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La presidenta de Sniace espera que aparezca un inversor y el cierre no sea “irreversible”: “El futuro es muy atractivo”

EUROPA PRESS

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La presidenta de Sniace, Gema Díaz Real, espera que el cierre de la fábrica de Torrelavega “no sea irreversible” y que en el periodo de liquidación que se acaba de iniciar se mantenga la unidad productiva, porque el proyecto industrial de la compañía tiene “futuro” y “muy atractivo”, a su juicio.

Así lo ha defendido este martes en una entrevista a RNE en Cantabria, recogida por Europa Press, en la que ha calificado de “muy dolorosa” e incluso “inesperada” la situación generada en el complejo fabril, ante la que ha llamado a buscar un inversor o empresas interesadas en la actividad que se venía desarrollado.

En este sentido, y a propósito del proceso de paralización iniciado ya en la maquinaria y las plantas, Díaz Real ha indicado que este lunes se fabricaron las últimas balas de fibra ignífuga en Sniace, el único lugar de Europa donde se hacían, y que “se seguirán fabricando, pero no por nosotros”, ha advertido.

Y tras apuntar que esta semana se parará también la producción de celulosa, la presidenta de la compañía ha cuestionado “políticas tan restrictivas” como las que implican una reducción de la retribución por cogeneración, con un “impacto” que ha cifrado en 45 millones de euros y que llevó a Cogen a rescindir el contrato y supuso “la puntilla” para la factoría.

No obstante, ha admitido que Sniace contaba con una “mochila muy grande”: la deuda concursal de unos 80 millones de euros, una “situación grave que no ha acompañado”, como tampoco lo han hecho los precios de la fibra y celulosa en el mercado, con una caída del 80 por ciento en los últimos años.

En todo caso, Díaz Real -que asumió el cargo hace poco más de un año, después de una anterior etapa en la que fue presidenta de la patronal cántabra- ha rechazado buscar “excusas” o “culpables”, sino que opta por centrar los “esfuerzos” en la búsqueda de inversores que se hagan cargo de esta empresa, de la que dependen cerca de 450 trabajadores de forma directa, que ahora se quedan “en la calle”, y a los que hay que sumar un millar de puestos más indirectos.

Espera así, de la mano del Gobierno, atraer empresas que vean los “atractivos” de la compañía en la nueva etapa que había iniciado y en el momento de mayor eficacia tras un planteamiento ya no de gestión financiera, sino “industrial”, y de haberse introducido “absolutamente en la economía circular”, con inversiones de más de 140 millones en retos medioambientales a los que se suman 8 millones más en los últimos tres años para la mejora de la cogeneración.

Esto iba a llevar a una parada, “la más ambiciosa” en los 80 años de esta industria del Besaya, después de haber logrado estabilizar las materias primas, de los “esfuerzos” hechos por los “ejemplares” accionistas o de la puesta en marcha de proyectos y productos novedosos, como las fibras que sustituyen al plástico en las toallitas.

Para terminar, en la entrevista a RNE, la presidenta de Sniace ha destacado la “implicación” de los trabajadores y ha defendido la suya propia en Sniace. “Me siento una más”, ha expresado, antes de concluir señalando que “no me arrepiento de nada”.