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“Al señor Ortiz le viene grande la Alcaldía de Astillero”

“Prepotencia”, “arrogancia”, “despotismo” o “irresponsabilidad”. El concejal del PSOE, Salomón Martín, no escatima en calificativos para quien hasta hace unos días ha sido su socio de gobierno en el Ayuntamiento de Astillero, el regionalista Francisco Ortiz, a quien considera el único responsable de la ruptura del pacto que suscribieron ambos partidos hace tres años. “Él solo se ha puesto la soga al cuello”, señala.

A muchos de los vecinos de Astillero este divorcio no les ha pillado por sorpresa. La poca sintonía, o más bien la mala relación entre ambos, es un hecho desde el inicio de la legislatura, tal y como reconoce Martín en una entrevista concedida a eldiario.es. Acostumbrado a ser un hombre comedido, sorprende que no se ande con medias tintas a la hora de hablar del alcalde, a quien no ve capaz de gobernar en minoría debido a su “nulo” talante democrático.   

El que fuera primer teniente de alcalde y concejal de Hacienda también muestra su decepción con Izquierda Unida por su “falta de honestidad política” al abstenerse en la moción que presentó el PP para devolver las competencias del proyecto de semipeatonalización al Pleno municipal -donde están representados todos los partidos- en lugar de la Junta de Gobierno, la cual está controlada por el PRC. Según señala el socialista, fue “tacticismo político” para propiciar la fotografía de los concejales del PP y del PSOE votando juntos, cuando IU había reclamado esa misma medida en varias ocasiones, apunta.

Han pasado dos semanas desde la ruptura del pacto. ¿Le ha dado muchas vueltas a la cabeza?

No, aunque eso no quiere decir que no haya habido reflexión, preocupación, intranquilidad, conversaciones entre los concejales del Grupo Socialista y mucho contacto con los ciudadanos. Pero desde luego que no nos consideramos parte del problema que se ha generado.

¿Las discrepancias por la semipeatonalización de la calle Francisco Díaz Pimienta son motivo suficiente para acabar con la coalición?

Sí, por lo que representaba. Ha sido la gota que rebosaba el vaso. Este proyecto desencadena una situación de conflictividad que ya existía y que era latente y que venía de un largo periodo atrás. Respecto a esta obra, al alcalde se le propuso una solución, pero no la quiso, ni quiso acercar posturas, como era su carácter habitual, el de imponer siempre su criterio, el de la prepotencia, la arrogancia, el despotismo y el decir que se hacen las cosas “sí o sí porque lo digo yo”.

La política no es un intercambio de obras: las necesidades de los ciudadanos están por encima de lo que un partido pueda llevar establecido primariamente. Cuando estás en la gestión y ves los problemas inmediatos, de medio y largo plazo, lo que tienes que hacer es priorizar el dinero público, y esta obra era totalmente innecesaria en este momento. Eso no quiere decir que no se pueda acometer en el futuro, pero no en este momento ni en la forma en la que se ha querido sacar adelante.

La obra en cuestión volverá al próximo Pleno, según ha anunciado ya el PRC, y además el alcalde ha dejado deslizar que si el PSOE y el resto de la oposición no la apoyan serán los responsables de perder 500.000 euros del plan de obras del Gobierno de Cantabria.

El PRC, y particularmente su alcalde, que es el que decide todo dentro de su partido, son los responsables de que se haya llegado a esta situación. Él conocía desde el primer momento en que propuso esa obra que el Ayuntamiento iba a perder la subvención porque sabía que iban a desencadenarse estos acontecimientos. Es una de las muestras de su irresponsabilidad como dirigente de un cargo público que le queda grande.

¿Cómo fue ese momento en el que se rompe el pacto?

No tuvimos ninguna comunicación con anterioridad a la rueda de prensa que dio el alcalde. Es más, mandó a los notificadores oficiales [del Ayuntamiento] a los centros de trabajo de algunos concejales después de comenzar la rueda de prensa, lo cual denota su desagradable actuación y su desagradable prepotencia y es una muestra más de la forma de actuar de esta persona.

La semana antes del cese ya no había habido comunicación, pero como no la ha habido en los tres años anteriores. Una persona en un equipo de Gobierno no puede estar ausente del Ayuntamiento como está el señor Ortiz durante días y días. Las tardes no las dedica al Ayuntamiento; las mañanas de los lunes se va al Parlamento; otro día a lo largo de la semana tiene que hacer gestiones, con lo que al final son tres mañanas las que dedica plenamente al Ayuntamiento. Nos parece que para una dedicación exclusiva no es de recibo. Esto viene al hilo de que las reuniones del equipo de trabajo que se celebran de forma habitual en cualquier Ayuntamiento, en Astillero no existen. Han pasado periodos de tiempo muy, muy largos en las que no ha habido reuniones entre nosotros, y a veces ha sido hasta mejor porque desde luego que aquí lo único que existía era un criterio, el del señor Ortiz, que imponía sus posturas sí o sí.  

En aquella rueda de prensa el alcalde acusó a su partido de “traicionar” al equipo de Gobierno y “urdir alianzas” con el PP. ¿Tuvo contactos con el PP?

