El Gobierno de Cantabria ya tiene un balance provisional de los daños producidos por la oleada de incendios que durante la segunda quincena de diciembre asolaron los montes de la comunidad autónoma y el resultado no puede ser más desastroso: más de 9.900 hectáreas han ardido como consecuencia de los 396 focos producidos en esas fechas. Se trata de la mayor catástrofe provocada por el fuego en la historia de la comunidad, según han señalado fuentes del Ejecutivo a este diario.
Para hacerse una idea de la gravedad de los daños, basta tener en cuenta que la media de los incendios que se producen en Cantabria en un año está entre los 500 y 600 y afectan a una superficie en torno a las 6.000 hectáreas, mientras que en estos quince días se han quemado casi 10.000 hectáreas debido a los casi 400 incendios registrados.
De los datos difundidos por la Consejería de Medio Rural destaca, además, las cerca de 3.400 hectáreas de bosque autóctono que han ardido, una pérdida medioambiental incalculable que supone un hecho “insólito”, ya que las prácticas ganaderas para aumentar los pastos -la causa principal a la que se achacan los incendios- afectan habitualmente a arbolado bajo, rastrojo y matorral, pero rara vez a especies como robles, encinas o hayas, según señalan las fuentes consultadas por eldiario.es Cantabria.
En este sentido, desde el Gobierno sospechan que los incendios se deben a “múltiples factores” y que existen “intereses diferenciados”. Según sostienen, se han solapado los tradicionales fuegos de desbroce para ganar pasto con otro tipo de prácticas delictivas, que pueden estar ligadas a enfrentamientos y rencillas personales e incluso a pirómanos que han aprovechado las circunstancias, de modo que “no se puede responsabilizar exclusivamente a los ganaderos”.
Lo que sí tiene claro el Ejecutivo cántabro es que la catástrofe no guarda relación alguna con la modificación de la Ley de Montes aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy que permite el aprovechamiento urbanístico de los terrenos incendiados.
Por el momento, la Administración desconoce la cuantía de los daños aunque subrayan que es una suma importante. La mayor parte de los incendios se han producido en montes de titularidad pública, en su mayoría propiedad de las Juntas Vecinales, que van a sufrir una merma significativa en sus ingresos. El presupuesto de muchas de estas entidades locales se basa en el aprovechamiento forestal de los montes, que tienen subarrendados a empresas vinculadas al papel, como Sniace.
Por comarcas, Cabuérniga ha sido la zona más afectada, con 2.494 hectáreas quemadas. Le siguen la comarca del Asón (1.550 hectáreas); el Nansa (1.343); el Pas (859,5); Pisueña-Miera (811,4) y la del Besaya (769 hectáreas quemadas). Los datos definitivos se dispondrán dentro de unos días una vez se dispongan de las imágenes del satélite, que están sujetas a su vez a las condiciones meteorológicas.
Reunión Cantabria-Asturias
Por otro lado, en los próximos días, el consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, Jesús Oria (PRC), se reunirá con su homóloga del Principado de Asturias con el objetivo de poner en común la información disponible en ambas comunidades y plantear posibles actuaciones conjuntas.
Por otro lado, todos los datos disponibles hasta el momento se han hecho llegar al delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz (PP), para que los traslade a la Administración General del Estado y se valore la posibilidad de destinar fondos específicos para la restauración ambiental de las zonas afectadas por esos incendios.