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La nueva norma de calidad de la miel: “Solo una puntada en un descosido que es enorme”

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha abierto el procedimiento de trámite de audiencia e información pública del proyecto de real decreto que modifica la norma de calidad de la miel hasta el próximo 9 de agosto.

Se trata en realidad de transponer la modificación de la directiva europea sobre la miel que impulsó España durante su Presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea (UE), en el segundo semestre de 2023, para incorporar mejoras en cuanto al etiquetado de origen.

El grueso de estos cambios se centra en un etiquetado más claro, que se traducirá en indicar en los envases el listado de países de recolección de la miel y a señalar el porcentaje que representa cada uno de ellos en las mezclas en el campo visual principal de la etiqueta.

Sin embargo, estas mejoras están aún lejos de las exigencias de los apicultores y de las organizaciones que los representan. “Es sólo una puntada en un descosido que es enorme”, ha señalado a AgroalimentariaCLM, Mario F. Navarro, presidente de la Asociación Española de Apicultores.

Para el sector esto es un “primer paso que las asociaciones venimos demandando desde hace diez años”, asegura, pero “se espera que ataje poco los problemas reales que tiene la miel, el tercer alimento más adulterado del planeta”, señala.

Y es que, aunque según el Ministerio estos cambios supondrán más transparencia e información que fortalecerán el mercado nacional y favorecerá una mayor competitividad de las mieles de origen español frente a las mieles importadas, no solucionará un problema ampliamente denunciado por los apicultores, la triangulación.

Así, este apicultor recuerda que “nos siguen entrando mieles en España que vienen etiquetadas como miel de un país de la UE, pero el origen real de esa miel no es de la UE, sino de terceros países, principalmente de China, con lo cual aún se va a seguir permitiendo enmascaramiento de la miel que viene adulterada en un 40%, según un informe de la propia Unión Europea”.

Navarro apunta paradojas como que en el informe que cada año saca el Ministerio haya un listado de países que venden miel a España sin tener producción suficiente.  “Hace unos años Holanda, que apenas tenía 300 apicultores profesionales, nos vendía toneladas de miel. Cuando uno trasladaba la producción teórica de esas colmenas a lo que nos estaban vendiendo, era disparatado porque era tres o cuatro veces mayor que la capacidad real de producción. Eso ha pasado con Portugal, eso pasa con Ucrania, un país en guerra no puede tener producción de miel, pero la cuota que nos está vendiendo en los últimos dos año apunta una triangulación, ese país no nos está vendiendo su producción”, señala.

“De esa forma China viene enmascarado el origen real de su miel, porque las normativas lo están permitiendo. España también lo hace, si mezclo miel española con miel de fuera con porcentajes que superen el 50 por ciento de miel española, yo ya puedo poner que es miel española”, apunta este experto.

Los apicultores españoles llevan desde el 2018 pidiéndole al Gobierno que en los “botes de miel con mezcla que se están vendiendo en grandes superficies y en supermercados se establezca de dónde viene la miel y el porcentaje de cada país”. “Esto es básico para que el consumidor se dé cuenta de que, a veces, la miel está etiquetada por España, pero no es española”, argumenta.

Miel filtrada

La nueva normativa eliminará la variedad ‘miel filtrada’, y se establece que aquella miel a la que se le haya retirado una parte importante del polen será considerada ‘miel para uso industrial’ y no podrá comercializarse directamente al consumidor final. El polen es un componente clave de la miel y proporciona un vínculo con su origen botánico.

En este sentido, Mario F. Navarro recuerda que el productor está obligado a filtrar la miel para  librarla de impurezas, de restos de cera o de animal, pero se hace con unos filtros que permiten pasar el polen. Lo que está ocurriendo es que “se tamiza con filtros cada vez más pequeños de manera que se va retirando ese polen y cuando lo haces es imposible saber el origen botánico de la miel”.

Para el presidente de los apicultores españoles, al final la Administración “nos tendrá que llamar” porque el sector tiene muchos problemas. Entre ellos apunta el “del colapso de las abejas, las dos especies de avispa asiática que tenemos invadiendo España y llegará un momento que será tan grave que nos tendrán que llamar”, termina.