Un millar de docentes cántabros protestan contra la cancelación de las vacaciones escolares de noviembre y exigen la dimisión de la consejera

Rubén Alonso

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La tormenta de indignación y crispación que ha generado en la comunidad educativa la decisión del Gobierno de Cantabria de suspender las vacaciones escolares de la primera semana de noviembre con tan solo dos días de antelación se ha visto reflejada este viernes por la tarde en la concentración celebrada frente a la Consejería.

Y es que alrededor de un millar de personas, en su mayoría docentes, aunque también alumnos, han protestado frente a la Consejería por esta medida y han exigido la dimisión de la titular de Educación, Marina Lombó (PRC). “No queremos que la lucha contra la pandemia se haga a costa de la degradación del sistema educativo”, han defendido los sindicatos STEC, ANPE, TU, CCOO y UGT, convocantes de la manifestación, que se ha celebrado con mascarillas y distancia de seguridad por la COVID-19.

Pero es que anteriormente, como prueba de que el profesorado cántabro está en pie de guerra contra el Ejecutivo, representantes de estas organizaciones sindicales se han atrincherado en la Consejería desde por la mañana hasta la hora de la convocatoria -las 17.30 horas- recriminando a Lombó su “actitud dictatorial” respecto a esta decisión y reclamando su dimisión.

Y es que las actuaciones contra esta medida, adoptada de manera exprés por el Gobierno de Miguel Ángel Revilla (PRC) para reducir la movilidad en plena segunda ola de la pandemia sin tener que cerrar los municipios, no terminan aquí: los sindicatos y el colectivo de estudiantes irán a la huelga.

Los primeros anunciaron esta medida nada más hacerse oficial la suspensión de la semana no lectiva de noviembre establecida en el calendario escolar cántabro de cinco bimestres. Por un lado, STEC, ANPE, TU y UGT pararán los días 11 y 18 de noviembre, puesto que la normativa que regula el derecho a la huelga en el sector público impone un periodo de preaviso de diez días para poder convocarla.

Sin embargo, CCOO ha decidido llevarla a cabo en solitario del 2 al 6 del mismo mes, amparándose en una sentencia del Tribunal Constitucional que permite en casos de excepcionalidad y de urgencia saltarse esos diez días de aviso que exige la legislación.

Por su parte, el colectivo de estudiantes también ha llamado a secundar la huelga la próxima semana por una decisión que se ha tomado, tal y como ha criticado en un comunicado, “de manera completamente unilateral y sin tener en consideración a la comunidad educativa”.

Y es que los directores de los centros educativos de la comunidad, tras conocerse la cancelación de las vacaciones, manifestaron que, además de no apoyar la iniciativa, no habían recibido “consulta alguna” por parte de la Consejería sobre la misma.

Y para terminar de completar la ristra de detractores que tiene la suspensión exprés de estos cinco días de descanso, la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria (FAPA) también ha expresado este viernes su “enfado y malestar” directamente a Revilla a través de una carta, en la que le piden que se haga cargo de las consecuencias organizativas y económicas de esta decisión.

“Revilla no toma medidas impopulares”

Así pues, en este contexto de máxima tensión y crispación generalizada en la comunidad educativa, los sindicatos docentes han leído un manifiesto durante la concentración, en la que se han escuchado consignas como 'Marina, dimite, la escuela no te admite' o 'Marina, escucha, los docentes en lucha', tras una pancarta de cabecera en la que se ha podido leer 'Marina, respeta la escuela pública'.

En este sentido, los portavoces de estas organizaciones sindicales han acusado a Revilla de “no tomar determinadas medidas contra la pandemia que cree que pueden ser impopulares” trasladando a los centros escolares “responsabilidades” que no son suyas y “convirtiendo antipedagógicamente los centros educativos en lugares en los que aparcar al alumnado”.

Pese a que para los sindicatos, la eliminación del periodo no lectivo de manera “unilateral” ya es “motivo suficiente” para la movilización, -por el “ataque” a sus derechos, por “el perjuicio académico que se le hace al alumnado” y por “el quebranto organizativo que supondrá para muchas familias”- han querido dejar claro que hay más razones.

De esta manera, han criticado también la “falta de medios” y el “incumplimiento sistemático de los planes de contingencia”, y han protestado para “exigir que se contrate todo el profesorado necesario para bajar las ratios y mantener las distancias de seguridad” y para que “todo el dinero que ha recibido Cantabria del Estado a través del fondo COVID, se emplee íntegramente en los centros públicos de la comunidad”.

Además, se han quedado de que “no se termina de negociar las condiciones del teletrabajo docente” y, en definitiva, tal y como han señalado los portavoces sindicales, para “dar cauce” a todos los que se sienten “maltratados” por esta administración: “el profesorado al que no se le tiene en cuenta, los coordinadores COVID de los centros desbordados de trabajo, los equipos directivos que este año se quedaron sin descanso durante el verano, el personal no docente que trabaja en los centros educativos y que ha sido ninguneado, y la comunidad educativa en general -alumnado y familias- a los que la Consejería no escucha”, han concluido.