Cristina Narbona (Madrid, 1951) mira con optimismo el futuro del PSOE. Asegura que existe “muy buena sintonía” entre la Ejecutiva Federal y los miliantes, y aunque no han obtenido el resultado que esperaban en las últimas elecciones, las de Cataluña, afirma que el partido está recuperando el espacio de centro izquierda y no se muestra preocupada por el auge de Ciudadanos, que “cada vez está más posicionado en planteamientos conservadores”. Pieza clave en la dirección de Pedro Sánchez, señala al Gobierno en minoría del portugués António Costa como el modelo a seguir. Con motivo de su presencia en Santander para participar en una asamblea abierta sobre el sistema de pensiones y el intento de reedición del Pacto de Toledo, Narbona atiende a eldiario.es.
Ha pasado medio año desde que fue elegida presidenta del PSOE. Comparte trabajo con la Ejecutiva del partido e imagino que habrá recorrido un buen número de agrupaciones en este tiempo. ¿Qué es lo que percibe? ¿Cuál es el estado de ánimo de la militancia?
Yo percibo mucha coincidencia en cuanto a los planteamientos que venimos haciendo desde la Ejecutiva Federal. Por ejemplo, ahora con lo que denominamos los Acuerdos de País. Es un paquete que refleja muy bien las prioridades que marcamos en el 39 Congreso respecto de la situación de nuestro país y donde lamentablemente los problemas que veíamos hace seis meses no han hecho más que aumentar en términos, sobre todo, de desigualdad, de precariedad y de falta de una auténtica regeneración democrática. En estas cuestiones cuando voy por distintas agrupaciones y territorios veo una muy buena sintonía con el enfoque el PSOE a nivel federal está dando.
Hemos visto también un apoyo para nosotros muy importante a nuestra posición para el desafío secesionista. Creo que nuestros militantes, y desde luego muchos ciudadanos, han entendido que nosotros apoyamos la Constitución, que es algo muy distinto a apoyar al PP o al Gobierno del PP. Y además hemos sido quienes por fin hemos puesto en la agenda del Parlamento, con toda la dificultad que existe, el análisis sobre la vigencia de nuestra Carta Magna.
Pero, ¿cree que el mensaje del PSOE está calando en la ciudadanía? El resultado del PSC en Cataluña y las encuestas apuntan que su partido no consigue despegar y recuperar el espacio perdido.
Si miramos para atrás hemos recuperado varios puntos desde el resultado que tuvimos en la etapa de la Gestora. Hace poco más de un año estábamos con el apoyo del 17% de acuerdo con el CIS; hay síntomas de que hemos ido avanzando y creo que se va a ir consolidando. Qué duda cabe que esperábamos mejores resultados en Cataluña, pero allí el análisis que hacemos es que las elecciones se planteaban como una gran polarización entre dependencia “sí”, dependencia “no” e importaba poco qué programa de gobierno presentaba cada fuerza policía.
Creo que la mayoría de los votantes ni se enteraron más allá de esa postura “sí” o “no” a la independencia de Cataluña y eso, sin duda, jugó en contra de la posición mucho más rica y de mucho más contenido que tenía el PSC.
¿Cómo cree que va a acabar la elección de presidente en Cataluña?
Es tan voluble esta situación… Ahora mismo estaba leyendo que Puigdemont parecía que se inclinaba por no solicitar la autorización para acudir al Parlament, pero no sabemos si hay una estrategia de retrasar la sesión de investidura. Independientemente de lo que plantee Puigdemont o Junts pel Sí o los partidos independentistas, nosotros tenemos claro que el Tribunal Constitucional ha fijado de una manera muy nítida el campo de juego: no puede haber nada de investidura telemáticas y si Puigdemont quiere estar en España, tiene que pedir primero esa autorización al juez.
