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El grupo parlamentario de Ciudadanos en la Cámara autonómica cántabra ya no existe, pero el partido naranja conservará su representante en la Mesa lo que resta de legislatura. La votación celebrada este lunes previa al Pleno ha dado como resultado que Diego Marañón seguirá siendo secretario segundo de este órgano rector, a pesar de que tanto él como el líder de Ciudadanos en la comunidad, Félix Álvarez, ya no disponen de grupo propio y se integran en el mixto junto a Vox.
La elección de Marañón se ha producido por amplia mayoría tras una votación secreta en la que han participado 33 de los 35 diputados del Parlamento. El diputado naranja, a propuesta de Ciudadanos y el PP, ha obtenido 31 de los 33 votos, mientras que los otros dos se los ha llevado el representante de Vox Armando Blanco, quien había sido propuesto por la formación de extrema derecha que dispone de dos diputados en el grupo mixto.
Así pues, Marañón seguirá ocupando el cargo que ostenta desde el inicio de esta legislatura y percibirá la retribución que corresponde al mismo, pese a que su formación política ya no dispone de grupo parlamentario.
La crisis interna en la formación naranja se saldó la pasada semana con la expulsión del grupo de la diputada Marta García -que previamente había dado de baja su militancia- y, como consecuencia de ello, la disolución del mismo al no alcanzar el mínimo de tres representantes que exige el Reglamento de la Cámara para disponer de grupo propio.
Ciudadanos ha perdido su grupo parlamentario a un año de que termine la legislatura y la ex representante naranja expulsada aseguró en rueda de prensa que no entregará el acta, de manera que continuará como tránsfuga hasta las próximas elecciones autonómicas.
Marta García, intervenciones limitadas
Ante este escenario, la Mesa del Parlamento de Cantabria ha aprobado una norma sobre diputados y diputadas no adscritos, que clarifica la que estaba vigente sobre este tema desde febrero de 2019. En ella, se establecen los turnos de intervención que tendrá a partir de ahora la diputada tránsfuga de Cs, que se verán limitados notablemente dada su condición de no adscrita. García aseguró que mantendrá el acta “para ser la voz del campo”, pero su capacidad de intervención queda muy reducida.
En los plenos o comisiones en que participe, García no podrá intervenir por más de una tercera parte del tiempo establecido para cada turno de los grupos. Además, solo podrá hacer uso de la palabra en aquellas iniciativas que hubiese presentado, salvo en los casos en los que el reglamento prevea de forma expresa su intervención. En el caso del debate sobre las leyes, sí podrá presentar y defender enmiendas al articulado, aunque solo por un tercio del tiempo reconocido a cada grupo.
Además, en el documento se indica que “no se podrá producir la intervención del diputado no adscrito en otros debates de carácter general que se produzcan en el Parlamento de Cantabria en los que el debate sea de los grupos parlamentarios”, como es el caso -según señala expresamente la norma- en el Debate de Orientación Política (conocido popularmente como Debate sobre el Estado de la Región) que habitualmente cierra el periodo de sesiones a finales de junio.
Además, según recoge la nueva norma, la diputada no adscrita perderá cualquier cargo o puesto en cualquier órgano del Parlamento que ocupase en representación o a propuesta del que había sido su grupo y cesará de forma automática en todos los cargos electivos que tuviera en la Cámara.
La norma sí reconoce el derecho a integrarse en una comisión tras acuerdo de la Mesa del Parlamento, formular interpelaciones o preguntas al Gobierno y a cada uno de sus miembros. También podrá recabar de la Administración de la comunidad y de sus organismos datos, informes o documentos que obren en su poder.
Además, tendrá los derechos económicos que les corresponden a los diputados individualmente considerados y, en cuanto a los medios materiales que precisa para cumplir con sus funciones, los determinará la Mesa del Parlamento o la Junta de Portavoces.