Un fuerte dispositivo policial vigilará las celebraciones ligadas a la Navidad, especialmente durante la Nochebuena y la Nochevieja, en Santander y otros municipios cántabros, porque “este año no toca”.
Lo ha expresado así el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), durante la presentación de las medidas frente a la COVID-19 de cara a las fiestas navideñas, en una rueda de prensa que ha ofrecido junto al presidente, Miguel Ángel Revilla (PRC), y en la que han sido preguntados por una posible relajación de las restricciones en establecimientos hosteleros en esas fechas.
Y aunque ambos han remarcado que las limitaciones y su flexibilización están sujetas a revisión y modificación en función de la evolución de la pandemia del coronavirus, el máximo responsable sanitario en la región teme más bien que haya “endurecimiento” de las medidas generales acordadas ya que, como ha recordado, pese a la mejora experimentada en la incidencia COVID, Cantabria sigue en un nivel tres de alerta.
En cuanto a las jornadas del 24 y 31 de diciembre, y los tradicionales encuentros ligados a las conocidas como 'tardebuena' y 'tardevieja', el consejero ha avisado que las restricciones no se van a relajar esos días, sino todo lo contrario. Así, habrá un amplio dispositivo policial que velará por que no se produzcan aglomeraciones de gente, en el exterior de locales hosteleros, consumiendo alimentos y bebidas sin mascarilla. Al margen del despliegue de agentes, de forma coordinada entre la Delegación del Gobierno y el Ejecutivo autonómico, Rodríguez ha apelado a la responsabilidad individual y colectiva, para que los ciudadanos no se concentren en la calle, porque “este año no toca”.
“Por favor, no salgáis”
Revilla ha indicado por su parte que el dispositivo policial será “muy importante” y habrá multas que se aplicarán con “mucho rigor”, ya que la idea es que lo se pueda lograr en el interior, -donde se ha limitado a diez las personas que pueden reunirse a comer y cenar-, se vaya al “traste” con lo que ocurra en el exterior, con “miles de personas” -ha dicho- “en una calle juntas, comiendo, bebiendo y abrazándose, sin distancia ni mascarilla”.
“Podemos arreglar el tema dentro, pero fuera puede ser un desastre”, ha advertido el presidente cántabro, que ha diferenciado: “Ver a la familia es una cosa, armar juergas masivas es otra”, ha explicado. A su juicio, aglomeraciones en las calles serían “una bomba” para la propagación del virus, que se contagia y trasmite de forma “rápida” y además “mata”. “Se está muriendo la gente”, ha recordado. Por eso, ha expresado que le gustaría “no ver a nadie” en Nochebuena y Nochevieja en las calles. “Por favor, no salgáis. No lo estropeemos”, ha concluido.