Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Esnifar pegamento
Estudiar con detenimiento los ingredientes del Sanex, hacer un tres papeles con las páginas de un Spiderman, tirar penalties en el Pro Evolution, trolear a Toni Cantó, tuitear una foto de una polla dibujada sobre la nieve de Dublín, leer a Vizcaíno Casas. El tiempo es libre; y también relativo. Esta última teoría física es la ecuación en la que se basó Christopher Nolan para salvar la Tierra desde una polvorienta biblioteca y la que explica que Eduardo Arasti haya sido capaz de sumar cuatro años como consejero de Todos los Ejes de Invercantabria (Industria, Turismo, Comercio e Innovación), campos en los que la comunidad autónoma brilla tanto como Taylor Swift tomando el vermú en el Gelín.
De su capacidad destructiva, Obi Mikel del turismo regional, depende el Aeropuerto de Santander -cada día más Sergio García y menos Seve- y bajo su mandato se ha logrado el hito de que acumule menos visitantes que una exposición de Marnay en el Casino. Es quizá esta última la razón que ha llamado la atención de Aena, que con 66 aeropuertos y cerca de 200 millones de viajeros, es uno de los conglomerados aeroportuarios más grandes del mundo, con las preocupaciones que conlleva una responsabilidad de tal magnitud.
La empresa pública, a diferencia de nosotros, no está para perder el tiempo; Aena cierra cuentas de Twitter en lo que se deshace un helado de Regma o la nieve bajo un avión de Ryanair en Irlanda. No es el único. Tampoco pierde el tiempo el Partido Popular de Santander, que durante la celebración del funeral de Amparo envió una nota de prensa describiendo el programa de De la Serna para la ciudad: “Creación de empleo y bienestar social”, escribían contraprogramando a lo Paolo Vasile.
Hubo sorpresas en las redacciones y algún disgusto al abrir el Outlook, no es ningún secreto que el periodismo soñaba con que el alcalde desvelara la receta de la salsa secreta del Big Mac (sé que está en tu poder, Íñigo; súbela al blog, no te hagas el remolón) y no algo tan revolucionario y trotskista como crear puestos de trabajo y mejorar la vida de los ciudadanos. En realidad, en Cantabria solo pierden el tiempo las familias de Podemos, que no ganan al oficialismo ni con portero-delantero.
Pero estábamos con Aena, a quien le parece bien que Arasti haya convertido en lodo de festival indie el imparable crecimiento de un aeropuerto estratégico para el desarrollo económico de Cantabria, pero muy mal que alguien, con un talento inmenso, pocas veces visto y leído en la región, tuitee pollas bajo el parapeto de las palabras “aeropuerto” y “SDR”, que entendemos están en su poder como el tiempo en los Hombres de Gris de Momo.
La información, la atención al viajero, la solución de las más diversas dudas, el rigor de sus exclusivas -rebotadas en ocasiones por los medios de comunicación más prestigiosos del país- no han sido tan importantes para Aena, que entiende por servicio público retuitear hasta el infinito una rueda de prensa de Ana Pastor, espejo femenino de Arasti. Al menos, con @aeropuertoSDR soñábamos con ver a algún día en Parayas a Abdul-Jabbar, con encontrarnos en la cabina con un piloto automático hinchable o con esnifar pegamento con McCroskey en un día de tormenta.
Estudiar con detenimiento los ingredientes del Sanex, hacer un tres papeles con las páginas de un Spiderman, tirar penalties en el Pro Evolution, trolear a Toni Cantó, tuitear una foto de una polla dibujada sobre la nieve de Dublín, leer a Vizcaíno Casas. El tiempo es libre; y también relativo. Esta última teoría física es la ecuación en la que se basó Christopher Nolan para salvar la Tierra desde una polvorienta biblioteca y la que explica que Eduardo Arasti haya sido capaz de sumar cuatro años como consejero de Todos los Ejes de Invercantabria (Industria, Turismo, Comercio e Innovación), campos en los que la comunidad autónoma brilla tanto como Taylor Swift tomando el vermú en el Gelín.
De su capacidad destructiva, Obi Mikel del turismo regional, depende el Aeropuerto de Santander -cada día más Sergio García y menos Seve- y bajo su mandato se ha logrado el hito de que acumule menos visitantes que una exposición de Marnay en el Casino. Es quizá esta última la razón que ha llamado la atención de Aena, que con 66 aeropuertos y cerca de 200 millones de viajeros, es uno de los conglomerados aeroportuarios más grandes del mundo, con las preocupaciones que conlleva una responsabilidad de tal magnitud.