ENTREVISTA Secretario general de UGT

Pepe Álvarez: “En España hay que acabar con la cultura de la precariedad y entrar en la de la estabilidad, y eso también es posible en el sector servicios y el turismo”

Rubén Alonso

26 de junio de 2021 22:03 h

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Pepe Álvarez (Asturias, 1956) fue reelegido hace poco más de un mes secretario general de UGT a nivel nacional por una amplia mayoría, con más de 85% de los votos. Así, este veterano sindicalista, muy vinculado a Catalunya desde joven, afronta otros cuatro años al frente de esta organización con las ideas claras para defender los derechos de la clase trabajadora y lograr su máxima confianza: “Estar más en la calle, con los trabajadores”.

“Si algo nos ha enseñado la pandemia es que cuando estamos con la gente, esta lo agradece”, asegura en una entrevista con elDiario.es durante su visita a Cantabria esta semana, en la que ha repasado asuntos de actualidad política, económica y social en un contexto delicado por la crisis sanitaria. Y es que pese a que la COVID-19, gracias a la campaña de vacunación, está remitiendo, sus consecuencias económicas siguen patentes y amenazan con perdurar si no se ponen las medidas adecuadas para remediarlo. No obstante, según el líder sindical, la situación “se agravó por la pandemia, pero no es una cuestión que venga solo y exclusivamente por ella”.

En este sentido, Álvarez aboga por “ampliar el Ingreso Mínimo Vital, para acabar con las colas del hambre y con las personas que no tienen techo para dormir”, y “trabajar a corto plazo para que la recuperación sea la máxima posible en estos meses de verano”. Para ello, el secretario general de UGT opina que los ERTE han jugado un papel fundamental. “Ha sido un instrumento que ha permitido que el balance no sea tan extremadamente negativo”, asegura, detallando que “han salvado por la parte baja tres millones de puestos de trabajo en España, y eso es lo que nos va a permitir que la recuperación económica no sea tan desastrosa”.

Al hilo, defiende que los ERTE habría que mantenerlos “de forma indefinida para los procesos de reconversión de las empresas y para los problemas que puedan surgir en algunas partes de nuestro país”. “Nosotros pensamos que se han de prorrogar hasta final de año porque después del mes de septiembre quedarán algunos sectores todavía pendientes y que no hay ninguna razón para no hacerlo”, sostiene. “Se van a mantener y estoy convencido de que vamos a ser capaces de convencer al Gobierno para que los mantenga”, sentencia.

Así todo, arranca una temporada estival en la que los empleos temporales crecen como consecuencia del turismo. Pese a ello, el líder de UGT rechaza que esos empleos tengan que estar ligados a la precariedad, puesto que pueden ser contratos estables a tiempo parcial, el llamado fijo-discontinuo. “En España hay que acabar con la cultura de la precariedad y entrar en la cultura de la estabilidad, y eso se puede hacer con el sector servicios y también con el sector turístico”, resalta Álvarez.

En el caso de Cantabria, tal y como explica Mariano Carmona, secretario general de este sindicato en la comunidad, presente durante la entrevista, “los datos del desempleo mejorarán porque venimos de una situación muy mala y porque es una región en la que el sector servicios está muy estacionalizado”. “No es una solución a largo plazo, no es una solución de la cual nos alegremos, especialmente si es una solución cortoplacista”, aclara, abogando por la aplicación de políticas que fomenten el “reequilibrio de los tres sectores productivos para que Cantabria sea de verdad una comunidad estable, menos sujeta a los vaivenes estacionales”.

Paro juvenil, pensiones y salario mínimo

Pepe Álvarez repasa tres de los temas más candentes a nivel político y social: la elevada tasa de paro juvenil, la reforma de las pensiones y la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En primer lugar, resalta que el desempleo juvenil es “absolutamente inasumible e indecente”. Y para revertir esta situación propone dos cosas: Formación Profesional y fondos de reconstrucción.