Nosotros no vamos a cambiar de posición. Creemos que en absoluto Puigdemont puede ser presidente de la Generalitat, una personas que además está dando una versión en el extranjero a los medios internacionales de lo que es España que causa sonrojo, que alguien que se ha sentado las leyes nacionales y autonómicas pretenda dar clases de calidad de la democracia… En fin, esperamos y confiamos que haya una sesión de investidura con otro candidato y que, sobre todo, ese candidato se comprometa a mantener el Gobierno de la Generalitat dentro de la legalidad.
En Alemania, sus homólogos del SPD están negociando reeditar la gran coalición con la UCD de Merkel después de haber asegurado tras las elecciones que no lo harían. ¿No encuentra su sitio la socialdemocracia?
Para nosotros la mejor referencia de la socialdemocracia del siglo XXI es Portugal. Ahora mismo el Gobierno de António Costa tiene una valoración superior al 40% en la ciudadanía. Ha venido incluso mejorando esa valoración, esa expectativa de voto, y además, sobre todo, ha llevado adelante toda una serie de reformas para reducir desigualdades importantes, para mejorar la vida de las clases más desfavorecidas y, al mismo tiempo, para ir cumpliendo con objetivos de reducción de déficit como pedía Bruselas con un apoyo de las fuerzas de izquierda, que allí, a diferencia de lo se planteó aquí en la anterior legislatura, han sido capaces de apoyar a un gobierno socialista. Creemos que esa es una buena opción porque sin ninguna duda los desafíos que tiene nuestra sociedad requieren respuestas desde los valores de la socialdemocracia, no desde otros.
Entiendo que no le gusta o no es partidaria de esa reedición de la gran coalición.
Sobre eso se pronunciarán los militantes en última instancia en referendo. Yo creo que hay que respetar la decisión que ha tomado Schulz en un contexto que además poco tiene que ver con España. La señora Merkel no es en absoluto semejante ni análoga al señor Rajoy. El señor Rajoy en ningún país desarrollado y democrático podría ser ya presidente del Gobierno desde hace mucho tiempo, con una situación tan delicada como es la presunta financiación ilegal de su partido. Y la señora Merkel tiene posiciones bastante más avanzadas que el señor Rajoy en temas como el acogimiento de refugiados, donde España está teniendo una reacción realmente penosa en cuando al cumplimiento de nuestros compromisos o de transición energética, donde Rajoy está empeñado en mantener las centrales nucleares cuando la señora Merkel hace tiempo que ha establecido una hoja de ruta para el desmantelamiento de las plantas.
Acude a Santander para participar en una jornada sobre las pensiones. Ha pasando casi un año y medio desde que se formó la Comisión para intentar reeditar los Pactos de Toledo y parece que no ha habido grandes avances. ¿Por qué motivo?
Por eso estamos explicando nuestras propuestas, porque no vemos que el Gobierno avance en la dirección correcta, es más avanza en la dirección equivocada. Sigue agotando el fondo de reserva, la llamada hucha de las pensiones, donde ya solo quedan 8.000 millones de euros de los 66.000 que había al principio de la primera legislatura de Rajoy. Y, además, la precariedad y los bajos salarios en nuestro mercado laboral significan un enorme riesgo cara al futuro de las pensiones. En el presente ya están siendo devaluadas por los cambios que introdujo el PP en el año 2013, cuando intervino cambiando las reglas de que la actualización se hace de acuerdo con el IPC; ahora hay un índice de revalorización que conlleva un incremento del 0,25%, perdiendo sistemáticamente poder adquisitivo los jubilados.
Tampoco estamos absolutamente de acuerdo con el llamado índice de sostenibilidad que va a hacer que en 2019 las pensiones sean tanto o más bajas de entrada cuanto mayor sea la expectativa de vida de los jubilados. Son dos medidas que estamos pidiendo que sean derogadas, como todos los cambios en materia laboral que han llevado a la actual precarización del empleo en nuestro país. Entonces, hemos presentamos un paquete de propuestas bastante amplio, que es el que estamos defendiendo en la Comisión del Pacto de Toledo, pero no vemos una respuesta meridianamente satisfactoria por parte del Gobierno. Es más, aunque no hay todavía Presupuestos Generales del Estado, hemos conocido el documento que el Gobierno ha enviado a Bruselas sobre actualizaciones del Plan de Estabilidad y ahí queda claro que este Gobierno piensa seguir reduciendo el gasto social.
