ASAJA rechaza la propuesta del seguro de almendro porque “perjudica gravemente a los productores”

ASAJA de Castilla-La Mancha ha rechazado el nuevo planteamiento del diseño del seguro para almendro presentado por Agroseguro por considerar que perjudica gravemente a los productores.

Después de trasladar su postura la semana pasada ante la Comisión Territorial de Seguros Agrarios de Castilla-La Mancha, ASAJA planteará mañana sus propuestas durante el Grupo de Trabajo nacional que tiene previsto celebrarse con la participación del Ministerio de Agricultura, ENESA y Agroseguro.

Según el análisis de la situación del sector y del riesgo de Agroseguro, el actual seguro del almendro es inasumible, por lo que presentó un nuevo diseño que consiste, básicamente, en modificar la asignación de rendimientos y del nivel de riesgo.

Esta revisión, según ASAJA supondría “un nuevo varapalo para el sector de la almendra”. Por eso, ha pedido que se estudie detalladamente la realidad del sector y se replantee la propuesta para que el almendro se considere excepcionalmente, del mismo modo que ocurrió con el seguro de frutales tras las heladas del pasado año.

Para ello, la organización agraria ha pedido un análisis más minucioso de la situación y de los resultados, especificando las variedades y diferenciando entre plantaciones tradicionales o intensivas y entre secano y regadío, entre otros parámetros.

Igualmente, ha recordado que los rendimientos asignados a la explotación deben ajustarse a la realidad productiva de la misma y, en caso de que no se produzca, existen las herramientas necesarias para poder revisarse durante la vigencia de la declaración del seguro, tal y como establece la normativa del seguro de frutos secos.

Por último, ASAJA ha pedido un mayor apoyo al Gobierno nacional, de tal manera que el coste del seguro agrario sea asumible para que el agricultor no dude en contratar en un momento tan crítico como el que está atravesando.

El objetivo del sistema de seguros, ha recordado, es contribuir a la estabilidad de las rentas de las explotaciones agrarias mediante su protección frente a las adversidades climáticas y otros riesgos naturales, para lo cual se necesita una apuesta clara y decidida de las Administraciones, ha concluido.