Mariano Rajoy ha reconocido este miércoles que el caso Gürtel, detonante de la moción de censura que le expulsó de Moncloa, fue “un momento desagradable” en su dilatada trayectoria política, pero ha subrayado que aunque “hubo gente en el PP que hizo lo que no debía haber hecho, el trato que se le dio al partido fue exagerado e injusto”.
El expresidente ha participado en una charla enmarcada en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), con sede en el Palacio de La Magdalena de Santander, donde ha asegurado que desde que no es político habla “con mucha más libertad”. “Antes te atizaban porque no te habían interpretado bien, no porque te equivocaras”, ha señalado sobre cuando se encontraba en activo.
Y con esa “libertad” de la que ha hecho gala, Rajoy ha opinado que la política se ha convertido ahora “en una profesión dura”. “Hoy hay un clima asfixiante para el dirigente político, no sé por qué tiene que enseñar su declaración de la renta y de patrimonio”, se ha preguntado, antes de añadir que al político “se le juzga en las redes y en titulares, no en juzgados”.
Además, el expresidente popular ha ido más allá y ha asegurado que “la veracidad está siendo muy lesionada por comportamientos doctrinarios, sectarios y por intereses, lo que complica la vida del político”. “Corremos el serio riesgo de que la mentira atropelle a la gente y pase por encima de la verdad. La opinión es libre siempre que no se olviden del código penal”, ha expresado.
Seguidamente, Rajoy ha hecho un repaso por momentos buenos y malos durante su trayectoria, y entre los peores ha señalado dos: el caso Gürtel citado anteriormente y el conflicto catalán, sobre el que ha subrayado “la imposibilidad absoluta para dialogar”. Respecto al caso de corrupción sobre el que recae una condena al Partido Popular, Rajoy ha insistido en que “la inmensa mayoría de la gente es honrada y decente”. “Si hay alguien que inflige la ley que lo pague”, ha dicho, tras añadir que “lo pasó muy mal” durante ese tiempo porque “tenía el respaldo de mucha gente”.
También ha señalado como negativa la crisis de 2012, reconociendo “disgustos” por la “presión de Europa para bajar el déficit” y por “las dos huelgas generales”, aunque también ha dicho que le produjo satisfacción cuando España empezó a “ver la luz”.
Rajoy, en una charla más enfocada a su trayectoria personal y anécdotas que al motivo del ciclo por el que han pasado otros tres expresidentes en estos dos últimos días, ha hablado del PP actual, asegurando que lo ve “bien, con un líder adulto y con opciones reales del llegar al gobierno”.
También se ha mostrado “inmovilista” en el debate sobre reformar la Constitución, argumentando que con ella “España ha vivido los mejores años de su historia” y el Régimen del 78 es “el punto de encuentro de los españoles”. “No veo qué es lo que hay que reformar y quienes lo creen que nos digan qué votos tienen y si es el momento”, ha afirmado, tras añadir que “el único problema que tiene el Estado Autonómico es la ”deslealtad de algunos“.
Además, el expresidente Rajoy se ha mostrado “absolutamente a favor” de Juan Carlos I, cree que se le “está tratando de una forma que no se merece” y destaca su figura como “piloto de la Transición”, aunque reconoce “errores” del emérito: “¿Quién no comete errores? ¿Alguno de ustedes conoce a alguien?”, se ha preguntado.
“No se puede regular todo”
También ha tenido palabras para el Ejecutivo de Pedro Sánchez, sobre el que ha dicho que al tener 23 ministerios, estos “carecen de competencias” y “se las tienen que inventar”, para lo que ha aprovechado para cargar contra el lenguaje inclusivo. Para Rajoy, PSOE y Unidas Podemos deben centrarse en “hacer lo que tiene que hacer” y no en “otras cosas que lo único que hacen es ruido, pero no afectan a la vida de la gente”.
“No se puede regular todo. Eso es un disparate, dejen un poco de juego a la sociedad, al mercado y a la gente”, ha reclamado. Y tras hacer esa apología del liberalismo, el ex líder del PP ha cuestionado la redistribución de la riqueza cargando contra la “demagogia barata” haciendo “política con historias de ricos y pobres”. “Lo dice uno que se presentó a las elecciones prometiendo bajar impuestos y a los diez días los subí todos”, ha ironizado.
Finalmente, sobre política exterior, Rajoy ha vuelto a arremeter contra el Gobierno de coalición:“Conviene que los gobiernos tengan una posición nítida sobre eso. No puede existir un gobierno donde la mitad diga una cosa y la otra mitad diga otra. Este es uno de los temas en los que es necesario un gran consenso nacional”.
Para concluir, ha defendido que la prioridad de la política exterior española siempre ha sido Marruecos, con quien “hay que preservar la relación”, pero al mismo tiempo que con Argelia, porque “si no, luego pasan cosas que nos perjudican mucho”. “Comprendo que no es fácil, pero nadie ha dicho que gobernar sea fácil y además no es obligatorio”, ha sentenciado el expresidente.