Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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Sumar ha dejado a Podemos fuera del Gobierno. No ha sido Pedro Sánchez, aunque es lo que Podemos va contando porque le interesa presentarse como la oposición desde dentro. Pero Sánchez prefería pagar el peaje y atar los cinco votos morados. Ha sido Yolanda Díaz la que ha vuelto a vetar a Irene Montero precisamente porque está harta de que Podemos sea la oposición a Sumar desde dentro. Quién tiene razón, mamá o papá, en este divorcio. Pues como diría todo hijo de vecino, los dos y ninguno. Lo normal es que Podemos hubiera elegido el nombre de su ministro, pero lo normal también sería que Podemos no llamase “izquierda servil” a la formación en la que se ha integrado desde las elecciones para no perder ingresos. Sorber y soplar la sopa de siglas no se puede al mismo tiempo.
Yolanda Díaz no debería haber vetado a Irene Montero, pero Ione Belarra aceptó pulpo con la autorización de los inscritos y ahora se lo tienen que comer con patatas. Es eso o el grupo mixto. Pero si te quedas, no puedes pasarte el día dando cera a Sumar y poner el cazo esperando recibir lo tuyo. Tampoco es muy coherente ni elegante formar parte de Sumar y decir que Sumar es la “marca blanca del socialismo”. Todos menos tú. Tú eres la izquierda verdadera, el único garante de las políticas progresistas del Gobierno, los demás son serviles al Régimen. Son serviles Izquierda Unida y Compromís, son serviles Ernest Urtasun, Pablo Bustinduy, Sira Rego, Mónica García, no digamos Yolanda Díaz, aunque subiera el salario mínimo y firmase la insuficiente pero necesaria reforma laboral.
Podemos se presentaba como el muro de contención al PSOE en el Gobierno; sin embargo, Podemos se ha tenido que comer el cambio de posición con el Sáhara, la masacre de Melilla y la política migratoria. Podemos se ha tenido que comer que no se derogue la ley mordaza, solo se reforme. Podemos se ha comido una ley de vivienda que es mucho menos de lo que había pactado. Podemos se ha tenido que comer muchos de los sapos del socio mayoritario. No lo digo como reproche. Se llama realismo político y correlación de fuerzas. No por eso son “serviles” al Régimen. Pero tampoco revolucionarios. Ni Podemos es el 15M ni, por cierto, estaba solo en el Gobierno. Estaban en Unidas Podemos. Es un insulto a la inteligencia y a la memoria decir que los antiguos compañeros se han vuelto serviles de la noche a la mañana.
Soy de los decepcionados con la tibieza de Sumar y el personalismo de Yolanda Díaz. No me representa tanta sonrisa y tan poco colmillo. Me gustaba más cuando ella repartía datos como panes. Tú antes molabas, Yolanda. Pero decir que todos los que antes molaban ahora no molan nada es una manipulación tan interesada como decir que Podemos es la única verdad revelada. Los morados han conseguido lo que la izquierda no había logrado en toda la democracia, por lo que han sido atacados por el poder como nunca, pero también se han ganado el rechazo y la soledad incluso en la izquierda por su propia complacencia. Podemos es un partido más incómodo y correoso que Sumar; no obstante, no siempre se consigue más con los zurdazos que con la mano izquierda.
El ideal sería que convivieran ambos, aunque hoy parece imposible ese matrimonio de conveniencia. Me temo que el divorcio es inminente e inevitable. Como siempre, la izquierda se lía a navajazos mientras la ultraderecha saca hasta la motosierra. Necesitamos una izquierda que reparta zurdazos y saque la mano izquierda para detener los derechazos de los ultras. Necesitamos una izquierda que no sea servicial pero que sirva a la gente. Necesitamos una izquierda que profundice derechos, no heridas. Necesitamos que Sumar sea contrapeso al PSOE y que Podemos lo sea de Sumar. No tengo ninguna esperanza, solo una advertencia: quienes se sirvan más a sí mismos que a la izquierda, serán serviles al poder, que quiere una izquierda ensimismada y peleada.
Sumar ha dejado a Podemos fuera del Gobierno. No ha sido Pedro Sánchez, aunque es lo que Podemos va contando porque le interesa presentarse como la oposición desde dentro. Pero Sánchez prefería pagar el peaje y atar los cinco votos morados. Ha sido Yolanda Díaz la que ha vuelto a vetar a Irene Montero precisamente porque está harta de que Podemos sea la oposición a Sumar desde dentro. Quién tiene razón, mamá o papá, en este divorcio. Pues como diría todo hijo de vecino, los dos y ninguno. Lo normal es que Podemos hubiera elegido el nombre de su ministro, pero lo normal también sería que Podemos no llamase “izquierda servil” a la formación en la que se ha integrado desde las elecciones para no perder ingresos. Sorber y soplar la sopa de siglas no se puede al mismo tiempo.
Yolanda Díaz no debería haber vetado a Irene Montero, pero Ione Belarra aceptó pulpo con la autorización de los inscritos y ahora se lo tienen que comer con patatas. Es eso o el grupo mixto. Pero si te quedas, no puedes pasarte el día dando cera a Sumar y poner el cazo esperando recibir lo tuyo. Tampoco es muy coherente ni elegante formar parte de Sumar y decir que Sumar es la “marca blanca del socialismo”. Todos menos tú. Tú eres la izquierda verdadera, el único garante de las políticas progresistas del Gobierno, los demás son serviles al Régimen. Son serviles Izquierda Unida y Compromís, son serviles Ernest Urtasun, Pablo Bustinduy, Sira Rego, Mónica García, no digamos Yolanda Díaz, aunque subiera el salario mínimo y firmase la insuficiente pero necesaria reforma laboral.