Castilla-La Mancha es una de las tres regiones más afectadas por la situación de sequía. El 50% del campo español se encuentra ya en situación de alerta por sequía según el informe que ha publicado COAG, y si no llueve de forma significativa en las próximas 3-4 semanas, los secanos podrían ver dañados sus rendimientos entre un 60 y un 80%.
Cereales, olivar, viñedo y almendros de secano, pastos para ganadería extensiva y apicultura, están entre los sectores más afectados y podría ir a peor si no llegan las precipitaciones. Por regiones, Andalucía, el sur de Extremadura y Castilla La Mancha son las que registran la situación más crítica. En el regadío, si no hay precipitaciones en el corto-medio plazo se barruntan restricciones ante el bajo nivel de los embalses y pantanos (reservas al 44% de su capacidad total).
Esta situación está alarmando al sector. Así, mientras el consejero de Agricultura de Castilla-La bMancha, Francisco Martínez Arroyo, consideraba, según señalaba en declaraciones a los medios de comunicación hace unos días, que “aún es pronto para la alarma” y pedía paciencia, los responsables de ASAJA en la región hablan de una “sequía gorda” y piden actuaciones por parte de la Administración “si es que tienen interés en el sistema productivo”.
Mapa de la sequía
Según el mapa de sequía del campo español que ha elaborado COAG, las zonas más afectadas son Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha, Comunidad de Madrid, Comunidad de Madrid, bajo Aragón, Región de Murcia, sur de Alicante y comarcas de Urgell en Lleida y Alt Empordà en Girona.
Uno de los cultivos más afectados son los cereales y los cultivos leñoso de secano, es decir, olivar, viñedo y frutos secos, que tienen importante implantación en Castilla-La Mancha que se encuentra entre las comunidades más afectadas junto a Andalucía y Extremadura.
En estos cultivos, las plantas se han desarrollado tarde y de forma insuficiente (problemas en la nascencia), a causa de la falta de lluvias en todo el otoño y el invierno pasados. Esto genera problemas de floración y maduración, incluso de nascencia irregular en cereales.
La nascencia y desarrollo de la planta, es bastante peor en aquellas parcelas sembradas tardíamente. De continuar presentando síntomas de estrés hídrico el cereal tiene escaso desarrollo, escaso ahijamiento y pérdida de la superficie foliar. Las siembras de ajos en Castilla La Mancha también se han visto fuertemente afectadas por la falta de agua en el último trimestre.
En los pastos, Castilla La Mancha también se encuentra entre las tres comunidades más afectadas. Esta situación afecta particularmente a la ganadería en régimen extensivo (vacas, ovejas y cabras), ya que la ausencia de lluvia impide el desarrollo de los pastos que constituyen la base de su alimentación. Esta situación va a provocar que los ganaderos tengan que recurrir a la compra de alimentos sustitutivos, o suplementar con piensos, paja y forrajes, y en determinadas zonas, al transporte de agua para el ganado.
Así, el informe recuerda que mientras que en la agricultura se puede, en un momento determinado, hacer una estimación de pérdidas cuando se considera perdida una cosecha, en el caso de la ganadería, hasta que no se producen precipitaciones las pérdidas se van acumulando día a día. Esta situación puede desembocar en un incremento significativo del precio de los forrajes y de la paja, y de otras de las materias primas, provocado por la sequia y por la especulación.
De cara al futuro, una situación de sequía prolongada comprometería el aprovechamiento eficiente de la rastrojera, importante para la alimentación del ganado en época estival.
Un deficiente desarrollo vegetativo del cultivo proporcionará un escaso rastrojo para el aprovechamiento del ganado.
Apicultura
La apicultura, una de las actividades ganaderas más importante de Castilla-La Mancha, también se está viendo afectada por la falta de precipitaciones. La apicultura está íntimamente ligada a las floraciones, tanto de vegetación natural como cultivada, por lo que un periodo de sequía le afecta directamente.
El hecho de que se produzca un déficit pluviométrico, agravado por el anormal otoño e invierno previos, acarrea la falta de floraciones y como consecuencia la imposibilidad de que las colonias lleven a cabo un desarrollo normal y puedan recolectar sus cosechas. Este desequilibrio ocasionado provoca en las colmenas:
• Aumento de las bajas con relación a un año normal.
• Debilidad y mayor sensibilidad a las enfermedades.
• Retraso en el normal desarrollo de las colonias y pérdida de la enjambrazón.
• Obligatoriedad de revisar y sobrealimentar las colmenas hasta que esta situación se normalice.
Campaña de regadío
Así, esta situación está dando lugar a preocupación e incertidumbre ante el inicio de la campaña de regadío. Si no se registran precipitaciones en el corto-medio plazo se barruntan restricciones ante el bajo nivel de los embalses y pantanos (reservas al 44% de su capacidad total). Preocupan especialmente la disponibilidad de agua para regadío en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Castilla y León.
Cuencas
En este estudio de COAG, la situación más preocupante de escasez se centra principalmente en las demarcaciones del Guadiana –en especial en su cuenca alta que afecta Castilla-La Mancha–, y del Guadalquivir. En diciembre se encontraban en escenario de Emergencia 12 UTE (Unidades Territoriales de Escasez) cinco de ellas en la cuenca del Guadiana que corresponden a Mancha Occidental, Jabalón-Azuer, Gasset-Torre de Abraham, El Vicario (todas ellas en la cuenca alta y en Castilla-La Mancha), y Tentudia (en Badajoz). En situación de Alerta hay 21 UTE entre las que se encuentra la de Gigüela-Záncara en el Guadiana.