La resaca de las primarias socialistas sigue agravándose. Mes y medio después del proceso electoral que convirtió en secretario general del PSOE de Cantabria al candidato sanchista y alcalde de Santa Cruz de Bezana, Pablo Zuloaga, frente a su antecesora en el cargo y actual vicepresidenta en el bipartito con los regionalistas, Eva Díaz Tezanos, las consecuencias para la estabilidad del Gobierno se hacen notar y están a punto de provocar una crisis sin precedentes.
Y es que la fractura interna en el seno de la federación cántabra es de proporciones cada vez mayores y el enfrentamiento ha pasado de los pasillos de la sede en Bonifaz y las redes sociales al mismísimo Consejo de Gobierno de Cantabria, compartido por PSOE y PRC, donde Miguel Ángel Revilla se ha convertido en un testigo de excepción que puede acabar decantando la batalla para uno u otro lado.
De cambios puramente estéticos o superficiales, de los altos cargos más quemados o controvertidos por sus políticas públicas, siempre en segunda fila, se ha pasado a cuestionar directamente a primeros espadas y el futuro de alguno de los consejeros socialistas del Gobierno de Cantabria pende de un hilo, como es el caso del responsable de Educación, Cultura y Deporte, Ramón Ruiz, señalado por la nueva dirección socialista como el instigador de la revuelta.
Tras unas semanas de tensa calma, que Zuloaga aprovechó para descansar, reflexionar y tomar fuerzas después del duro proceso de primarias que le dio la victoria con casi 200 votos de diferencia sobre su rival, el nuevo secretario general de los socialistas cántabros ha regresado al trabajo listo para impulsar los cambios que pretende realizar en el Ejecutivo autonómico.
Su equipo ya tomó decisiones de calado esta misma semana, cuando la Ejecutiva regional aprobó por sorpresa destituir a la que había sido portavoz parlamentaria a lo largo de toda la legislatura, Silvia Abascal, muy implicada en la campaña a favor de Díaz Tezanos. Fue sustituida por el diputado Víctor Casal, amigo personal de Zuloaga y único de los cinco diputados socialistas defensor del cambio en la dirección socialista.
Este nombramiento fue tomado por los partidarios de la antigua secretaria general como un golpe en la mesa y un aviso a navegantes, sobre todo por las formas: Abascal recibió la noticia de su destitución a través de una llamada telefónica el día que se reincorporaba de sus vacaciones y ni siquiera de la voz del secretario general, en una breve conversación con la responsable de Política Institucional en la que incluso se la invitó a no acudir a la reunión prevista solo unas horas más tarde dado que el tema a tratar iba a ser, precisamente, su reemplazo.
En realidad, el cambio de Abascal era el único que Zuloaga y su equipo podían afrontar directamente, sin intermediarios, porque las competencias para nombrar al portavoz parlamentario del PSOE de Cantabria recaen sobre la Ejecutiva regional. A partir de ahí, la nueva cúpula socialista tiene las manos atadas y se tiene que encomendar a la buena voluntad de los cargos institucionales que representan al partido, en su gran mayoría cercanos a Díaz Tezanos, que fue quien los designó.
Esta circunstancia ha provocado que la fractura siga creciendo, con unos cargos orgánicos recién elegidos en el Congreso Regional tras la victoria de Zuloaga y unos representantes institucionales ligados en lo personal y en lo político a Díaz Tezanos, que sigue ocupando la Vicepresidencia y acumula bajo el paraguas de su macroconsejería las carteras de Política Social, Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Urbanismo, además de dos potentes empresas públicas como Sodercan y MARE.
Intervención de Ferraz
De esta forma, el bando perdedor en las primarias mantiene prácticamente todo el poder institucional, a pesar de que insinuaron durante la campaña que todos los consejeros socialistas podrían dimitir simultáneamente si Díaz Tezanos no lograba la victoria en el proceso. La amenaza no surtió efecto entre los militantes y esa postura no se ha vuelto a plantear, ya que ni siquiera han llegado a poner su cargo a disposición de la nueva Ejecutiva regional y mantienen el pulso con Zuloaga.
Todo ello, además, con la constante tutela de Ferraz. A las advertencias que ha hecho llegar a los díscolos esta misma semana la presidenta del partido, Cristina Narbona, se suma la visita no anunciada y sin focos de por medio de dos de los pesos pesados en la sala de máquinas del PSOE de Pedro Sánchez, como son José Luis Ábalos y Adriana Lastra.
La vicesecretaria general y el secretario de Organización han mantenido una reunión en Cantabria con Zuloaga y Díaz Tezanos con la intención de rebajar los ánimos y buscar un acuerdo con una persona que desde Ferraz definen como “una mujer de partido”. Sin embargo, la presión de los dirigentes socialistas no ha hecho mella y, según confirman fuentes del PSOE, “el encuentro no ha tenido los frutos esperados”.
De hecho, casi de forma simultánea, una docena de alcaldes socialistas cercanos a la vicepresidenta han filtrado a los medios que pedirán a Pedro Sánchez mediante una carta que “interceda” para “poner fin a la locura” que se ha desatado en el PSOE cántabro, en un nuevo gesto de hostilidad hacia el nuevo secretario general, al que cuestionan que tenga una relación más fluida con el regionalista Miguel Ángel Revilla que con sus propios compañeros.
Ante este escenario, el presidente cántabro tiene intención de comer este mismo sábado en Madrid con Pedro Sánchez, aprovechando su visita a la capital para acudir al programa de televisión 'La Sexta Noche', y mantener un encuentro informal que no se incluye en la agenda de ninguno de los dos líderes y que podría ser crucial para el devenir del Gobierno de Cantabria. “La Ejecutiva federal respaldará las decisiones que tome la nueva Ejecutiva autonómica”, subrayan desde Ferraz a preguntas de eldiario.es sobre el conflicto que afecta directamente al bipartito.