Cantabria ha liberado sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de pacientes con coronavirus por primera vez desde hace tres meses. La comunidad ya no tiene enfermos del virus en las UCI desde que ingresara el primero el 11 de marzo, y tras haber llegado a alcanzar los 47 en el pico más alto de la pandemia registrado entre los días 31 de marzo y 3 de abril.
No obstante, la región en ningún momento llegó a estar saturada. Más bien al contrario, puesto que en esas fechas más críticas, los hospitales cántabros contaban con un 40% de plazas UCI libres destinadas a pacientes con COVID-19. Así todo, el número de enfermos en estas unidades fue decayendo progresivamente con el paso de los días, hasta el punto de que el 24 de abril la cifra de ingresados había caído de la decena.
Desde entonces y hasta hoy, Cantabria se ha mantenido con un número estable de pacientes COVID-19 en las UCI, con numerosos días en los que ha habido cinco o menos de cinco. Y ya desde hace un mes, el 13 de mayo, la cifra ha rondado continuamente entre uno y dos ingresados, hasta este viernes en el que, en un primer momento, la Consejería de Sanidad había notificado uno, pero que posteriormente ha confirmado que ha sido bajado a planta a lo largo de la mañana por la mejora en su estado de salud, dejando a cero, de esta manera, las plazas UCI de pacientes COVID-19 de la comunidad.
Se trata, este último, de un policía que fue repatriado a Cantabria este domingo en un avión medicalizado desde Guinea Ecuatorial y que ingresó en la UCI con coronavirus. El avión aterrizó en el aeropuerto Seve Ballesteros, desde donde el paciente fue evacuado en ambulancia, escoltada por la Policía Nacional, al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.