Las técnicas de siembra directa alcanzan en Castilla-La Mancha al 10 por ciento o algo más de la superficie de cultivo, a unas 100.000 hectáreas en total, siendo Guadalajara y Albacete las provincias con mayor número de terreno acogido a este sistema.
Un dato que se ha puesto de relieve como “muy relevante” en la jornada que sobre siembre directa se ha celebrado este miércoles en Guadalajara, organizada por la Asociación de Agricultores y Ganaderos (APAG), a la que han asistido varios cientos de productores y expertos tanto a nivel nacional como internacional en siembra directa.
Entre los asistentes, un nutrido número de agricultores jóvenes interesados por conocer el valor de este tipo de siembra a través de las charlas que se han ofrecido, además de poder ver in situ, en la sede de APAG, donde se ha celebrado la jornada, una exposición de maquinaria que se utilizar para ello.
Para el técnico de Asabac (Asociación Albaceteña de Agricultura de Conservación) y director agronómico de Agrisat Iberia S.L., Vicente Bodas, durante generaciones se ha asociado el ser buen agricultor a aquel que más labra de ahí que sea difícil ahora cambiar de mentalidad y optar por la técnica de siembra directa cuando esta es “todo lo contrario”.
Entre las ventajas de la siembra directa hay que resaltar el ahorro de tiempo, energía y maquinaria, además de un menor gasto por hectárea para el agricultor; y en el aspecto medioambiental, conlleva una mejora del suelo, razones han sido las que han llevado a la Unión Europea a apoyar estas técnicas en la nueva Política Agraria Común (PAC).
En el caso de Aragón, según Carlos Molina, técnico de Aragón (Asociación Aragonesa de Agricultura de Conservación), la implantación de la siembra directa se sitúa algo por encima con respecto a Castilla-La Mancha, en concreto, unas 150.000 hectáreas (el 17% de superficie), principalmente secano.
Según Molina, el agricultor que opta por la siembra directa puede llegar a reducir hasta en un 50% el consumo de gasóleo y lo mismo en horas de trabajo, además de alargar la vida útil de los tractores y mejorar la rentabilidad, aunque ha insistido en que se necesita un cambio de mentalidad para que el agricultor lo realice con éxito.
No obstante, Molina reconoce que es complicado mentalizar al agricultor más conservador a optar por este tipo de siembra, principalmente porque supone romper con las dinámicas de trabajo de toda la vida, aunque cree que en la última década ya hay un mayor aperturismo y “reseteo” en el sector.
El presidente de APAG y agricultor, Juan José Laso, lleva casi 25 años aplicando la siembra directa. Reconoce que empezó cuando aún era muy complicado y que ha habido éxitos y fracasos, pero cree que de no haber apostado por esta técnica, ya no sería agricultor. “Llevo 25 años sin mover un terrón y sin usar un apero y no voy a volver a labrar. Si no pudiera hacer siembra directa, seguramente me dedicaría a otra cosa”, ha subrayado.
En el caso de Guadalajara, los principales cultivos que se realizan con esta técnica son: cereales y oleaginosas y proteaginosas, siendo unas 30.000 las hectáreas acogidas a esta técnica hoy en día.