El número de explotaciones apícolas en Castilla-La Mancha ha aumentado un 22% en los últimos 5 años, lo que favorece la polinización de los cultivos y el mantenimiento de la biodiversidad. Esta es una de las reflexiones que, con motivo de la celebración del Día Mundial de las Abejas hoy 20 de mayo, ha hecho el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla-La Mancha para reivindicar su labor, tanto en investigación como en los colmenares, como clave para impedir la desaparición de las abejas y potenciar el sector apícola de Castilla-La Mancha.
El Consejo ha querido pone en valor la labor que realizan los veterinarios en la protección de esta especie trabajando día a día con apicultores y otros profesionales del sector agroalimentario para evitar que se extinga una especie.
Según han señalado desde este Consejo, en los últimos años se ha observado una pérdida de colonias preocupante. Esta situación se debe a la pérdida de hábitats, el incremento en el uso de plaguicidas y su acumulación en el medioambiente y a la acción de patógenos que causan graves enfermedades.
Estos factores hacen que las abejas mueran, lo que preocupa desde hace años a los apicultores de todo el mundo, no solo por las consecuencias que tendría la desaparición de este animal para ellos, sino para todo el planeta.
Luis Alberto García Alía, presidente del Colegio de Veterinarios de Toledo y del Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla-La Mancha, destaca que “en Castilla-La Mancha contamos con uno de los centros de investigación apícola más importantes de España en el que los veterinarios, junto a otros profesionales del sector agroalimentario, desempeñan una labor fundamental para frenar la desaparición de las abejas”.
A través de proyectos de investigación sobre las patologías apícolas de mayor prevalencia, los veterinarios trabajan para conocer y controlar los problemas sanitarios que puede sufrir esta especie y contribuir así a una producción apícola sostenible.
En los colmenares, los veterinarios también desempeñan un papel imprescindible. Realizan una función integral. En asesoramiento técnico se encargan de cuestiones como el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, determinando y estableciendo programas de prevención y control de enfermedades endémicas y realizando un diagnóstico clínico sistemático y diferencial de las enfermedades que afectan a las abejas. Por otro lado, realizan labores de consultoría de cuestiones como la alimentación, el manejo de las colmenas, productos o legislación, entre otros.
Las abejas son un polinizador esencial
Las abejas son un polinizador esencial para la vida, sin las cuales desaparecería un tercio de la alimentación diaria, y también parte del cultivo con el que se alimenta el ganado.
En general, más del 70% de la agricultura a nivel mundial depende de la polinización que realizan los insectos, en la que las abejas tienen un papel predominante, por lo que además de la falta de alimentos para las personas y el ganado, sin ellas, la mayoría de la fauna y flora silvestres desaparecerán.
“Factores como el cambio climático, la contaminación del aire o la urbanización a nivel global han puesto a esta especie en peligro de extinción”, señala el presidente. “No somos conscientes de las graves consecuencias que supondría para nuestro planeta que se llegaran a extinguir, y para evitarlo, el papel de los veterinarios es clave”, concluye García Alía.