No hemos traicionado a nuestro socio de gobierno, él solo se ha puesto la soga al cuello y él solo se ha puesto una piedra para ir al fondo del mar. Y desde luego que por encima de lo que él crea una lealtad están los intereses de los ciudadanos, los intereses de Astillero en general. La lealtad afecta en ambos sentidos y él no ha respetado nunca la voluntad, ni ha querido nunca consensuar absolutamente nada con sus socios, teniendo en cuenta además que ganó la alcaldía por siete votos y que fue investido con nuestro apoyo. La lealtad se puede medir de muchas formas. Estamos muy disgustados por haberle dado la Alcaldía, eso es una responsabilidad que vamos a llevar siempre encima.

Y en cuanto a urdir pactos con la oposición, es totalmente una invención, una justificación de mal pagador, porque no ha existido ninguna relación con anterioridad con el PP. También Izquierda Unida ha tenido falta de coherencia y un tacticismo político injusto, votando en contra de una iniciativa –la que presentó el PP– que ellos mismos habían reclamado en varias ocasiones. Se abstuvieron para que quedara la foto de los concejales del PSOE y el PP votando juntos. Eso me parece de una falta de honestidad política…

¿Se arrepiente de haber suscrito el pacto con el PRC?

En aquel momento, después de 20 años de gobierno del PP, de un régimen absolutista muy duro con la oposición, creíamos que era lo necesario. Considerábamos que podíamos llevar con nuestro programa adelante otra forma de atender a los ciudadanos y cambiar determinadas formas de hacer política. Creíamos que era lo más acertado, pero la verdad es que a día de hoy no podemos decir nada más que lo que ya he explicado. Al final el estilo personalista del alcalde, que no del PRC, ha influido tanto, tanto, tanto en esa relación…

Sin tan mala ha sido la relación, si tan difícil ha sido trabajar conjuntamente, ¿por qué el PSOE no tomó ninguna medida? Al final, la ruptura ha sido una decisión unilateral del PRC.

Para nosotros, este señor, no el PRC, es quien con su forma de actuar es el que ha puesto las cosas imposibles para poder gestionar el Ayuntamiento de Astillero. ¿Por qué no hemos roto antes? Pues es algo que hemos valorado. ¿Qué es más importante? ¿Tener una relación complicada o los ciudadanos a través de las políticas que se hacían desde nuestras concejalías? Hay que sopesar y poner en la balanza todo lo positivo que se tiene al estar en la actividad de gobierno. Las concejalías de Educación, de Medio Ambiente, de Obras y Servicios Municipales y la concejalía de Hacienda han hecho un trabajo ingente, enorme, y no queríamos perder el contacto con la sociedad para darle lo bueno que podíamos aportar. Consideramos que ha sido un trabajo honesto con los ciudadanos, próximo, que los vecinos han visto mejoradas sus condiciones de vida. Valoramos que eso era más positivo que el romper e irnos del gobierno. Esta ha sido la realidad hasta este momento.

¿Cree que los vecinos reconocen esa gestión del área socialista?

Ha sido mucha gente la que se ha acercado a nosotros, personas de muchas ideologías. La verdad es que hemos tenido muestras de afecto, de cariño y de reconocimiento de muchas personas, no solo representativas de clubes, asociaciones, entidades, colegios, etcétera, sino en general de los ciudadanos de Astillero, que han entendido esto como lo que ha sido: una venganza del señor alcalde por algo que no le ha gustado.

¿En qué punto se encuentra la posible moción de censura que planea sobre el alcalde?

Se está hablando entre los distintos partidos por la preocupación que compartimos por la situación, porque hay un partido que va a gobernar en minoría con un alcalde que ha roto relaciones con todo el mundo, una persona que no es capaz de llegar nunca a ningún acuerdo con nadie, una persona que el consenso le queda muy lejos y que solamente entiende la imposición. La situación actual es complicada para todos y los 14 meses que quedan pueden ser un desastre. El personalismo del señor Ortiz va a conducir al Ayuntamiento a una situación de parálisis en la gestión diaria y los temas de mayor calado también va a ser imposible sacarlos adelante porque veo muy difícil que consiga acuerdos con otras fuerzas políticas.

En cuanto a la moción de censura, hay buena disposición. Como digo, todos estamos preocupados y somos conscientes de que los ciudadanos nos piden que descabalguemos al alcalde, pero es complicado y soy pesimista. Se han puesto muchas líneas rojas.

¿Cuáles?

Es totalmente imposible que Carlos Cortina, a quien la Fiscalía ha pedido diez años de inhabilitación más una cantidad económica importante en una causa en la que estamos personados tanto el PSOE como IU, participe en la solución de la gobernabilidad de Astillero. Es algo que no vamos a aceptar.

¿Esa es la primera condición para que salga adelante esa moción?

La retirada de Carlos Cortina es imprescindible. El PP tiene que decidir qué hace con Carlos Cortina. Y luego también algunas de las exigencias por parte de IU, como el tema de la municipalización, que creemos que son imposibles. Nos parece que para un acuerdo a 14 meses nos tendríamos que centrar en sacar adelante el día a día del Ayuntamiento, pactar una serie de puntos y dejar los grandes temas, como puede ser el Plan General, para la siguiente Corporación.

¿Se han marcado algún plazo para decidir si sale adelante o no?

No hay plazo, pero debería ser en los próximos días cuando se decida si se sigue o no.