Una bajada de un 15% en la producción y mercados poco activos son la tónica que va a marcar la campaña de ajo que ya está empezando con la recolección del temprano en Castilla-La Mancha.
Según Julio Bacete, responsable sectorial en Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, el ajo temprano o ajo spring viene con una buena calidad, ya que, aunque ha hecho calor, estas temperaturas más frescas hace que se esté recuperando y está madurando bastante bien.
“Se espera que sea buena calidad porque hemos manejado el cultivo con regadíos en la mayoría de los casos y no hay secanos, y quien no tiene riego lo ha tenido bastante complicado. Se espera buena calidad en la campaña de ajo temprano y para el morado todavía falta mucho, alrededor de un mes y medio para la recogida, pero así está apuntando”. No obstante, y aunque vaya a contracorriente, le preocupan las lluvias de estos días que, para este sector, en estos momentos de la campaña, no son lo mejor: “Ahora cualquier lluvia es estropear la calidad de los ajos”, señala.
En cuanto a la cantidad, en estos momentos Bacete calcula que podría esperarse alrededor de un 15% menos que una campaña normal por dos factores, “porque se ha sembrado menos hectáreas y porque también hubo menos nascencia, sobre todo en el morado, por las circunstancias de la ola de calor que le afectó”.
Ya la del año pasado fue, según Bacete, “una campaña extraña, vinieron las olas de calor que hicieron que el producto sufriera y vimos luego en el almacén que teníamos daños internos que no nos esperamos. El año pasado hizo mucho calor y afectó al producto bastante, con una disminución de un 25%”, apunta.
En cuanto a la menor superficie de hectáreas plantadas en esta campaña, se debe también a la situación de parálisis por la que atraviesan los mercados y a unos precios que continúan bajos. “No se está comprando como esperábamos que se comprara, se trae producto de fuera, ya denunciábamos desde la Mesa Nacional del Ajo el fraude ya que estimábamos que entraba ajo fresco como congelado, y eso nos hace daño porque hace competencia desleal a nuestro propio producto”, señala.
Además, el sector está apreciando una disminución del consumo en general. “Estas noticias de que los alimentos son caros, enfría la capacidad de compra del consumidor. En el caso del ajo, es un producto que cualquier alteración le afecta bastante. Estamos obligados entre todos a estimular el consumo de ajo, que es un producto bueno, que da sabor a los platos”.
En el caso de los ajos, los precios que recibe el producto no han subido. “Está algo más caro pero muy poco, pero no es la diferencia que necesitamos los productores. Necesitamos un estímulo más grande de precios”, y eso influye en que se planten menos porque “los productores no ven rentable el producto”, señala.
Según Bacete, producir un kilo de ajo morado cuenta entre 1,10 y 1,20, euros, y alrededor de un euro el ajo temprano y es “eso lo que terminamos cobrando”, por lo que el sector no ve rentabilidad a esta producción.