acción por la que ha apostado paradójicamente Vox, formación que al tiempo defiende el uso sin restricciones del vehículos a motor privado (carriles-bici, plazas de aparcamiento, etc.).

El PRC de Santander, sin embargo, no descarta que la gratuidad sea un fin al que se tienda, aunque su apuesta se fija más en la comarcalización del transporte público en el área de la bahía de Santander: “La gratuidad de un transporte urbano debe venir avalado con un eje intermodal que nos permita hacer un uso de un transporte urbano rentable de cara a los usuarios, garantizando una serie de alternativas por las que verdaderamente opten por dicho transporte, al margen de que sea o no gratuito, es decir, su conectividad con otros municipios del arco sur de la bahía, que puedan optar a disminuir el uso del coche en las ciudades a través de disuasorios y otros elementos”.

Unidas por Santander es abiertamente partidario de la gratuidad. Según su portavoz, Miguel Saro, ello establecería el escenario ideal para fomentar el transporte público sin perjuicio para el ciudadano y descongestionar el centro.

Vox pidió la gratuidad o semigratuidad del TUS para empadronados en Santander en enero de 2020, al enmendar sin éxito una moción del Grupo Socialista que planteaba determinadas bonificaciones, básicamente que el precio del billete se redujera a la mitad para paliar los efectos de la inflación. El concejal, Guillermo Pérez-Cosío, volvió a pedirlo el 12 de julio de 2022 a través de una pregunta formulada al equipo de Gobierno en el Pleno municipal.

Barroquismo tarifario

La política de precios en Santander ha alcanzado cierto barroquismo dado el elevado número de exenciones y bonificaciones, cada una con un tipo de tarjeta o billete distinto. En total hay 16. Dicha proliferación se ha ido labrando a golpe de programa electoral y responde a una doble intencionalidad: promover el transporte público, mejorando la movilidad en la ciudad y evitando la emisión de gases nocivos para el medio ambiente, y rentabilidad política de un equipo de gobierno que basa en los incentivos fiscales gran parte de su oferta programática.

El billete ordinario (1,30 euros), llamado a desaparecer, y la tarjeta recargable por contacto (bonobús recargable con o sin contacto: 0,66 euros por viaje) soportan el peso de lo que cuesta mantener el autobús de Santander. A partir de ahí, hay una sucesión de tarjetas, que permiten que se viaje gratis hasta los siete años y a partir de los 65. Además, viajan gratis los parados con una antigüedad predeterminada o si se pertenece a una familia numerosa. Las familias monoparentales, jóvenes y congresistas tienen que pagar, aunque con bonificaciones. Hay asimismo acuerdos intermodales con Renfe y FEVE.

  • Tarjeta Familia Numerosa: gratis
  • Niños hasta 4 años: gratis
  • Tarjeta Peque Tus (hasta 7 años): gratis
  • Tarjeta Trimestral Joven: 51 euros/trimestre
  • Tarjeta Mayor (más de 65 años): Gratis.
  • Tarjeta Discapacidad (33-64%): 17 euros/mes
  • Tarjeta Discapacidad (más del 65%): Gratis
  • Viajes Especiales: 84 euros/autobús/hora
  • Billete Intermodal Mensual: 9 euros
  • Billete Efectos/Bultos: 0,20 céntimos
  • Tarjeta Congresista: 0,66 euros
  • Tarjeta Desempleados: Gratis
  • Tarjeta Monoparental: 1,20 euros

A todas estas reducciones hay que aplicarle la última que financia el Gobierno de España y que supone un descuento al usuario del 30% por la subida de la inflación a causa de la guerra de Ucrania: la tarjeta estándar (recargable) -precio por viaje, pasa de 0,66 a 0,46 euros; tarjeta trimestral joven, pasa de 51 a 35,70 euros; y la tarjeta para personas con discapacidad entre el 33 y el 64%, pasa de 17 a 11,90 euros.

Al igual que en la propuesta de Vox, el sistema tarifario de Santander contiene un elemento discriminatorio: sería para no residentes, una línea de acción que ha sido cuestionada por el Defensor del Pueblo y que legalmente tiene dificultades si no se justifica debidamente la ruptura del principio de igualdad entre ciudadanos, independientemente de su lugar de residencia. En las tarifas ahora hay bonificaciones para los santanderinos empadronados, concretamente los que pertenecen a familia numerosa o están en el paro.

El déficit crónico del TUS

Los autobuses de Santander tienen lo que se denomina un 'precio político' desde hace años, es decir, por una decisión política en aras a incentivar su uso es imposible que el servicio se financie totalmente con lo que paga el usuario al subir a un bus. Es más, contrastando ingresos y gastos, los usuarios debieran de pagar, quien paga, el doble de lo que se paga ahora, al menos.

El TUS tenía una previsión presupuestaria para este 2022 de 27,3 millones de euros. Dicho presupuesto no ha sido aprobado pero refleja el cálculo del coste del servicio, incluido el gasto en nuevos autobuses eléctricos y también la financiación europea con cargo a los fondos de resiliencia. El mismo presupuesto fallido reflejaba que los ingresos, tanto propios como por transferencia de otras administraciones, ni siquiera llegarán a cubrir la mitad: 13 millones de euros.

Parte de esta discordancia se basa en la fijación de un precio del billete que no se ajusta a su valor de mercado y a las numerosas bonificaciones, que nadie pretende quitar, sino incluso aumentar.

Esto significa que Santander, en la práctica, avanza hacia la gratuidad, como ya han hecho otras muchas ciudades europeas: 56 ciudades, en concreto, sobre todo de Polonia (21) y Francia (20). Incluso países como Luxemburgo y más recientemente Alemania (con un abono mensual único de nueve euros desde junio) tienen transporte gratuito o casi gratuito.

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