La convulsa situación interna en el seno de Ciudadanos Cantabria ha terminado por estallar este viernes, en una comparecencia pública en la que el diputado autonómico y excoordinador regional, Juan Ramón Carrancio, ha anunciado junto a los dos concejales de la formación naranja en Santander, David González y Cora Vielva, que todos ellos abandonan el partido junto a “dos tercios de la militancia”, incluidos los líderes de seis de las nueve agrupaciones locales.
Así lo ha explicado en una polémica rueda de prensa a la que ha tenido que acudir incluso la Policía Nacional, después de que el propio Carrancio, junto a su equipo, haya expulsado de la sala en la que se celebraba el acto a un simpatizante de Ciudadanos que ha ocupado diversos cargos orgánicos y que es cercano a la actual dirección que lidera el humorista Félix Álvarez.
Después de una semana en la que dirección nacional hizo oficial el nuevo organigrama de Ciudadanos en Cantabria, y en la que se filtró una denuncia contra Carrancio y González por un posible delito de falsedad documental por presentar un acta falsa en un proceso judicial -que los acusados achacan a un “montaje político”-, la situación ha derivado en una ruptura total, que convierte a tres de los cargos institucionales del partido en tránsfugas y complica la gobernabilidad tanto al Gobierno de Cantabria como al Ayuntamiento de Santander.
“Estamos en un partido que traiciona a sus principios y a sus votantes, que traiciona a todo el mundo”, ha asegurado el excoordinador Juan Ramón Carrancio, que ha ejercido de portavoz de un “nutrido grupo de militantes” y ha acusado a Albert Rivera de nombrar a Félix Álvarez “con el dedo de dios” y de tener “las peores costumbres de la vieja política”.
“La afiliación en Cantabria no quiere a Félix Álvarez”, ha afirmado Carrancio, al que ha acusado de haber tenido una conducta “no muy recomendable” desde que entró en Ciudadanos y, de hecho, le ha acusado de “intimidar” y “amenazar” a trabajadores del partido con su puesto si no hacían lo que él quería.
Pese a su marcha, ni Carrancio abandonará su acta de diputado en el Parlamento de Cantabria ni los dos ediles de la capital dejarán la suya en el Ayuntamiento. El parlamentario ha asegurado que “Ciudadanos ya no es el mismo partido” por el que se presentó a las elecciones autonómicas y consiguió su escaño y, por tanto, no va a renunciar. “No voy a devolver el acta a un partido que no es por el que yo me presento”, ha afirmado.
Según han señalado, de los cerca de 300 militantes “al corriente de pago” que tiene la formación naranja en Cantabria, se marcharán “dos tercios” y algunas agrupaciones quedarán “vacías”.
Nuevo escenario político
Con la marcha de Carrancio de Ciudadanos, la formación naranja se quedará con un solo diputado en el Parlamento autonómico, Rubén Gómez, al que Carrancio ha definido como la “mano derecha” de Félix Álvarez, y sin representación en el Ayuntamiento de Santander, algo que puede tener consecuencias en la política de la ciudad y en la de la comunidad.
Y es que tanto en el Parlamento como en el Ayuntamiento, el partido naranja ha tenido en esta legislatura un papel relevante, ya que, en el Consistorio santanderino, sus dos concejales facilitaron tras las últimas elecciones municipales la investidura de Íñigo de la Serna (PP) como alcalde de Santander, posteriormente relevado por su número dos, Gema Igual, tras su nombramiento como ministro de Fomento. Además, con sus votos, este partido sustenta en numerosas ocasiones al equipo de Gobierno del PP, actualmente en minoría.
En lo que respecta al Parlamento, Ciudadanos permitió que se aprobara el Presupuesto de Cantabria de 2017 tras llegar a un acuerdo con el Gobierno bipartito PRC-PSOE que preside el regionalista Miguel Ángel Revilla.
Amenazas estériles de Ciudadanos
Horas después de explotar la crisis interna y saltar por los aires la continuidad del partido, Ciudadanos Cantabria, a través de un escueto comunicado, ha criticado la decisión Carrancio, González y Vielva de mantenerse en sus respectivos cargos públicos en el Parlamento y en el Ayuntamiento pese a abandonar el partido con lo que, a su juicio, quieren “robar los escaños de los votantes” de la formación naranja para mantener “un sueldo que le pagan todos los cántabros”.
Ciudadanos también ha aludido al caso de la supuesta falsificación documental de un acta que forma parte de un procedimiento judicial en el que están inmersos Carrancio y González, por el que, según señalan, se decidió la semana pasada apartarles de sus responsabilidades internas en el partido.
La formación naranja ha explicado que el partido ha llevado a cabo “una investigación interna” y ha señalado que “pondrá a disposición de la justicia los datos y documentación correspondiente”.
Además, la dirección regional ha defendido que, en caso de ser imputados, Carrancio y González, “deberán dejar su acta como cargos públicos”, tal y como firmaron en la carta ética del partido, obviando el hecho de que ambos han declarado que están ya fuera y que no responderán a ningún compromiso con la formación naranja.
Abandono de la socialdemocracia
Aunque el caso del acta falsa que mantiene a Carrancio y a González al borde de la imputación ha ocupado una parte importante de la rueda de prensa, los dirigentes políticos que abandonan ahora la disciplina de Ciudadanos han esgrimido excusas de todo tipo para justificar una decisión que les convierte en tránsfugas de facto y que complica su situación en las instituciones en las que desempeñan sus respectivos cargos.
Así, Carrancio ha reconocido que el enfrentamiento con el nuevo líder del partido en Cantabria es total, al tiempo que ha cuestionado tanto la forma de elegir a Félix Álvarez, sin primarias y por decisión personal de Albert Rivera, como su capacidad de representar los “valores y principios” con los que se fundó Ciudadanos. Según el todavía diputado, el “giro a la derecha” de la formación naranja y la “renuncia a la socialdemocracia” ha terminado por hacerles abandonar.
“Nos parece que eso es traicionar todos los principios de democracia, todo, todo, todo, aunque parezca un solo asunto, todo por lo que ha luchado este partido desde que nació. ¿Con qué cara me presento yo ante nadie diciendo que soy de un partido que viene a regenerar cuando damos este ejemplo. Tenemos peores prácticas internas que cualquiera de los partidos antiguos”, ha concluido Carrancio.