¿Cómo se puede volver a llenar la hucha de las pensiones?
Pensamos que puede haber un aumento de ingresos en gran medida luchando contra el fraude en la Seguridad Social. Hay muchísimo empleo que no está cotizando y si hubiera de verdad medidas potentes, hay más de 4.000 millones de euros anuales que se podrían obtener solo de esa lucha más eficiente contra el fraude. Y hemos planteado también un par de impuestos: el impuesto a las transacciones financieras y el impuesto sobre la banca, que son impuestos que existen ya en países de nuestro entorno.
Creo que existe un sentimiento generalizado entre los jóvenes de que no tendrán pensión cuando se jubilen. O por lo menos no tal y como la conocemos hasta ahora, dando cabida a un sistema mixto público-privado. ¿Hasta qué punto cabe esa posibilidad?
Eso es exactamente lo que pretende el Gobierno del PP: ir desmantelando el sistema público de pensiones para favorecer la existencia de planes de pensiones privados y dirigir hacia esos planes el ahorro de aquellos que puedan ahorrar, porque lo que me parece sangrante es que la exministra Celia Villalobos, presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, hablara el otro día de la oportunidad de que los jóvenes vayan ahorrando cuando la enorme mayoría no de los jóvenes sino de los adultos de este país apenas puede llegar a final de mes.
Hablar ahora de que haya ahorro para alimentar planes privados de pensiones es un insulto a la enorme mayoría de los ciudadanos que tienen un problema de salarios bajos y dificultades económicas. Pero es cierto que esa es la solución que está planteando el PP. Desde luego el PSOE trabajará para reforzar el sistema público de pensiones y no para lo contrario.
Se percibe una resignación importante. ¿Ha calado el mensaje de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y tenemos más derechos de las que podemos costearnos?
Seguro que algunos que han vivido por encima de sus posibilidades porque ha habido un enorme endeudamiento asociado a la burbuja inmobiliaria y ha traído una secuela dramática de quiebras, de ruinas de empresas, de desahucios, etcétera. Pero en estos momentos en lo que hay que fijarse es en quiénes están sacando provecho de la crisis en España y de la recuperación. En el año 2017 el 40% de toda la riqueza que generó nuestro país quedó en manos del 1% de la población. En España se están acrecentando las desigualdades. Por lo tanto, comprendo que eso también lleva a una enorme frustración de muchas personas y lamentablemente a esa sensación de resignación, pero es exactamente eso lo que tenemos como objetivo principal: romper esta dinámica de desigualdades crecientes. Creemos que son imprescindibles cambios en el mercado laboral y cambios en la fiscalidad. Ahora en el mes de febrero presentaremos un documento sobre presupuestos alternativos donde una pieza fundamental es una reforma fiscal que debería llevarnos a una mayor justicia distributiva.
Creo que esto es importante que quede reflejado en los medios. El otro día leía una valoración muy negativa del trabajo de los diputados en el Parlamento en esta legislatura, como si no estuvieran haciendo nada. El problema es que hay nada menos que 30 iniciativas legislativas que gozan de la mayoría parlamentaria, pero que están vetadas por el PP porque el Gobierno tiene esa capacidad de vetar iniciativas que tengan mayoría cuando estima que eso puede llevar asociado un incremento del gasto presupuestario. Es inaudito hasta qué punto el Gobierno hace uso de esa prerrogativa.
