'Portraits of Palestine' es un proyecto documental y fotográfico a través de un viaje de dos semanas por Cisjordania y la Palestina histórica, donde se intenta ilustrar la vida diaria de los palestinos bajo la ocupación israelí.
Sus creadores, Sarah Hart y Aitor Lobato, que pretenden enseñar la vida en Palestina a los más jóvenes, han solicitado ayuda a través de una campaña de crowfunding, con el objetivo de encontrar financiación para su desarrollo.
Asimismo, junto a la obra, una exposición fotográfica estará disponible al público desde el próximo 8 de septiembre hasta el 30 de este mismo mes en la Casa de Cultura Fernando Velarde, así como en la biblioteca Elena Soriano, ambas en el municipio cántabro de Suances.
Los retratos, que se podrán ver de forma gratuita, mostrarán no solo rostros palestinos, sino también historias de vida que tratarán de concienciar a los espectadores sobre la realidad vivida ante la ocupación israelí. Estas son algunas de ellas.
Laila, cooperatista y costurera
Laila, cooperatista y costurera
“Las mujeres en Palestina siempre enseñan a sus hijas punto de cruz. Es una manera de ser más independientes financieramente y tener la capacidad de tomar tus propias decisiones. Mi hermana comenzó la cooperativa en la que trabajo en 2006. Su marido fue sentenciado a 110 años de cárcel, así que la comenzó para poder sobrevivir. Hay 150 mujeres trabajando ahora en nuestro taller en Idna y yo llevo la tienda ahora. No hablaba inglés, comencé a trabajar aquí y aprendí sola hablando con la gente que paraba en la tienda. Ahora he conocido a mucha gente, he hecho muchos amigos. Soy la única mujer trabajando en el mercado. Al principio fue difícil porque todavía hay gente que piensa que el sitio de la mujer es la casa. A veces traigo mi cocina aquí y cocino mientras trabajo. Estoy muy ocupada siempre. Siempre digo que los hombres pueden hacer algunas cosas, pero las mujeres pueden hacerlas todas”.
Ahmed, agricultor en Qalqilya
Ahmed, agricultor en Qalqilya
“Mi padre era agricultor y mi abuelo también lo fue. Mi familia lleva trabajando esta tierra desde generaciones. Vendemos las verduras y hortalizas aquí, en Qalqilya, y también en Nablus y Ramallah. La ocupación ha cambiado todo para mí y mi familia. Antes las vistas eran de cultivos vecinos, ahora, todo lo que puedo ver es el muro de hormigón. Si me acerco mucho, más de 20 metros, los soldados pueden dispararme. A veces nos tiran bombas de gas. Cualquiera se pondría nervioso teniendo un militar mirando desde la torre de control mientras trabajamos la tierra, francotiradores apuntándote mientras recoges las verduras. Con estas dificultades se me hace difícil mantener a mi familia. La agricultura es nuestra principal fuente de ingresos y siempre lo ha sido, pero ahora está bajo amenaza todos los días por culpa de la ocupación”.
Muhanned, activista y estudiante de Periodismo
Muhanned, activista y estudiante de Periodismo
“Recuerdo cuando los helicópteros empezaron a disparar contra la gente. Cuando era crío, solía esconderme junto al muro para verlos. Hay más de 120 obstáculos que restringen el movimiento y segregan áreas en la ciudad. Ellos dicen que es por la seguridad de los colonos, pero todo el mundo puede ver que es una forma directa de opresión contra nosotros. En 'Jóvenes contra el muro' creemos en la resistencia no violenta, organizamos protestas o hacemos visitas guiadas a quien viene por primera vez. Sin embargo, a veces tengo problemas con los soldados si me ven hablando con internacionales, me tienen fichado. También ayudamos a gente en el área H2 (zona ocupada) a reconstruir sus casas. Ellos tienen que pagar el doble porque los albañiles tienen que obtener un permiso especial para trabajar ahí. De hecho, no pueden usar vehículos y tienen que cargar todos los materiales a mano. Un día vinieron y dieron a los vecinos permiso para pasar por el checkpoint, pero alguna gente no estaba en casa. Hubo un hombre que no podía volver a su hogar y tuvo que llamar a sus hijos para intentar demostrar a los soldados que vivía ahí. La ocupación te hace la vida imposible aquí”.
Hiba, responsable de Relaciones Internacionales en la UAWC
Hiba, responsable de Relaciones Internacionales en la UAWC
“Los asentamientos ilegales en Cisjordania reciben nueve veces más agua que las poblaciones palestinas, el 85% de nuestros recursos hídricos están siendo robados por la ocupación israelí. Yo soy de Tulkarem, una ciudad rodeada de industrias israelíes que vierten sus residuos químicos a nuestros cauces con total impunidad y sin ningún tipo de responsabilidad medioambiental. Tenemos un porcentaje muy alto de muertes por cáncer provocadas por esta situación. En la Union of Agricultural Work Committees (UAWC) Tenemos como objetivo alcanzar la soberanía alimentaria en Palestina y trabajamos para conseguir una mayor justicia y empoderamiento de los granjeros, gente joven, mujeres y familias en riesgo de pobreza. Los granjeros que viven en Área C –bajo control israelí total— se han encontrado sin capacidad para acceder a sus tierras o sus tierras directamente han sido confiscadas como consecuencia de la ocupación”.
Hussam, psicólogo y escritor
Hussam, psicólogo y escritor
“Me formé como psicólogo en Padua (Italia), donde me gradué en Psicología y gané experiencia laboral como integrador social para inmigrantes. Volví a Palestina y en 2004 me robaron la vida: me mandaron 10 años a la cárcel por 'colaborar con el enemigo', porque para ellos el pueblo palestino es el enemigo. En la cárcel participé en una masiva huelga de hambre durante 29 días con 300 reclusos. Pedíamos que los prisioneros de Gaza pudieran recibir a sus familias, algo que tenían prohibido, pero cuando el sionismo te concede una cosa te quita cinco. Escribí mi historia en la cárcel 'Espejo de la prisión', libro que edité en Amman, y otros dos libros de poesía. Desde mi liberación hace dos años intento recuperar mi vida: trabajo como psicólogo en un hospital y soy coordinador de una organización dedicada principalmente a la infancia”.