Habrá batalla por el liderazgo del Partido Popular de Cantabria. El actual presidente, Ignacio Diego, y la secretaria general de la formación, María José Sáenz de Buruaga, se enfrentarán en el duodécimo Congreso Regional del partido, que tendrá lugar el próximo 25 de marzo. Ambos dirigentes medirán sus fuerzas en las urnas después de no haber alcanzado un acuerdo para conformar una lista única, como reclamaba la dirección nacional.
Los esfuerzos de María Dolores de Cospedal y de Antonio Fernández Maíllo han caído en saco roto y Mariano Rajoy no verá cumplido su deseo de que los cónclaves autonómicos se celebren “sin divisiones ni enfrentamientos”. Al menos en Cantabria, donde la disputa por la presidencia ha abierto una brecha que pase lo que pase va a ser casi imposible coser, tal y como reconocen desde las propias filas de los conservadores.
Así, una vez que el segundo encuentro en Génova se cerró ayer “sin avances”, Ignacio Diego ha anunciado este martes que optará “por última vez” a la reelección animado por una “amplia mayoría”. Lo ha hecho en una rueda de prensa que apenas ha durado cinco minutos y que fue convocada de urgencia a medianoche del lunes a la misma hora en la que el presidente del Comité Organizador del Congreso, Santiago Recio, iba a informar del proceso, un acto que ha tenido que ser suspendido.
Diego no ha admitido preguntas, otro síntoma claro de cómo bajan las aguas de turbulentas por Joaquín Costa -la sede de los populares cántabros-. No es una persona acostumbrada a morderse la lengua y por ello ha preferido limitarse a leer un comunicado que ha ido dirigido, especialmente, a la militancia. Consciente de que son ellos los que tendrán la última palabra, ha enfatizado que es su “trabajo desinteresado” el que permite que el PP sea “la única opción solvente para garantizar el futuro de Cantabria” y el que ha permitido que la formación cuente hoy “con la confianza de una amplia mayoría de cántabros”.
Por ello, les ha pedido que vean el Congreso del mes que viene como una “oportunidad más para afianzar el camino” que ellos mismos han construido y para “corregir” los “errores” y “potenciar” los “aciertos”. Además, se ha mostrado convencido de que esa labor de las bases conducirá en 2019 a traducir ese respaldo social en “nuevas responsabilidades de gobierno”.
“Aspiraciones personales”
En su discurso tampoco han faltado los reproches hacia quien durante doce años ha sido su mano derecha y ahora aspira a arrebatarle el bastón de mando. Ha sostenido que el “cambio tranquilo” que él deseaba no ha sido posible por las “aspiraciones personales” de la hoy número dos y de sus afines.
“Sustituyamos el ruido por la propuesta y las aspiraciones por la responsabilidad. Aportemos soluciones a los ciudadanos y elijamos a los mejores candidatos para que las materialicen”, ha dicho Diego, que cree que en esta cita deben prevalecer “los intereses” de los cántabros por encima de otras consideraciones.
En términos similares a los expresados por Buruaga la semana pasada, también ha asegurado que quiere un partido “sin vetos, nis exclusiones, ni purgas, ni intransigencias”. “En el Partido Popular no sobra nadie, todos hacemos falta. Solo sumando se crece. Solo unidos se avanza, restando siempre, dividiendo siempre se retrocede”, ha defendido.
Lista de integración
En esta línea, todavía ha dejado una puerta abierta a pactar una lista de integración, algo en lo que ha “agotado hasta el último aliento junto a la dirección nacional”. A este respecto, ha apuntado que aún hay tiempo por delante y es “optimista” en conseguirlo.
Unas palabras bienintencionadas pero que han sonado huecas cuando se pronuncian al mismo tiempo que se oficializa una candidatura y cuando Fernández Maíllo no daba la situación por perdida y había anunciado unas horas antes que iniciaría una ronda de contactos para sondear a los cargos más destacados del partido en la comunidad.
De este modo, con casi total seguridad serán los 975 compromisarios, que representarán a los 14.000 militantes del PP en Cantabria, los que decidirán con su voto quien será el próximo presidente o presidenta del PP en Cantabria. Sea quien sea el ganador tendrá que comenzar por recomponer un partido que se encuentra totalmente dividido.
Respuesta de Buruaga
El anuncio de la candidatura hecho por Ignacio Diego ha pillado por sorpresa a Buruaga, que no esperaba que el presidente maniobrase cuando Génova aún está de por medio. En un comunicado, la aspirante ha lamentado que Diego “no haya querido el acuerdo” y la integración y ha afirmado que ahora serán los afiliados quienes “decidan si quieren un partido que mire al futuro o que todo siga igual”.
“Yo he dado este paso porque tengo los apoyos necesarios para darlo, porque creo en la necesidad de abrir una nueva etapa en el partido y porque me considero capaz de mantener la unidad”, ha reivindicado la candidata en una nota remitida a los medios de comunicación unas dos horas después de que Diego anunciara su decisión.