“La reacción que está teniendo nuestra sociedad contra la restricción de la libertad de expresión es ejemplar”
Guillermo Zapata, concejal de Ahora Madrid, estará este viernes en Santander en un acto organizado por Podemos Cantabria para hablar sobre la libertad de expresión y la situación en la que se encuentra este derecho en España. La cita se desarrollará a partir de las 18.00 horas en La Moraduca, la sede de esta formación en la comunidad. Este guionista y escritor se vio involucrado en un proceso judicial del que finalmente fue absuelto tras la publicación de unos tuits con contenido de humor negro y por los que se le acusó de enaltecimiento del terrorismo.
Tras los últimos casos en los que se han puesto en entredicho las garantías de este derecho fundamental en España, Zapata reconoce en conversación con este medio que “la reacción” que está teniendo nuestra sociedad contra esta “restricción de la libertad de expresión es ejemplar”.
Ante este panorama, aboga por “multiplicar los lugares de difusión de opiniones para llevar a cabo un proceso de transformación cultural complejo y profundo”. Y es que, a su juicio, la lucha en favor de que se garantice el derecho a la libertad de expresión “no se resuelve con un imaginario tradicional en el que hay un día en que nos hartamos y organizamos una gran manifestación” -escenario que ve como “muy positivo”-, sino que es un proceso más complejo que “ya está en marcha”.
Se trata de la condena de tres años y medio al rapero Valtonyc por las letras de sus canciones, el secuestro de 'Fariña' y la retirada de la obra de Santiago Sierra de ARCO. “Estamos viviendo un contexto de interpretación en clave regresiva del derecho en el que de alguna forma se intenta proteger a la sociedad de opiniones, canciones o textos y que está llevando a una serie de consecuencias que cada vez están más fuera de medida”, subraya.
“Está totalmente fuera de medida que alguien vaya a la cárcel por una canción y está totalmente fuera de medida que un libro pueda ser retenido por un juez y que se vea afectada la editorial que la pone en marcha después de ocho ediciones y de un trabajo periodístico solvente y probado”, denuncia. Así pues, Zapata considera que esas sentencias traen consigo “un clima de un cierre enorme del control sobre la libertad de expresión”. En su opinión, la alternativa está en “confiar en nuestro país, en la sociedad y en la capacidad que tiene para distinguir lo que le gusta y lo que no le gusta”. “Se tiene que dar el debate en la sociedad, no que se hurte a través de procesos que son meramente judiciales”, incide.
Este político del Ayuntamiento de Madrid profundiza más en su explicación y señala que cuando hablamos de libertad de expresión se suelen tratar dos aspectos al mismo tiempo: “uno tiene que ver con el derecho a decir las cosas y otro con el pensar si esas cosas pueden o no tener consecuencias”. De esta forma, considera que “desde el punto de vista jurídico, la libertad de expresión debe intentar, como derecho, garantizarse lo máximo posible”.
En este sentido asegura que cuando haya una duda se debe aplicar “la interpretación más extensa posible, es decir, que de manera sistemática se intente garantizar en vez de restringir”. “Una vez eso esté garantizado podremos discutir desde un punto de vista político sobre lo que se dice y si esas afirmaciones son o no socialmente aceptadas o aceptables”, apunta. “Presuponer que vivimos en una sociedad madura es bueno y eso implica a su vez presuponer que los contenidos que se difundan seamos capaces de analizarlos o leerlos críticamente”, incide Zapata.
Tolerancia al debate público
El concejal de Ahora Madrid también opina sobre si la izquierda es el sector más castigado por estas sentencias. “Para que haya sentencias tiene que haber denuncias”, expone en primer término, al tiempo que pone sobre la mesa la importancia de conocer “si por la izquierda se denuncia más o menos”. “A mí me gusta la idea de que quien defiende la libertad de expresión asuma que sea la propia sociedad la que deba trabajar con los contenidos que no le gustan”, explica.
“No me hace especial gracia una izquierda que lo que hace sea demandar y denunciar sistemáticamente expresiones que no le agradan”, reconoce, ya que “no es bueno lo haga quien lo haga”. Por eso llega a la conclusión de que en el caso de la izquierda “hay un nivel de tolerancia mayor a ese debate público”, algo que considera “muy positivo”.
“Me preocupa que se establezca una lógica de espejos paralelos o de revancha que lo que busque sea que aquellos que se meten conmigo también sufran las consecuencias que sufro yo”, recalca. “No, se trata de rebajar los niveles, no de aumentarlos, porque además termina por ir siempre contra los más desfavorecidos”, denuncia Zapata, mientras señala que serán quienes “no tienen recursos para pagarse un procedimiento judicial y que se encuentran en mayores niveles de vulnerabilidad”.
“Lo más probable es que simplemente termine por no opinar por lo que pueda pasar”, lamenta. De esta manera, sostiene que “la responsabilidad con la libertad de expresión no es exigir que a la derecha la repriman como a los demás, sino todo lo contrario: exigir que el campo de la opinión pública sea lo más amplio posible”.
Asimismo, sobre la posibilidad de que el miedo acabe por acallar las voces reconoce que “medir el miedo de la sociedad en abstracto es muy difícil porque hacen falta datos”. No obstante, sí reconoce que si creas “un ecosistema en el que la palabra queda en entredicho desde un punto de vista judicial, uno puede ser precavido”. Además, relaciona este asunto con el fenómeno de la precariedad en el ámbito de los medios de comunicación o de las editoriales.
“En una sociedad fuerte en derechos también la capacidad de hablar es mayor”, subraya, ya que los dos elementos “están interrelacionados”. “No solo se trata de qué marco judicial se da sobre la libertad de expresión, sino qué mecanismos ponemos para que esta multiplique las voces, que haya más editoriales y más gente que se sienta segura y con ganas de intervenir en el debate y en la opinión pública”, concluye el concejal de Ahora Madrid.