Hace escasos días este medio revelaba algunos mensajes homófobos vertidos por la jueza Elósegui. El PSOE ya se ha pronunciado en contra de que esta jueza represente a España en el Tribuanal de Derechos Humanos de Estrasburgo, pero, ¿piensa tomar alguna medida concreta?
Esta jueza ha mentido al presentar dentro de su currículum una supuesta colaboración por su parte en la elaboración de la Ley de Igualdad. Además de eso hay posiciones homófobas que no parecen muy consistentes con estar en una posición de defensa de los derechos humanos. Efectivamente hay una petición que se está haciendo desde el Parlamento Europeo para que se resuelva la selección eliminando la candidatura de esta jueza. Eso es algo que se vota en una asamblea parlamentaria y que, por lo tanto, es allí donde este tema se resolverá.
Volviendo a la actualidad y al tema de la presunta financiación irregular del PP. ¿Cree que le pasa la factura que debería con todo lo que se está revelando en estos juicios?
Creo que ha empezado a pasarle factura y las encuestas que señalan un auge de Ciudadanos también tienen que ver con esa percepción. Pienso que hay una parte de los votantes del PP que no acepta esa forma de actuar de sus dirigentes.
Mencionaba ese destacado repunte de Cs. ¿Por qué el PSOE no consigue recuperar su espacio?
Creo que el PSOE está recuperando espacio a la izquierda que se corresponde con lo que estamos viendo en las encuestas en el caso de Podemos. Creo que nuestro espacio es un espacio de centro-izquierda y Ciudadanos, por el contrario, cada vez está más posicionado en planteamientos conservadores. Nosotros pretendemos ser una opción claramente de izquierda, de una izquierda no independentista, y eso es algo que nos separa profundamente de Podemos. Y una opción también de izquierdas de Gobierno en el sentido de hacer propuestas solventes y viables y no utópicas.
Trabajamos en estos momentos con todos los dirigentes del partido que tienen representación en ayuntamientos y comunidades autónomas para fortalecer la coherencia en nuestros planteamientos, para fortalecer la ejemplaridad de nuestros dirigentes. Creemos que eso es fundamental para recuperar ese núcleo de votantes que nos empezó a abandonar de manera drástica en el año 2011, cuando todavía no existían ni Podemos ni Ciudadanos y que, sin embargo, al finalizar la segunda legislatura de Zapatero perdimos nada menos que 4,3 millones de votantes. Y eso a mi juicio tiene que ver con la decepción de muchos de nuestros votantes con decisiones en política económica en la gestión de la crisis que no consideraron acordes con nuestro propio ideario.
En clave autonómica usted intentó mediar este verano con la vicepresidenta del Gobierno de Cantabria y hasta entonces secretaria general del PSOE, Eva Díaz Tezanos, para que el relevo con el ganador de las primarias, Pablo Zuloaga, fuera una transición tranquila. En estos meses la situación no ha hecho más que complicarse y el enfrentamiento entre la dirección saliente y la nueva se saldó con el cese, entre otros, del consejero de Educación. ¿Respalda las decisiones tomadas por el nuevo secretario general?
Por supuesto la dirección del PSOE de Cantabria ha actuado siempre en sintonía con la Ejecutiva Federal y es verdad que hay decisiones que han podido vivirse de una forma difícil dentro de lo que es la familia socialista en Cantabria, pero la información que yo tengo en estos momentos es que hay mucha más colaboración entre las personas que están en el Gobierno de Cantabria y los responsables del partido, y esa es la línea que hay seguir. Tiene que haber un trabajo convergente, que ponga por delante el interés general de Cantabria y que supere discrepancias o divisiones que nunca ayudan a que los ciudadanos confíen en nosotros.
¿Le gustaría que Zuloaga fuera el candidato a la presidencia del Gobierno de Cantabria?
Eso tendrá su proceso cuando llegue el momento. Habrá que ver si hay más compañeros que quieran dar el paso, pero todavía queda tiempo. Nuestros militantes tendrán la última palabra.