En la década de los 80, Cantabria vivió un episodio histórico que marcó un antes y un después en la lucha ecologista y en la defensa de los entornos naturales de la comunidad autónoma. Se trata de la histórica movilización en defensa del parque natural de Oyambre, sobre el que se cernía una grave amenaza para su conservación en forma de especulación urbanística.
La resistencia vecinal, que logró el objetivo de salvar esta joya de la costa occidental de Cantabria actualmente protegida, tuvo su punto álgido en la manifestación celebrada el 29 de mayo de 1986 contra las anunciadas intenciones que una promotora turística tenía sobre la zona.
Convocada por la Coordinadora de Defensa del Litoral, durante la movilización hubo escenas desagradables y de alta tensión, concretamente cuando la Guardia Civil cargó contra los manifestantes con el apoyo de guardas de seguridad y personas contratadas por la empresa constructora armados con palos y ayudados por perros, tal y como recuerda el colectivo Desmemoriados.
Y es que dispararon pelotas de goma a escasa distancia de los ciudadanos que protestaban, dejando varios heridos, y uno de ellos tuvo que ser ingresado en el Hospital Valdecilla de Santander al quedar inconsciente tras un pelotazo. Todo ello, según el relato histórico, mientras los responsables de la empresa observaban desde lo alto la evolución de los acontecimientos.
Ahora, casi cuatro décadas después, la ciudadanía cántabra se manifiesta contra la construcción de un macrocomplejo turístico en el entorno natural de Loredo y Langre. El éxito de aquella movilización de los 80, documentada en imágenes en un archivo digital impulsado por el colectivo Desmemoriados y la Universidad de Cantabria (UCReCrea), puede servir de inspiración y de faro de esperanza para la concentración protesta organizada para este sábado 18 de mayo.