El matrimonio de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Santander ya no se limita a votar a favor o en contra en las comisiones y plenos -o abstención técnica- sino que ahora también comparten estrategia política y argumentario. En los 15 meses que llevamos de legislatura, pocos reproches se ha escuchado a los dos ediles de la formación naranja contra el partido que ostenta la responsabilidad de gobierno en la ciudad, el PP.
La mayoría de las intervenciones públicas de David González y Cora Vielva han sido para hacer públicas propuestas de su formación, como dotar de Wifi al Centro Cultural Fernando Ateca, que el autobús conecte Monte con Valdecilla o reclamar iluminación en la Avenida del Faro -iniciativas que rápidamente han sido aceptadas por los populares-, o bien para mostrar su apoyo a las acciones del equipo de Gobierno, como la reducción “muy positiva” de la deuda municipal o el cambio de denominación de la avenida Carrero Blanco a Severiano Ballesteros.
Repasando los comunicados enviados a los medios por el partido naranja en este tiempo no hay constancia de ninguna crítica hacia al ahora exalcalde de la ciudad, Íñigo de la Serna, quien ha gobernado plácidamente pese a haber perdido la mayoría absoluta en la última cita con las urnas. Tan solo la votación para retirar la aportación de dinero público a la Feria de Santiago puso en jaque a los conservadores, que no obstante consiguieron pocas semanas después que C's diera marchara atrás y garantizase con su abstención mantener dicha subvención.
La tibieza mostrada hasta ahora por los dos concejales de Ciudadanos choca con la vehemencia con la que se han manifestado este lunes contra el portavoz del PSOE, Pedro Casares, también en labores de oposición.
David González, portavoz de C's, ha empleado el mismo argumentario que De la Serna y su equipo llevan utilizando contra los socialistas desde hace año y medio en Santander y ha acusado a este partido de tomar una “deriva ideológica hacia la extrema izquierda destructiva”.
Las palabras de González llegan en respuesta a un comunicado enviado el pasado sábado por el PSOE, que criticaba a Ciudadanos por ser de nuevo la “muleta” del PP para la aprobación en este caso de los presupuestos de 2017, como ya sucediera con las ordenanzas fiscales y las cuentas de 2016, entre otras muchas cuestiones.
Casares señalaba que C's brindaba su apoyo a unas cuentas de casi 200 millones de euros a cambio de que el PP aceptase tres enmiendas “por un importe global de 95.000 euros, y no de 2,5 millones” como habían afirmado los ediles naranjas.
“El resto de partidas que han anunciado ya figuran en los presupuestos de 2017 elaborado por el PP. Incluso algunas como el millón de euros para la mejora urbana de barrios en Cueto, Monte, San Román y Peñacastillo ya figuraban en el presupuesto de 2016”, aseguró el líder del PSOE.
De este modo, para el líder de los socialistas santanderinos, la propuesta presentada por Ciudadanos es “una carta blanca, una nueva demostración de que trabajan para los intereses del Partido Popular y no de los votantes a los que dicen representar”.
“Muletilla” de Revilla
La denuncia de los socialistas no debió sentar nada bien entre las filas naranjas, que han abandonado su tono neutro para cargar dos días después las tintas contra Casares, de quien dicen“se ha enrocado en la crítica permanente y en la negación”, siguiendo, a su juicio, “la estela de Pedro Sánchez en su deriva hacia las políticas de Podemos”.
“La única muletilla existente es la de su partido al PRC, lo que supuso hacer presidente de Cantabria a Miguel Ángel Revilla por primera vez, siendo la tercera fuerza política”, apostilla González.