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GUADALAJARA

La primera vacuna para inmunizar a las abejas abre camino a nuevos métodos para evitar su muerte

Las vacunas están ya perfectamente integradas en nuestro vocabulario y en nuestros tratamientos para prevenir y mitigar enfermedades, no sólo en humanos sino también en animales, pero no es el caso de los insectos ya que no tienen memoria inmunológica y, como tal, no pueden diseñarse vacunas con las tecnologías que se utilizan para los humanos.

Pero una profesora de Helsinki ha diseñado una nueva estrategia para inmunizar a las abejas contra la loque americana (American Foulbrood, AFB, sus siglas en inglés), una enfermedad bacteriana que afecta a las crías de las abejas y que es altamente contagiosa en las abejas melíferas (Apis mellifera), provocando pérdidas de colmenas en todo el mundo. Los antibióticos son, en gran medida ineficaces para tratar la enfermedad, ya que sólo son efectivos contra el estado vegetativo o latente de la patología. Una vez que una colmena muestra la manifestación clínica de la enfermedad, la única manera eficaz de erradicarla y evitar la propagación de la enfermedad es quemando la colmena, el equipo y la colonia.

Según Esteban García Romero, director del IRIAF (Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha), está profesora finlandesa “ha descubierto que la abeja reina es capaz de transmitir la inmunidad a la descendencia, y de la abeja reina descienden todos los miembros de la colmena”.

Esta inmunidad se genera en la abeja reina a través de su alimentación. A la abeja reina, “se le administra una disolución de agua con azúcar que le encanta, va nutriéndose de esa solución y ahí va la bacterina [una vacuna a base de células inactivas de bacterias] que provoca la inmunidad”. Una vez que se inserta esa inmunidad en la abeja reina ella se la transmite a su descendencia.

Pruebas en Marchamalo

La empresa norteamericana Dalan Animal tomó la patente de esta idea e inició pruebas de concepto en varios países, entre ellos en España donde ha elegido al Centro de Investigación Apícola y Agroambiental de Marchamalo (CIAPA), centro adscrito al IRIAF, por la experiencia y la calidad de todos los trabajos que se realizan.

Estas pruebas de concepto son pruebas de laboratorio que comprueban la eficacia de esta técnica suministrando esta alimentación a la abeja reina y, “efectivamente, le experimentación confirma que hay un descenso importante en la mortalidad en las colmenas que se ha trabajado con este sistema”, asegura Esteban García.

Parece que está claro que si los resultados de EEUU se repiten en Europa ya la tecnología estará validada para empezar con nuevos desarrollos

Esta enfermedad, que podrá combatirse si todo sale como parece, entra en las colmenas por el contacto de las abejas con otros insectos infectados. Y una vez que entra en la colmena se contagian sus miembros y mueren, aunque es muy difícil saber el porcentaje de colmenas afectadas, ya que cuando una colmena decae no se hace un estudio de cuál es la causa.  

Esta vía de inmunización podría ser también un método eficaz para estudiar nuevas vacunas para otras enfermedades que están causando gran mortandad en las población de abejas y el decaimiento de colmenas enteras. “Lo verdaderamente novedoso es el concepto nuevo de que a través de la alimentación podemos transmitir inmunidad a la descendencia de la abeja reina. La vacuna se transmite con una bacterina que ataca a estas bacterias, pero otro tipo de enfermedades bacterianas o víricas podían empezar a estudiarse y elaborar vacunas que puedan inmunizar a la colmena, es decir, abre el camino para tratar diferentes enfermedades de tipo bacteriano o víricas”, señala.

Esta vacuna ya está aprobada en EEUU pero en Europa los estándares son distintos, más exigentes, y aún está en fase de estudio aunque “los científicos se están planteando el desarrollo de otro tipo de vacunas, en nuestro centro hemos de ir dando los pasos firmes, terminando las pruebas de concepto, pero parece que está claro que si los resultados de EEUU se repiten en Europa ya la tecnología estará validada para empezar con nuevos desarrollos”, asegura el responsable del IRIAF.

Esta tecnología podría mejorar una situación alarmante como es el descenso de las poblaciones que se debe no sólo a las enfermedades que las afectan sino también al cambio climático que provoca cambios en las floraciones de tal manera que a las abejas no les da tiempo a nutrirse y al exceso de pesticidas, entre otras.

Según Esteban Gómez, hay “cierta preocupación” sobre la situación de la cabaña apícola en Castilla-La Mancha. “No podemos decir que esté en una situación crítica, se están haciendo muchos esfuerzos para ir paliando cada uno de los problemas que se están produciendo, a parte de las patologías, el cambio climático, en todo caso es cuestión de tiempo y esfuerzo científico para ir solucionándolos poco a poco”, concluye.