Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Construir un futuro sostenible
El Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza se celebra desde 1993 con el objetivo de lanzar un llamamiento social sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia, habitualmente también desamparadas ante la violencia y el hambre, siendo las tres situaciones claras violaciones de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este año es especial, porque es la primera vez que lo celebramos desde la aprobación de los nuevos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el compromiso de los países de “acabar con la pobreza en todas sus formas y dimensiones”. ¿Y en qué es diferente este día? El marco de la sostenibilidad implica que debemos participar todos, la sociedad en su conjunto, pero también que las personas que viven en situación de pobreza tienen derecho a participar de las decisiones que los afectan, de manera que las medidas que se tomen, respondan adecuadamente y aseguren las necesidades tanto de la generación presente, como de las futuras. Así, hay que reconocer que no solo es fundamental la implicación de los gobiernos, sino también de las organizaciones no gubernamentales e internacionales, y también de las propias personas que viven en pobreza.
La pobreza mundial en datos y cifras
De todos los antiguos Objetivos de Desarrollo del Milenio, “reducir a la mitad la pobreza extrema para 2015” fue uno de los pocos en los que se consiguieron auténticos logros. De hecho, fue en 2010 cuando se logró esta reducción. Es decir, los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990. Pero ojo, que aún una de cada cinco personas de los países en vías de desarrollo vive con menos de 1,25 dólares, y eso sin contar los millones de personas que se encuentran en riesgo de recaer en la pobreza al percibir una cantidad diaria que ronda el 1,25 dólares.
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Repercute en hambre y malnutrición, falta de acceso a educación y otros servicios básicos, la discriminación y exclusión sociales y la exclusión en la toma de decisiones. Por eso, el crecimiento económico debe ser inclusivo, con el fin de crear empleos sostenibles y promover la igualdad.
Actualmente, 836 millones de personas aún viven en situación de pobreza extrema. Los índices más altos suelen encontrarse en los países más pequeños y frágiles, a menudo afectados por conflictos, lo que dificulta especialmente llegar a sus víctimas.
Alrededor de una de cada cinco personas de las regiones en desarrollo vive con menos de 1,25 dólares diarios. La gran mayoría de estas personas pertenecen a Asia Meridional y África Subsahariana.
- En el mundo, uno de cada cuatro niños menores de 5 años no tiene una altura adecuada para su edad, lo que indica un acceso escaso a alimentos.
El Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza se celebra desde 1993 con el objetivo de lanzar un llamamiento social sobre la necesidad de erradicar la pobreza y la indigencia, habitualmente también desamparadas ante la violencia y el hambre, siendo las tres situaciones claras violaciones de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este año es especial, porque es la primera vez que lo celebramos desde la aprobación de los nuevos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el compromiso de los países de “acabar con la pobreza en todas sus formas y dimensiones”. ¿Y en qué es diferente este día? El marco de la sostenibilidad implica que debemos participar todos, la sociedad en su conjunto, pero también que las personas que viven en situación de pobreza tienen derecho a participar de las decisiones que los afectan, de manera que las medidas que se tomen, respondan adecuadamente y aseguren las necesidades tanto de la generación presente, como de las futuras. Así, hay que reconocer que no solo es fundamental la implicación de los gobiernos, sino también de las organizaciones no gubernamentales e internacionales, y también de las propias personas que viven en pobreza.