“La Formación Profesional tiene que convertirse en un instrumento educativo fundamental de nuestro país porque los jóvenes que la tienen están menos en desempleo”, argumenta. “Por tanto, ahí hay que trabajar, no solo pensando en el futuro de los nuevos jóvenes, de los que hoy están saliendo de las escuelas, sino también e incorporando a los jóvenes que no han encontrado empleo a procesos formativos que les ayuden a poder entrar a trabajar en mejores condiciones”, afirma. Y sobre los fondos europeos, el líder de UGT confía en que sean un instrumento para “crear empleo de calidad en el sector industrial de una manera muy especial y que de alguna manera también permita a los jóvenes entrar a trabajar con estabilidad”.

Álvarez comparte la reflexión de que haya jóvenes que sientan resignación, fatiga y que se vean como una 'generación perdida'. “Es normal que tengan esa sensación, pero no nos podemos permitir perder ninguna generación, sería un desastre”, subraya. “El Gobierno ha puesto en marcha un plan de empleo juvenil con una dotación importantísima de 5.000 millones de euros que debería permitir recuperar una parte importante”, sostiene.

Respecto al salario mínimo, su posición es clara e inamovible: “Las voces contrarias a su subida son los que no quieren pagarlo, que son los empresarios o algunas instituciones del Estado que actúan de parte, como es el caso del Banco de España”. Y es que, según resalta el secretario general de UGT, “objetivamente todo indica que cuando se sube el SMI el país crece y se crea empleo, por lo que hacerlo es necesario y saludable para la economía española”.

La explicación es sencilla: cuando los trabajadores reciban el aumento inmediatamente lo van a invertir, por lo que van a consumir y se van a crear otros empleos a partir de ese consumo. “Queremos que en el año 2023, tal y como se comprometió el Gobierno, el salario mínimo en España esté en el 60 por ciento del salario medio, que con toda seguridad va a estar entre los 1.100 y los 1.200 euros”, afirma Álvarez. “Debería llegar a los 1.000 euros porque eso va en consonancia con los acuerdos que hemos alcanzado con la patronal, con quien hemos firmado que este año no debe quedar ningún convenio por debajo de esa cifra”, argumenta.

En este contexto también se enmarca otro de los caballos de batalla de los sindicatos: derogar la reforma laboral del PP. “Dudo mucho que podamos llegar a un acuerdo con la patronal en esta materia”, reconoce Álvarez, quien apunta a julio como fecha para ese acuerdo o desacuerdo. “Vamos a ser muy exigentes porque queremos acabar con la precariedad laboral y eso quiere decir que cuando una empresa contrata a un trabajador ilegal tiene que saber que le va a costar muchísimo más caro que contratar legalmente”, señala. “Nosotros queremos restaurar el principio de que el despido se realice por causas objetivas, no porque el empresario quiera”, indica.  

Por otro lado, este sindicalista también reconoce la importancia del acuerdo sobre la reforma de las pensiones que previsiblemente se firmará la próxima semana y que servirá para derogar la del Partido Popular de 2013. Se eliminará el factor de sostenibilidad, se actualizarán automáticamente y no habrá penalizaciones en jubilaciones anticipadas de desempleados.

En este contexto, asegura que “la valoración que hacemos del diálogo social es positiva, y si no fuera porque durante esta pandemia hay mucha gente que se ha quedado en el camino diría que muy positiva”. “El diálogo social es una buena base para acometer los problemas de un país”, sentencia.

“Más confianza”

El reelegido líder de UGT afronta otro mandato con el objetivo de consolidar la presencia en la calle y combatir la desigualdad de la mujer y el colectivo LGTBI, así como los problemas medioambientales a través de grupos de trabajo que aporten alternativas. “Y después el sindicato tiene, sin ningún lugar a dudas, que continuar la acción sindical, y la acción sindical quiere decir acabar con la temporalidad, afrontar el cambio de modelo productivo, que produzca empleos de calidad y estables, y asentar definitivamente el sistema de pensiones”, expone.

Reconoce que actualmente percibe “mucha más confianza” de la gente, pero que “hay que ganársela día a día”. “Hemos dado un salto muy importante desde el sindicato en ganar confianza y credibilidad”, concluye.