La crisis interna de Vox en Cantabria ha llegado a tal nivel que la dirección nacional se ha visto obligada a tomar cartas en el asunto de nuevo e intervenir el grupo parlamentario días después de que estallara públicamente el conflicto del espionaje entre diputados. Así pues, el propio secretario general de la formación de extrema derecha, Ignacio Garriga, ha anunciado que “en los próximos días” nombrará lo que ha calificado como un “consejo de dirección” para “coordinar la labor de oposición del grupo parlamentario”.
A su vez, el también diputado autonómico por Catalunya contratará nuevos asesores seleccionados por Madrid, todo ello como una forma de tutelar al grupo parlamentario en Cantabria, que se encuentra sumido en un grave conflicto interno desde el inicio de la legislatura. “Se ha decidido reforzar el equipo de asesores para crear un equipo multidisciplinar que trabajará bajo la dirección conjunta del consejo de dirección”, ha señalado el partido en nota de prensa.
Asimismo, la formación ultra ha asegurado que los cuatro diputados cántabros enfrentados en dos bandos desde hace meses han acordado en una reunión “abordar los cambios necesarios” y que sea la dirección nacional, mediante ese consejo de dirección y los nuevos asesores, la que lleve las riendas de un grupo parlamentario abocado a la ruptura.
Han sido varios los episodios que han evidenciado el enfrentamiento entre la portavoz, Leticia Díaz, y el exportavoz, Cristóbal Palacio. El último, la denuncia por parte de Palacio y Armando Blanco (diputado cercano al exportavoz) de escuchas ilegales por parte de su formación en los propios despachos que Vox tiene asignados en el Parlamento de Cantabria.
Ambos denunciaron ante la Policía grabaciones sin su consentimiento por parte de un asesor que trabaja para la portavoz mediante un aparato con forma de bolígrafo que supuestamente el denunciado utilizaba para sus mensajes personales.
Esta situación ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha llevado a la dirección del partido a mediar para evitar un desenlace fatal para el grupo parlamentario, que ha vivido situaciones anómalas, como la votación para retirar la dedicación exclusiva a Palacio en la que dos de los cuatro representantes (Leticia Díaz y Natividad Pérez) se posicionaron a favor.
Además, el clima entre los trabajadores del grupo también ha experimentado situaciones de tensión, con episodios como la denuncia interna por acoso de una asesora que se encuentra de baja médica por problemas derivados de su relación laboral con la portavoz; una denuncia que el partido aún no ha resuelto.
Así todo, no es la primera vez que la dirección de Vox interviene en Cantabria. Hace dos meses lo hizo para nombrar una gestora y evitar la descomposición del partido, poniendo a Laura Velasco, portavoz municipal en el Ayuntamiento de Santander, como la cabeza visible de la formación en la comunidad.