Vacaciones en Paz, “¿hasta cuándo este rito de ida y vuelta?”

Los 52 niños y niñas que han participado en el programa 'Vacaciones en Paz', gestionado por la asociación Cantabria por el Sáhara y la Delegación Saharaui, han partido este domingo de regreso hacia los campamentos de refugiados de Tinduf.

Un año más, y ya van 20, se han repetido las escenas de despedida de “sus familias cántabras”, los abrazos y las lágrimas, contenidas unas y no tanto otras. Unas imágenes que se sucederán en los aeropuertos de muchas ciudades españolas hasta bien entrado el mes de septiembre. 

Esta iniciativa se lleva a cabo en toda España con una doble finalidad: proporcionar a los niños otra experiencia, alejarse del intenso calor que azota al desierto argelino en esta época del año y difundir entre la población la realidad de un conflicto que comenzó en 1975, cuando la antigua colonia española sufrió la ocupación de Marruecos y se vio inmersa en un enfrentamiento que perdura hasta nuestros días.

Gabriel Herrería, miembro de Cantabria por el Sahara, afirma que a pesar del contraste entre el bienestar del que gozan durante su estancia en España y las adversidades que tienen que soportar en el desierto, los niños vuelven felices porque “allí les aguarda el cariño de toda su familia”. “Muy especialmente el de unas madres y abuelas que en las duras condiciones del exilio han sido capaces de levantar auténticos hogares”, destaca.

Desde Cantabria por el Sáhara señalan que han trabajado “duro” para hacer posible una nueva edición de 'Vacaciones en Paz', y que están “satisfechos” porque, “a pesar de no contar apenas con financiación pública”, han conseguido que el número de acogimientos pasara de los cuarenta del pasado año a los cincuenta y dos del presente.

No obstante, subrayan que su deseo es que este programa finalice cuanto antes, porque ello significará que se ha encontrado una solución al conflicto. Según resaltan, el próximo mes de noviembre se cumplirán “40 años de la traición de España al pueblo saharaui, 40 años de duro exilio en la Hamada de Tinduf, 40 años de cárceles, torturas y asesinatos en los territorios de Sáhara Occidental ocupado por Marruecos”. 

“No podemos estar contentos de tener entre nosotros a los hijos e hijas de quienes, niños también entonces, llegaban a Cantabria en la primera edición de Vacaciones en Paz, allá por el año 1995. Estamos hartos de este continuo viaje de ida y vuelta al infierno del exilio. Estamos hartos de ver como se obvian las causas de su condición de exiliados. Y estamos hartos de que nuestros políticos les despidan con un ”hasta el año que viene“ en lugar de ”vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el año que viene podáis pasar las vacaciones en vuestro país“, enfatiza la organización a través de un comunicado. 

“Ahora que las imágenes de las trágicas muertes de los refugiados sirios conmueven nuestras conciencias, no estaría de más volver la vista sobre la infinidad de tumbas infantiles que pueblan los cementerios de los campamentos de refugiados saharauis”, reclaman desde Cantabria por el Sahara.