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Adiós a ‘Saza’: el Cabo Santo al que le amaneció por otro lado

“¡Me cago en el misterio!”, gritaba desesperado el cabo de la Guardia Civil de un pueblo sin nombre de Castilla-La Mancha mientras disparaba con su pistola hacia el sol naciente. Amanecía por donde no debía, no entre los peñascos de la sierra de Albacete como mandaba la costumbre, sino por otro lado. Un “sindiós” que hizo estallar para siempre al personaje encarnado por José Sazatornil ‘Saza’ en la mítica ‘Amanece, que no es poco’, de José Luis Cuerda (1989). El actor catalán ha fallecido a los 89 años dejando para el recuerdo decenas de personajes, entre los que destaca la insigne autoridad que le dio a este miembro de la Benemérita de un pueblo castellano-manchego.

El cineasta albaceteño José Luis Cuerda siempre consideró al Cabo Santo de 'Amanece, que no es poco' uno de los personajes más importantes de la película. No en vano, la historia empieza y acaba con él. Arranca con su triunfal paseíllo por el pueblo recibiendo halagado los ‘vivas’ de los vecinos, y termina con su arrebato de ira y frustración tras comprobar que el sol no sale por donde siempre, por donde a él le gusta contemplarlo.

Fue quizás el Cabo Santo el eje vertebrador de esta joya del cine patrio del absurdo. Aparece en numerosas escenas ya de culto para todos sus seguidores. La más recordada de ellas es cuando detiene a un argentino vecino del pueblo por plagiar a William Faulkner, explicando la “devoción” que en el municipio hay por ese autor. Esta secuencia es tan famosa que tras el fallecimiento de ‘Saza’ está haciendo furor en las redes sociales donde los hashtags #Faulkner y #Saza ya son trending topic.

Sus discusiones con el párroco local sobre el libre albedrío; la lectura del resultado de las elecciones locales, donde gana la policía secreta en los comicios a las fuerzas de seguridad; y cómo hace bajar a punta de pistola al alcalde, que se ha ahorcado porque los hombres quieren que su novia sea “comunal”, completan su compendio de gags. Y para políticamente incorrecta la escena en la que se niega a detener al personaje encarnado por Luis Ciges por haber matado a su mujer. Descubre que el autor confeso del crimen no fue detenido en Madrid y afirma: “no le voy a enmendar la plana a los de la capital, yo no soy de esos”.

Fue solo un personaje de muchos. ‘Saza’ trabajó además con algunos de los mejores directores de la historia del cine español como José Luis García Berlanga, Antonio Mercero (con el que ganó un Goya por ‘Espérame en el cielo’) y Mario Camus. Pero este guardia civil ufano, pragmático y conversador fue el que mayor iconografía ha despertado. La ruta oficial de la película que hay en la sierra albaceteña de Alcaraz tiene entre sus joyas un gran mural en el pueblo de Molinicos en homenaje a la película. En el mismo, el Cabo Santo ocupa un lugar destacado disparando al sol, así como en el merchandising de camisetas sobre el personaje.

‘Saza’ es muy querido entre los ‘amanecistas’, que ahora lo recuerdan y lo convierten en tendencia. Y aunque ya no le vuelva a amanecer por ningún lado, legiones de fans y devotos de una película que sigue sobreviviendo a generaciones se encargarán de que su carismática presencia quede en la memoria para siempre.